A pocos días del inicio de los Juegos Olímpicos París 2024, el reconocido atleta argentino Germán Chiaraviglio contó en redes sociales que padece insuficiencia renal grave, una enfermedad en la que los riñones pierden su capacidad de filtrar desechos de la sangre. “Se me vino el mundo abajo”, expresó.
Lejos quedaron los momentos felices que vivió en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, cuando obtuvo una medalla de plata en la prueba de salto con garrocha. Todo cambiaría rápidamente. “Comenzó uno de los peores momentos que me tocó vivir”, define el santafesino en el posteo, tras “meses muy duros, con muchas consultas médicas y conceptos nuevos”.
“Luego de algunos meses y después de una biopsia renal, pude ponerle nombre al problema”, señaló Chiaraviglio y dijo que, aunque intentó seguir entrenando, se le hizo difícil. “Luego de comenzar un tratamiento con muchas pastillas y algunos efectos lógicos que me anticiparon, estoy queriendo ordenar un poco todo”, contó.
Lo cierto es que el “hallazgo” de esta patología le impide, en la actualidad, participar de los Juegos Olímpicos París 2024, ya que no le permitió, en un primer momento, formar parte de las clasificaciones previas. De qué se trata esta grave enfermedad que obligó a parar la vasta trayectoria del garrochista argentino.
Qué es la insuficiencia renal grave
Los expertos de Mayo Clinic señalan que la insuficiencia renal aguda ocurre cuando los riñones pierden de repente la capacidad de filtrar los desechos de la sangre, lo que genera una acumulación en niveles nocivos que puede desequilibrar la composición química de la sangre.
La insuficiencia renal aguda, también conocida como lesión renal aguda, surge rápidamente, usualmente en cuestión de días. Es más prevalente entre los pacientes hospitalizados, particularmente aquellos en estado crítico que necesitan cuidados intensivos. Aunque puede ser una condición grave que exige tratamiento intensivo, también existe la posibilidad de que sea reversible.
“Más de 845 millones de personas en el mundo padecen enfermedad renal crónica, según las últimas cifras del año 2017, con el pronóstico de convertirse en la quinta causa de muerte a nivel mundial para el año 2040″, había dicho a Infobae el doctor Carlos Bonanno, presidente de la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN).
Según advierte la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN, por sus siglas en inglés) en una nota anterior con Infobae, la disminución de la función renal puede no presentar síntomas evidentes durante muchos años, lo que dificulta la detección de problemas serios. Sin embargo, los signos se manifiestan una vez que se perdió hasta el 90% de la capacidad renal.
“Los riñones pueden dejar de funcionar lentamente durante un período de 10 a 20 años antes de presentarse enfermedad renal terminal”, resalta la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos. Por todo esto, la detección precoz puede ser la respuesta ante el impacto de esta patología.
Cuáles son los síntomas de la insuficiencia renal aguda
La insuficiencia renal aguda puede presentar una variedad de síntomas, entre los que se incluyen la disminución del volumen de orina, la retención de líquidos que provoca hinchazón, falta de aire, fatiga, desorientación, náuseas, debilidad, ritmo cardíaco irregular, dolor en el pecho y, en casos severos, convulsiones o coma.
“Luego de algunos dolores de cabeza, empiezo a consultar y, con estudios complementarios, me indican que tengo insuficiencia renal grave”, señaló Chiaraviglio. Existen casos en que no hay síntomas evidentes y la condición se detecta mediante pruebas de laboratorio realizadas por otros motivos.
Cuáles son los signos más comunes:
- Disminución del volumen de orina excretado (diuresis), aunque en algunos casos puede mantenerse estable.
- Retención de líquido, lo que causa hinchazón en las piernas, los tobillos o los pies.
- Falta de aire.
- Fatiga.
- Desorientación.
- Náuseas.
- Debilidad.
- Ritmo cardíaco irregular.
- Dolor u opresión en el pecho.
- Convulsiones o coma en casos severos.
En general, la insuficiencia renal aguda suele ocurrir junto con otra enfermedad. Entre los factores de riesgo se incluyen hospitalización por enfermedades graves, edad avanzada, obstrucciones en los vasos sanguíneos, diabetes, presión arterial alta, insuficiencia cardíaca, enfermedades renales y hepáticas, algunos tipos de cáncer y sus tratamientos.
Cómo diagnosticarla y cuáles son los tratamientos
Para diagnosticar la insuficiencia renal aguda, los médicos suelen recomendar varios procedimientos. Primero, el control del volumen de orina ayuda a evaluar la función renal. Luego, un análisis de orina puede revelar anomalías indicativas de problemas renales. Los análisis de sangre, que miden los niveles de urea y creatinina, son esenciales para determinar la gravedad de la insuficiencia renal.
Además, los estudios de diagnóstico por imágenes, como el ultrasonido y la tomografía computarizada, permiten una visualización detallada de los riñones y pueden identificar obstrucciones o anomalías estructurales. En algunos casos, se puede realizar una biopsia renal para obtener una muestra de tejido, lo cual proporciona información crucial sobre el daño renal y su causa.
“La enfermedad renal crónica se clasifica en 5 estadios; en los primeros 3, no presenta síntomas. Cuando comienzan los síntomas, en el estadio 3b (proteinuria u orina con abundante espuma), su progreso ya es irreversible y se necesita iniciar un tratamiento de manera inmediata para evitar que el riñón deje de funcionar”, advirtió Bonano en diálogo con Infobae.
El especialista señaló que en Argentina existen tratamientos efectivos para la enfermedad renal crónica, los cuales han demostrado reducir la glucemia, el riesgo de muerte cardiovascular y la progresión de la enfermedad. Entre estos tratamientos se encuentra la empagliflozina, que ha sido aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para su uso en adultos con ERC, tanto con diabetes como sin ella. “La molécula ha demostrado efectividad para reducir la glucemia, el riesgo de muerte cardiovascular y la reducción de inicio o empeoramiento de la enfermedad renal”, destacó el experto.