La lactancia materna les aporta a los bebés todos los nutrientes que necesitan para crecer y que su sistema inmunológico se desarrolle plenamente.
De acuerdo con la Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se recomienda que la leche materna sea el alimento exclusivo de los bebés recién nacidos hasta los 6 meses de edad, y que hasta los 2 años se alimenten con una combinación de esta con alimentos adecuados y nutritivos para su edad.
Justamente, ambos organismos internacionales, desde 1992, promueven la Semana Mundial de la Lactancia para la protección, el fomento y el apoyo a las mujeres para que amamantes a sus hijos.
“Es un mito que una persona que tuvo un bebé se quedó sin leche materna o que la leche no alcanza. Puede pasar que en algún momento la producción de leche de la madre no se adecue exactamente a las necesidades del bebé. Sin embargo, la dificultad se puede superar”, dijo a Infobae la jefa de neonatología del Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas, de la Argentina, Silvia García.
Para la experta en pediatría y neonatología, es clave que haya un ambiente tanto en el hogar como en el trabajo que sea favorable a la lactancia materna.
“Si el bebé está en neonatología, se puede dar la leche materna por sonda. En algunos casos, se puede usar bombas de succión. También se puede acudir a bancos de leche donada que realicen los procesos de pasteurización”, comentó.
“Como una medida excepcional, se puede indicar una leche de fórmula, pero se debe considerar que ningún otro producto puede reemplazar los beneficios de la leche materna”, señaló.
¿Cómo produce leche el cuerpo tras el embarazo?
Durante los días posteriores al nacimiento de un bebé, el cuerpo de la persona gestante produce el “calostro”, una especie de anticipo de la leche o “leche de prueba” muy rica en nutrientes. El calostro tiene muchos efectos beneficiosos para el bebé, incluyendo sus nutrientes, que estimulan el sistema inmune, ayudando a combatir las infecciones.
En algunas mujeres, el calostro es espeso y amarillento. En otras, es más líquido y acuoso. El calostro fluye desde el pezón muy lentamente para que el bebé vaya aprendiendo a mamar, una habilidad que implica coordinar las conductas de succionar, respirar y tragar.
Cuando la persona lleva tres a cuatro días fabricando calostro, empezará a notar sus mamas más firmes y duras. Eso es un signo de que la producción de leche está aumentando y de que está pasando de producir calostro a fabricar leche materna propiamente dicha.
La leche se vuelve más blanca y más cremosa, aunque esto varía de una mujer a otra. Si la leche tarda más tiempo en bajar, es algo normal. Se sugiere consultar con el profesional de pediatría que atiende al bebé. Aunque los recién nacidos no necesitan más que calostro durante los primeros días de vida, es posible que el médico prefiera asegurarse de que el niño está comiendo lo suficiente.
¿Cuáles son los beneficios de la lactancia materna?
La lactancia ofrece beneficios de salud incomparables. Según la Unicef, ayuda a prevenir 823.000 muertes de niños menores de 5 años, 20.000 muertes por cáncer de mama y alcanzar ahorros económicos anuales de 302 mil millones de dólares o 0,49% del ingreso bruto mundial, estimados a partir de los déficits cognitivos asociados con deficientes prácticas de alimentación infantil.
Sus beneficios se traducen en menos infecciones, mayor inteligencia, protección contra el sobrepeso y la diabetes, entre otros. Por otro lado, la evidencia también demuestra que la lactancia brinda ventajas ambientales. Porque la leche materna es un “alimento natural renovable”, ambientalmente seguro, sin contaminación ni envases o desperdicio.
¿Por qué no todas las mujeres producen mucha leche?
“Es un mito que las madres no producen leche. También es un mito que algunas mujeres producen poca leche. Es importante que las madres sean informadas sobre la lactancia materna antes del parto. Debe ser una decisión informada y que la mujer quiera hacerlo”, explicó la doctora García, quien es pediatra y neonatóloga.
“La madre tendrá mayor producción de leche si tiene ingesta de líquidos y alimentación adecuadas, si el bebé se pone frecuentemente al pecho y si cuenta con ambiente amigable con el amamantamiento”, enfatizó.
“Algunos factores que pueden impactar en la cantidad de leche materna son factores hormonales, la demora en la succión, la frecuencia y agarre del bebé al pezón, la ansiedad, el estrés, la falta de hidratación, y la mala alimentación de la madre”, explicó Carola Allemand, miembro de la Sociedad Argentina de Mastología y del Servicio de Mastología mamaria del Hospital Italiano de Buenos Aires.
También Allemand comentó que algunas mujeres han tenido cirugías o radioterapias que pueden alterar la producción de leche.
¿Se puede reemplazar la leche materna?
La leche materna no es sustituida cuando se usa la leche de fórmula. Porque la leche materna está diseñada por cada mujer para cada bebé. A menos que esté indicado por un médico, no es necesario dar a los bebés leche de fórmula o preparados para lactantes, de acuerdo con Unicef.
Según la doctora Allemand, “las fórmulas se pueden usar de manera complementaria en algunas situaciones excepcionales o la leche de la vaca diluida durante los primeros meses de vida. Debería ser evaluado e indicado por un profesional de la salud”.
¿Cuáles son los alimentos que hay que evitar cuando se amamanta?
Para resguardar la salud de los bebés y las mamás, se debe evitar algunos medicamentos contraindicados y el consumo de alcohol.
“Se deberían evitar todos los productos no pasteurizados, como leche y quesos, tanto para cuidar la salud de la persona gestante como la del bebé”, expresó Allemand. “En algunos casos, mucho consumo de café por parte de la madre puede alterar el sueño del bebé”, sugirió.