Los beneficios de la lactancia materna tanto para las madres como para los lactantes son innegables. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de una de las maneras “más eficaces de garantizar la salud y la supervivencia de los niños”, ya que es un alimento seguro, limpio y que, sobre todo, contiene “anticuerpos que protegen de muchas enfermedades propias de la infancia”.
Por su parte, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), “alrededor del 55% de los bebés son amamantados dentro de la primera hora después de nacer, en América Latina y el Caribe”, siendo que el “43% de los niños menores de 6 meses son amamantados exclusivamente en promedio en América Latina y el Caribe”.
En tanto, de acuerdo a los últimos datos del informe “Los desafíos de la lactancia exclusiva y su continuidad desde la perspectiva de las madres”, realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA en base a la Encuesta Nacional de Lactancia Materna, en 2022, el porcentaje de niños y niñas que fueron amamantados el día anterior se situó en 91.7%, mientras que el porcentaje de lactancia materna exclusiva (LME) en bebés de hasta 180 días fue del 53.2%.
“La tasa de lactancia materna exclusiva a los 6 meses de vida, creció un 50% entre el 2011 y el 2022, pasando un 30% a un 45%. Sin embargo, lo que evidencian los datos oficiales es que hay grandes disparidades regionales”, destacó a Infobae Ianina Tuñón, investigadora del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA y quien coordinó este estudio.
De acuerdo al trabajo, en 2022, Formosa y Chaco tienen las tasas de lactancia materna exclusiva más altas, con 68% y 66% respectivamente, mientras que Catamarca y Salta presentan las más bajas, con 30% y 46% respectivamente. En tanto, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) tiene una tasa del 54% y la provincia de Buenos Aires reporta un 56%, por citar algunos ejemplos.
Lo cierto es que el análisis de la Encuesta Nacional de Lactancia Materna muestra que, desde 1998, la tasa de lactancia materna exclusiva (LME) ha fluctuado considerablemente. En ese año, el 23% de los bebés menores de 6 meses eran alimentados exclusivamente con leche materna, cifra que aumentó hasta alcanzar un pico del 53% en 2022.
Por otro lado, en lo que se refiere a lactancia materna, Catamarca y Santa Cruz también tienen la tasa más alta, alcanzando el 94.6%, las cuales son acompañadas por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y Tierra del Fuego, que registran un 93.6%. En tanto, a diferencia de lo que ocurría con LME, Formosa presenta una de las tasas más bajas con un 85.2%, aunque sigue siendo alta en comparación con estándares globales. Ante estos datos, Tuñón destacó que “hay muchas oportunidades para seguir mejorando”.
“Dentro de las barreras y los facilitadores para la lactancia materna es importante, quizás, reconocer dos momentos: uno que tiene que ver con cómo lograr que el bebé se prenda el pecho materno, y el otro es lograr la continuidad de la lactancia materna hasta los 6 meses. En ese sentido, hay impedimentos o problemas vinculados a aspectos físicos que tienen que ver con ese primer momento”, resaltó Tuñón.
Entre estos factores, la experta destacó como facilitadores tener un parto vaginal, “sin dudas, es un facilitador poder tomar contacto ‘piel con piel’ con el bebé de manera inmediata, o en la primera hora; pero también lo son todos los procesos de formación y de acompañamiento que puede, o no, tener la mamá en los meses en los que transcurre el embarazo. Cuando estas madres tienen la posibilidad de acceso a servicios hospitalarios, de formación, de acompañamiento y de intercambio con pares sobre la lactancia, se facilita la toma de la decisión y también se sensibiliza al entorno de la madre en relación con la importancia de la lactancia”.
“Cuando las madres tienen este tipo de formación y de acompañamiento, que muchas veces lo hacen también con su pareja, el papá del bebé, los procesos tienden a fluir de mejor manera y a poder continuar con la lactancia más allá de los seis meses. Sin dudas, hay aspectos que se constituyen en barreras o que, de alguna manera, son debilidades, como es la persistencia de dolores físicos, como son aspectos vinculados a las mastitis a grietas en los pezones que, en sinergia con situaciones como la depresión postparto, generan desgaste físico y psicológico durante los primeros meses. Eso, sin duda, se puede constituir en una barrera para la lactancia materna exclusiva”, explicó Tuñón.
La importancia de la lactancia materna
La OMS destaca a la leche materna como un “alimento ideal para los lactantes”, que no solo “contiene anticuerpos que protegen de muchas enfermedades propias de la infancia”, sino que, además, “suministra toda la energía y nutrientes que una criatura necesita durante los primeros meses de vida, y continúa aportando hasta la mitad o más de las necesidades nutricionales de un niño durante la segunda mitad del primer año, y hasta un tercio durante el segundo año”.
En ese sentido, destaca que “los niños amamantados muestran un mejor desempeño en las pruebas de inteligencia, son menos propensos al sobrepeso o la obesidad y, más tarde en la vida, a padecer diabetes”, al tiempo que “las mujeres que amamantan también presentan un menor riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario”.
Por definición, la lactancia materna exclusiva (LME) es alimentar al bebé únicamente con leche materna, sin la introducción de otros alimentos o líquidos, ni siquiera agua, durante los primeros seis meses de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda esta práctica, destacando sus beneficios para la salud y el desarrollo del niño.
Asimismo, algunos de los beneficios de la lactancia materna exclusiva, que son numerosos y abarcan diversos aspectos, son:
- Nutricionales: contiene todos los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo del bebé en los primeros seis meses de vida. Es fácil de digerir y está perfectamente adaptada a las necesidades del bebé.
