Durante 48 horas, los cardiólogos nucleados en el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) decidieron suspender la colocación de stents y la realización de angioplastias programadas. La medida empezó ayer y continúa hoy.
Los médicos señalaron que este paro simbólico, que consiste en un “apagón de monitores” para esas intervenciones cardiovasculares, nace de la crisis que vive el sector, con “honorarios atrasados y un creciente aumento en el valor de insumos”.
Es importante aclarar que la medida de fuerza no afecta las urgencias ni la atención en el sistema público de salud de todo el país. En los hospitales nacionales, las intervenciones cardiovasculares, ya sean de emergencia o con turno previo, se están realizando con normalidad.
Sobre el reclamo, el Ministerio de Salud de la Nación consideró que se trata de una negociación entre los actores del sector privado de salud: “El Colegio de Cardiólogos Intervencionistas está promoviendo una negociación con los prestadores y financiadores para mejorar el valor de sus intervenciones, y debe resolverse en un marco de responsabilidad para evitar confusión en los pacientes”, indicaron en un comunicado.
“El Gobierno Nacional viene impulsando el reordenamiento del sistema de Salud tanto en el sector público como en el sector privado, a través de desregulaciones que permitieron una mayor libertad para competir, con el objetivo de lograr mayor capacidad de financiamiento”, expresaron a Infobae desde la cartera sanitaria que dirige el cardiólogo Mario Russo.
La repercusión de la medida
“Nuestra primera percepción -ya que la medida aún está en desarrollo- es que contamos con el apoyo más de la mitad de los miembros del CACI. Es decir, la mitad de ellos pospuso prácticas y las reprogramó para otro día. Hoy tenemos una jornada de patología aórtica y allí nos reuniremos para hacer una evaluación conjunta de los pasos a seguir”, comentó a Infobae, el doctor Alfredo Bravo (MN 70.119), vicepresidente del CACI.
“En los hospitales públicos la medida no se cumplió, lo cual es comprensible porque los médicos no tienen la autonomía de decidir, ya que deben acatar las normas de la dirección hospitalaria”, describió Bravo y agregó que, a pesar de eso, perciben “el apoyo de la sociedad y que el reclamo ha sido escuchado”.
Desde la institución que nuclea a los cardiólogos intervencionistas de Argentina, el objetivo de la medida es visibilizar y divulgar entre los financiadores, las autoridades y la población en general la crisis que atraviesa el sector, algo que, según Bravo “permitió que avancemos en el diálogo con las autoridades sanitarias”.
“Esperamos que este conflicto, que más que conflicto es una muestra de la situación crítica en el ámbito de la salud, pueda resolverse”, cerró en vicepresidente del CACI.
En tanto, el cardiólogo Alejandro Palacios, expresidente del CACI consideró, en diálogo con Infobae, que “la medida tuvo alto acatamiento, sobre todo en el interior del país. Se comenzaron a abrir algunos canales de diálogo y esperamos llegar a buen puerto”,
El reclamo de los cardiólogos nucleados en CACI no es nuevo. Según subrayó un comunicado de la institución, la especialidad se acerca a una suerte de estado de emergencia, que en mayo pasado describieron como una “tormenta perfecta” a partir de la combinación de honorarios insuficientes y dificultades para adquirir los materiales necesarios para las prácticas médicas, por demoras y altos costos.