Se conoce como síndrome del edificio enfermo a un conjunto de síntomas que muchas veces originan enfermedades, que son estimuladas por la contaminación del aire.
Estas estructuras edilicias, que además se encuentran descuidadas, la mayoría son de mala calidad, y se trata de lugares con mucha humedad y cuyo sistema de ventilación no es bueno, a diferencia de los edificios inteligentes que son aquellos muy tecnificados, donde prevalece la electricidad estática, materiales sintéticos y están provistos por aire acondicionado y calefacción. Ambas impactan en nuestra salud.
Los edificios enfermos tienen algunas características importantes a tener en cuenta:
- Se trata de construcciones viejas
- Son edificios herméticos
- Las ventanas generalmente no pueden abrirse
- Tienen humedad
- La renovación del aire, no es la adecuada
Las personas que viven en estos lugares, refieren problemas en su salud, y presentan un conjunto de síntomas y signos de los que surge el nombre “síndrome del edificio enfermo”. Estos son los síntomas más destacados:
- Irritación permanente de garganta, naríz y ojos
- Disfonías (voz ronca)
- Dificultad respiratoria
- Recurrencias de infecciones respiratorias de Vía aérea superior e inferior
- Presencia de erupciones en la piel
- Piel seca
- Dolor de cabeza
- Náuseas
- Alteraciones cognitivas
- Fatiga
Y en muchas oportunidades pueden exacerbarse patologías preexistentes como por ejemplo: aumento de crisis de asma y empeoramiento de alergias respiratorias: crisis de rinitis, laringitis, etc.
Al estado de salud de las personas, se agregan los contaminantes ambientales intradomiciliarios, presentes en dichas estructuras. Y en muchas oportunidades, también son responsables la presencia de otros contaminantes como el humo de cigarrillo que contiene más de 3000 compuestos, por ejemplo: monóxido de carbono, aldehídos, óxido de nitrógeno, metales, etc.
Y también influyen y colaboran en la alteración de la salud, el polvo presente en el interior, los materiales de construcción que se han usado, el decorado, los muebles (asbesto, formolaldehído, textiles).
Con respecto al polvo, en el interior de estos edificios se encuentran partículas tanto orgánicas como inorgánicas, que afectan la calidad de vida.
Por otra parte en el caso de los “Edificios Inteligentes”, los edificios son vidriados, hoy muy utilizados como oficinas, se tratan de grandes compartimentos, donde hay poco espacio de separación entre los distintos escritorios de las personas que allí trabajan. con el inconveniente ante alguna virosis de la fácil transmisión de las gotitas de flugge, que viajan hasta cierta distancia, contagiando muy fácilmente al personal que allí trabaja, además están los materiales que se utilizan cotidianamente como: fotocopiadoras (con su tinta que son materiales que contienen partículas muy pequeñas de ozono, que son fácilmente respirables y tienen olor, y que irritan la vía aérea), también los biocidas, productos químicos de limpieza, además de estos productos químicos también, influyen los factores físicos como el ruido y la luminosidad.
Y al abrir las ventanas por la necesidad de ventilar ingresan los contaminantes externos al edificio como pueden ser por ejemplo los pólenes de los árboles, combustión incompleta de petróleo proveniente de los escapes de autos/colectivos.
Todos estos contaminantes internos y externos pueden influir en nuestra salud, volviéndonos más vulnerables.
Ante la repetición de cuadros que afecten las vías aéreas superiores o inferiores, es importante contar al médico, el tipo de vivienda o el lugar de trabajo, pues en ambos lugares se pasan muchas horas del día.
*Dra. Stella Maris Cuevas: MN: 81701. Médica otorrinolaringóloga - Experta en olfato – Alergista. Ex-presidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA).