Caída del pelo: cuánta pérdida de cabello es normal en las mujeres

La caída del cabello es un fenómeno que afecta a muchas mujeres a lo largo de su vida, y puede ser una experiencia emocionalmente difícil. Este problema puede manifestarse de diversas formas, desde el adelgazamiento general de las fibras capilares hasta áreas específicas de pérdida, y puede ser causado por una variedad de factores.

Entre las razones más comunes se encuentran los desequilibrios hormonales, el estrés, las deficiencias nutricionales y ciertos trastornos médicos. La caída del cabello en las mujeres impacta en la apariencia, y en consecuencia, puede afectar la autoestima y la calidad de vida.

También puede ser una consecuencia normal del envejecimiento, ya que con la edad las fibras capilares pueden perder su grosor, lo que lleva a un ensanchamiento de la raya del cuero cabelludo y pérdida en el área de la coronilla. Este debilitamiento puede incrementarse en la menopausia, según un estudio en el que se evaluó la prevalencia de calvicie de patrón femenino en 200 mujeres de edades entre 50 y 65 años.

Esto se debe principalmente a que en esa etapa de la vida los niveles de estrógeno disminuyen. La hormona afecta significativamente el ciclo de crecimiento del cabello, la salud del cuero cabelludo y los folículos, y los aceites naturales que mantienen la suavidad y el brillo del cabello. Por ende el pelo no solamente es más débil, sino que también tarda más tiempo en crecer.

Las personas, en promedio, pierden de 50 a 100 pelos por día, cifra que pasa desapercibida ya que crece cabello nuevo constantemente. Además, la caída es parte del ciclo normal que cumple una fibra capilar luego de su crecimiento (anágena), su período de transición (catágena) y de su fase de reposo (telógena).

Los expertos de Mayo Clinic recomiendan consultar con un profesional de la salud “si uno está preocupado por la pérdida de cabello o la de su hijo, y deseas hacer un tratamiento. En el caso de mujeres que experimentan un retroceso de la línea de cabello (alopecia fibrosa frontal), habla con el médico sobre un tratamiento temprano para evitar una calvicie permanente importante”.

Además, si se nota una pérdida repentina y excesiva, o la presencia de erupciones cutáneas en el cuero cabelludo, se debe acudir a un médico, ya que puede ser evidencia de una enfermedad subyacente. Ahora bien, si la disminución en la cantidad y espesor del pelo es progresiva y aumenta con la edad, puede ser un efecto natural del envejecimiento.

Algunas señales de caída anormal son el ensanchamiento de la raya del pelo, una mayor visibilidad del cuero cabelludo a través de las fibras capilares, una abundancia de cabellos en la ropa, almohadas, peine o duchas, entre otras.

Por un lado, los factores genéticos pueden afectar al cuero cabelludo. Esto sucede en mujeres que desarrollan alopecia de patrón femenino, que, según el portal de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, MedlinePlus, “se produce cuando el folículo se encoge con el tiempo, dando como resultado un cabello más corto y fino. Finalmente, el folículo no produce cabello nuevo. El folículo permanece vivo, lo cual sugiere que todavía es posible producir cabello nuevo”.

A diferencia de lo que sucede con los hombres, esta condición no suele causar la calvicie total en las mujeres, pero sí causa una pérdida progresiva.

Como se mencionó previamente, el envejecimiento también puede ser el responsable de la debilidad y la pérdida de grosor de las fibras capilares. Esto puede suceder debido a la disminución en la producción de estrógeno luego de la menopausia o de otras condiciones que afectan a la secreción de hormonas.

Por ejemplo, cualquier afección de la glándula tiroides, ya sea hipo o hipertiroidismo, puede tener consecuencias directas en el crecimiento del pelo. Se debe a que la tiroides es responsable de regular el metabolismo, por ende cualquier perturbación en su funcionamiento altera el sueño, el peso corporal, los estados de ánimo y también la estructura capilar.

Otra posible causa puede ser la respuesta fisiológica ante una enfermedad, estrés o pérdida rápida de peso. Esto se denomina efluvio telógeno y, según la Cleveland Clinic, “es un tipo común de pérdida de cabello que afecta a las personas después de experimentar un estrés severo o un cambio en su cuerpo. Los síntomas incluyen adelgazamiento del cabello, generalmente alrededor de la parte superior de la cabeza. Existe un tratamiento para revertir la caída del cabello, pero el cabello generalmente volverá a crecer en tres a seis meses sin tratamiento”.

Se debe a que el organismo utiliza sus recursos para combatir crisis físicas, como infecciones, o para atravesar el duelo emocional. Por ende, los folículos pasan a estar en una etapa de reposo prematura (telógena) hasta varios meses después, cuando se caen. Esto es temporal y reversible una vez que el cuerpo recupera su estado de salud.

Por otro lado, las deficiencias de vitaminas o minerales generan que el cabello no posea los nutrientes necesarios para crecer y mantener una estructura sana. Esto puede ocurrir con la falta de vitamina D, proteínas o hierro. Sin embargo, un consumo excesivo de ciertos nutrientes, como la vitamina A y E, puede causar un efecto contrario.

Peinados tirantes, tratamientos químicos recurrentes para el pelo, y el uso de herramientas de calor sin la protección adecuada a largo plazo pueden dañar el folículo piloso de manera irreversible.

“Alrededor del 40% de las mujeres pierden cabello adicional todos los días debido a la forma en que se peinan: [con] moños apretados, colas de caballo altas y recogidas hacia atrás y extensiones de cabello”, comentó la Dra. Elizabeth Bahar Houshmand, dermatóloga con sede en Dallas, en diálogo con el medio Time.

Las condiciones como la alopecia areata, en la que el sistema inmune ataca a las propias células capilares, y la alopecia cicatricial, caracterizada por el crecimiento de tejido cicatricial en el lugar de los folículos, generan una caída que puede ser permanente.

Además, ciertos medicamentos, como antidepresivos, los utilizados para tratar el cáncer, afecciones cardiovasculares y artritis, pueden tener como efecto secundario la pérdida de cabello.

Las razones pueden ser múltiples, por eso es importante consultar con un profesional de la salud que detecte las causas subyacentes y brinde el tratamiento adecuado para ralentizar o revertir la caída de pelo.

Existen medicamentos y suplementos nutricionales, que deben ser recetados por un médico, para tratar la pérdida de cabello de acuerdo a la condición que la genera. Por ejemplo, el equilibrar las hormonas tiroideas puede revertir los efectos de la afección en el pelo.

También es importante modificar los hábitos de cuidado capilar. Realizar peinados menos tirantes, evitar los productos químicos abrasivos y el calor excesivo puede mejorar significativamente la calidad y la estructura de las fibras capilares. Además, se debe mantener el cabello con los niveles adecuados de hidratación y nutrición para que crezca de manera correcta.

Tratamientos como el trasplante capilar y la terapia con láser también pueden ser opciones viables para revertir los efectos de la caída del cabello. Siempre deben ser recomendados y realizados por profesionales de la salud.

Cualquier tratamiento o solución tarda varios meses en mostrar resultados. Por eso es importante la constancia y el seguimiento de médicos especialistas que evalúen el crecimiento del cabello y su evolución.