La diabetes es una enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por niveles elevados de azúcar en la sangre. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 500 millones de personas en todo el mundo padecen esta condición, convirtiéndola en una de las enfermedades crónicas no infecciosas más comunes a nivel global.
En Argentina, entre el 12% y el 13% de los adultos mayores de 18 años tienen diabetes, lo que equivale a aproximadamente 3.500.000 a 3.800.000 personas afectadas.
La enfermedad se origina debido a una falla en una hormona llamada insulina. Sin insulina, el azúcar que debería ingresar a las células para proporcionarles energía permanece en la sangre y circula por ella.
Según explicó en una nota previa con Infobae el médico endocrinólogo especializado en diabetes y ex presidente de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD), León Litwak (MN 40398), “la falta de insulina puede ocurrir porque el páncreas, el órgano encargado de producirla, deja de secretarla, lo cual se presenta en la diabetes tipo 1. Alternativamente, en la diabetes tipo 2, la insulina está presente, pero el organismo no puede utilizarla de manera efectiva debido a la resistencia a su acción”.
Cuáles son los síntomas de la diabetes
Una publicación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH por su sigla en inglés) de los Estados Unidos da cuenta de que “los síntomas de la diabetes tipo 1 pueden manifestarse rápidamente, en cuestión de semanas. En contraste, los síntomas de la diabetes tipo 2 suelen desarrollarse de manera gradual a lo largo de varios años y pueden ser tan sutiles que, a veces, pasan desapercibidos. Muchas personas con diabetes tipo 2 no presentan síntomas evidentes y solo descubren que tienen la enfermedad cuando aparecen complicaciones relacionadas, como visión borrosa o problemas cardíacos”.
La diabetes tipo 1 representa solo el 10% de la población con diabetes (en la Argentina, alrededor de 350 mil personas).
Asimismo, suele diagnosticarse de manera más sencilla debido a que el paciente presenta síntomas muy claros”. En ese sentido, Litwak mencionó entre los más característicos que la persona baja de peso, se siente débil, orina mucho, tiene mucha sed, etc. El 90% restante de las personas con diabetes presenta una patología en la que el páncreas produce insulina, pero esta no es suficiente o bien el organismo presenta una resistencia a que entre en las células de manera adecuada.
En la diabetes tipo 2 los niveles de azúcar pueden estar un poco altos y la persona no siente nada. “Es asintomática en general -señaló el experto-. Del 90% de la población con diabetes tipo 2, hay un 30% que no lo sabe y se entera de la enfermedad por las complicaciones”.
¿Qué es la hipoglucemia nocturna?
En este punto, Litwak señaló que, “en principio hay que tener en consideración qué es una hipoglucemia, entendida como una situación en la cual baja el azúcar, o sea, la glucosa de la sangre, por debajo de un límite que es peligroso”.
“Para establecer eso tenemos tener en cuenta que habitualmente la mayoría de las personas que no tienen diabetes ni padecen ningún trastorno del control de la glucosa tienen una hipoglucemia, es decir, una concentración de glucosa en sangre, que va entre 70/80 y 100 miligramos por mililitro en ayunas y después de comer alguna comida no sobrepasa 130/140 y eso es totalmente normal”, precisó el experto.
Ahora bien, “hay una alerta de hipoglucemia cuando alguna persona está con niveles menores de 70 y se produce efectivamente una hipoglucemia cuando está por debajo de 55 miligramos por decilitro”.
Y tras aclarar que este descenso nocturno de la glucemia en personas diabéticas puede ser sintomático o asintomático, el médico especialista en Medicina Interna y presidente de la Sociedad Paraguaya de Diabetología, Atilio Castillo Ruiz agregó: “Si presenta hipoglucemia asintomática, o sea el paciente no se despierta, según vaya disminuyendo el nivel de glucemia, la persona puede llegar a convulsionar. Muchas veces el paciente presenta pesadillas, movimientos en la cama toda la noche. Y en ocasiones es la pareja o algún familiar que se percata de dicho estado. Muchas veces al despertar se siente cansado y la ropa o las sábanas están todas mojadas”.
En ese sentido, destacó: “La gravedad de la hipoglucemia depende de qué nivel de descenso llegue, menos de 70 mg/dl es leve, pero por debajo de 54 mg/dl ya es más importante, y en ocasiones lleva hasta la internación”.
¿Por qué la necesidad de orinar puede aparecer de noche?
Consultado por este medio, Castillo Ruiz explicó que “la necesidad de orinar en la noche que ocurre en el paciente es porque la producción hepática de glucosa aumenta en los periodos de ayuno y hace que el nivel de glucosa sea igual o mayor a 220-240 mg/dl que es el umbral que el paciente con diabetes para aumentar la diuresis”.
Además, “al acostarse aumenta el flujo de sangre a los riñones por aumento del retorno venoso, permitiendo el aumento de la diuresis”, agregó.
En la misma línea se manifestó en diálogo con Infobae Litwak, quien destacó que “cuando una persona se levanta a orinar durante la noche es por hiperglucemia, o sea, el azúcar le sube mucho y eso la obliga muchas veces a orinar mucho y tienen mucha sed”.
- ¿Qué impacto tienen en la salud de las personas las hipoglucemias nocturnas?
- Castillo Ruiz: A mayor frecuencia de hipoglucemias nocturnas, mayor daño en las neuronas y aumenta el riesgo cardiovascular, pudiendo llegar a producir arritmias (como la fibrilación auricular que puede producir un stroke).
Estos episodios se pueden prevenir, siempre buscando las causas. Si la dosis de insulina es muy elevada, hay que ajustar, o si la persona utiliza insulina rápida en la noche y no cena, deberá consumir una buena cena. En ocasiones las hipoglucemias nocturnas se deben a que la persona realiza actividad física a la noche y en esa ocasión, cambiar el horario de su actividad puede ser de gran ayuda.
- Litwak: La hipoglucemia es sobre todo una sensación de desvanecimiento, palpitaciones, transpiración, una necesidad imperiosa de comer. Esto ocurre en forma gradual y se va instalando y si el paciente no lo atiende, es riesgoso ya que puede dar cuadros neurológicos, pérdida de conocimiento, convulsiones e incluso hasta la muerte.
Si bien un desenlace fatal sucede muy pocas veces, las hipoglucemias nocturnas pueden llegar a ser graves si el paciente que tiene riesgos de tener hipoglucemias no está alertado como para poder enfrentarlas.
El tratamiento básicamente es la administración inmediata de azúcar, que se hace en forma intravenosa y en general tienen muy buena evolución.