- Inmunológicos: proporciona anticuerpos y factores inmunitarios que protegen al bebé contra infecciones comunes, como diarreas y enfermedades respiratorias.
- Psicológicos: fomenta el vínculo emocional entre la madre y el bebé, lo cual es crucial para el desarrollo emocional y social del niño.
“Desde la perspectiva de las madres, hay una importante valoración de la lactancia materna exclusiva, un conocimiento sobre los beneficios de la misma. Aunque podría profundizarse ese conocimiento, sobre todo porque hay beneficios que también son para la mujer en términos, por ejemplo, de prevención del cáncer de mama y de útero”, destacó Tuñón.
Al tiempo que resaltó que “la valoración de la lactancia materna como una oportunidad para desarrollar una mejor comunicación pública sobre la temática y para poder extender en todo el territorio de la Argentina programas que dan muestra de que pueden ser exitosos, en términos de la formación y el acompañamiento de las mujeres, durante el parto y el posparto”.
Además, en el documento destacan que la lactancia materna cuenta con importantes implicaciones socioeconómicas y ambientales, ya que reduce la necesidad de fórmulas lácteas y envases, y disminuye los desechos y el impacto ambiental asociado a su producción y distribución. Pero eso no es todo, ya que reduce los costos de atención médica al prevenir enfermedades infantiles comunes.
La importancia de la lactancia materna: las estrategias de apoyo
Argentina cuenta con un marco normativo para apoyar la lactancia materna. Desde la Ley de Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia (Ley 1000 días), promulgada en 2021, pasando por la Ley de Lactancia, Promoción y Concientización Pública (Ley 26.873, 2013) y la Ley de Derecho de los Padres y la Persona Recién Nacida (Ley 25.929, 2004), estas normativas promueve la lactancia materna y protege los derechos de madres e hijos.
Asimismo, en el territorio nacional se han implementado diversos programas para apoyar a las madres en la lactancia materna, como es la estrategia Hospital Amigo de la Lactancia, promovida por el Ministerio de Salud de la Nación, que exige que los hospitales con unidades neonatales o pediátricas cuenten con centros de lactancia, los cuales facilitan la correcta extracción y preservación de la leche materna, incluso mediante el uso de Bancos de Leche Humana, que son esenciales para los bebés prematuros o con necesidades especiales.
Además, de acuerdo al trabajo, para aumentar las tasas de lactancia materna exclusiva, se deben implementar estrategias que aborden las barreras identificadas y promuevan un entorno favorable:
- Programas de educación y apoyo: incrementar la disponibilidad de programas educativos y de apoyo a la lactancia en hospitales y comunidades.
- Políticas laborales favorables: implementar y reforzar políticas de licencia por maternidad, así como la creación de espacios de lactancia en los lugares de trabajo.
- Campañas de concientización: realizar campañas de concientización para informar a las madres y al público en general sobre los beneficios de la lactancia materna exclusiva.
- Formación de profesionales de salud: asegurar que los profesionales de salud estén capacitados para apoyar y asesorar a las madres sobre la lactancia materna.
“En términos generales, uno podría reconocer que en la medida en que se incrementan las estructuras de oportunidades o que se construyen los espacios estatales, como puede ser, por ejemplo, el programa preparación integral para la maternidad, que en el caso de Gran Resistencia se constituyó como muy exitoso u otros, como pueden ser aquellos que están vinculados a enfermeras de enlace y distintos sistemas de asesoramiento y de formación, que se realizan durante el embarazo y luego del parto, se han evidenciado como muy oportunos para continuar la lactancia materna más allá de los seis meses”, destacó Tuñón.
Al tiempo que señaló que, “en el caso de las madres que trabajan y que se insertan nuevamente al mercado de trabajo pasada la licencia, señalan la necesidad de lograr extensión de sus licencias laborales, trabajar en casa, lograr reducción horaria, y tener la hora de lactancia. Pero también señalan la necesidad de tener espacios de lactancia para poder aprovechar mejor esta hora en sus propios trabajos, una situación que no es habitual. Tampoco lo es tener espacios específicos o heladeras para poder almacenar la leche materna, por citar algunos ejemplos”.
“Sin dudas, esto es más probable que ocurra en el campo del trabajo formal, pero la realidad es que la gran mayoría de las mujeres de los sectores populares en la Argentina, o están inactivas, o trabajan en el sector informal de la economía; lo cual hace poco posible lograr alcanzar estos derechos”, reflexionó la experta.
Lo cierto es que el informe también incluye una caracterización sociodemográfica de la población femenina en edad reproductiva (14-49 años), en el cual destaca diferencias según el nivel educativo, situación ocupacional y residencial. Estas características influyen significativamente en las prácticas de lactancia materna, con madres de mayor nivel educativo y mejores condiciones laborales presentando mayores tasas de lactancia materna exclusiva.
“En todos los casos, lo que se ha encontrado es que el ejercicio de este nuevo rol, que es el de ser una madre lactante, produce mucha satisfacción y mucho compromiso que, incluso, puede suplantar otros roles para muchas mujeres, sobre todo en los sectores sociales más vulnerables, que se puede constituir en un rol de integración social muy importante. Y en ese sentido, la lactancia materna exclusiva es sumamente valorada por las mujeres. Con lo cual, cualquier política pública que esté orientada a facilitar estos procesos, sería muy bienvenida y tendría un potencial efecto positivo en este aspecto”, concluyó Tuñón.