La nutrición durante los primeros años de vida es crucial para el desarrollo físico e intelectual, y marcará el futuro de todas las personas. La etapa de crecimiento en los dos años iniciales es única y no se repetirá. Durante este período se establecen las bases para el desarrollo del cerebro, el sistema inmunológico y los hábitos alimenticios.
Por eso, los especialistas advierten la importancia de establecer una alimentación saludable y nutritiva, ya que lo que ocurra en ese período es irreversible. Es que, de acuerdo a UNICEF, “el 40% de las habilidades mentales del adulto se forman en los tres primeros años de vida”. Asimismo, desde a Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) advierten que “la evidencia reciente muestra que las variaciones en la composición del microbioma de la vida temprana se han asociado con enfermedades como asma, obesidad y trastornos del neurodesarrollo”.
Asimismo, en el Informe Especial del Observatorio de la Infancia y Adolescencia SAP-UNICEF, aseguran que “el microbioma y el ambiente perinatal son cruciales para el desarrollo inmune adecuado y la salud a largo plazo y predisponen al recién nacido a resultados de salud específicos a lo largo de la vida”. “El pasaje por el canal de parto, el contacto piel a piel inmediato luego del nacimiento y la leche humana son fundamentales para la colonización adecuada de la persona recién nacida y el desarrollo de un microbioma saludable”, agregan
El siguiente es un decálogo que publica Infobae en exclusiva formulado por un grupo de expertos de diferentes disciplinas con el objetivo de aportar información, desterrar mitos, dar recomendaciones; además de advertir sobre los desafíos en torno de esta etapa crítica de la vida.
1- Los primeros 1000 días
“Estos 1.000 días de vida son cruciales para el crecimiento y desarrollo de un niño. Durante este período, el cuerpo y el cerebro del niño experimentan un rápido crecimiento y desarrollo, lo que significa que la nutrición adecuada es esencial para asegurar un crecimiento saludable”, explicó el doctor Omar Tabacco, médico pediatra gastroenterólogo y expresidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Los 1.000 días a los que tan habitualmente se refieren los especialistas son aquellos que abarcan desde la concepción hasta los dos años de edad y significan una ventana de oportunidad única. Como las dos caras de una moneda, por un lado puede favorecer el normal crecimiento físico, la programación metabólica, el neurodesarrollo y la maduración inmunológica, pero, en contrapartida, puede tener consecuencias desfavorables en el niño y en la vida adulta si no se propicia un adecuado cuidado materno y no se privilegian la alimentación y el tipo de parto.
Los especialistas afirman que la alimentación en esta etapa es crítica, desde la nutrición de la madre durante la gestación y el período de lactancia, por sus consecuencias sobre la programación fetal, pues afecta directamente al crecimiento y desarrollo del feto y, posteriormente, del niño. Tras el nacimiento, lo que alimente al bebé es crucial para establecer patrones alimentarios saludables que pueden durar toda la vida.
2- Favorecer la lactancia materna
Los expertos no tienen dudas de que la leche materna es la clave indiscutible para que el bebé reciba todos los nutrientes que necesita durante la primera etapa de la vida. Por eso es un dato alentador el que arrojó la Encuesta Nacional de Lactancia Materna (ENALAC) que indican que la tasa de lactancia exclusiva hasta los 6 meses de vida pasó del 30% en 2011 a 45% en 2022, año del último relevamiento. Los especialistas consultados por Infobae consideraron estas cifras “muy auspiciosas”, aunque aún “hay oportunidades de mejora”.
“La lactancia ofrece beneficios de salud incomparables. Aumentando su práctica a niveles óptimos, se podrían prevenir 823.000 muertes de niños menores de 5 años, 20.000 muertes por cáncer de mama y alcanzar ahorros económicos anuales de US$ 302 mil millones o 0,49% del ingreso bruto mundial, estimados a partir de los déficits cognitivos asociados con deficientes prácticas de alimentación infantil”, señalan en el informe emitido por la SAP y UNICEF. Al tiempo que indican que “sus beneficios se traducen en menos infecciones, mayor inteligencia, protección contra el sobrepeso y la diabetes, entre otros”.
“El desarrollo de un espacio ubicado en el entorno laboral o de estudio, que ofrezca las condiciones adecuadas para la extracción y conservación de la leche materna, para que las madres puedan transportarla al hogar y disponer de ella para alimentar al bebé en su ausencia temporal, es fundamental para no interrumpir la lactancia”, afirmó el doctor Carlos Martín Loza, (MN 86925) miembro de la Sociedad Argentina de Mastología y subdirector del Centro Mamario del Instituto Alexander Fleming (IAF), en una nota previa en Infobae. Estos sitios, conocidos como “Espacios Amigos de la Lactancia”, deben ser cómodos, higiénicos y respectar la privacidad de las madres, para que realicen la extracción de un modo seguro, señaló.
3- Microbiota
La microbiota es el conjunto de microorganismos que habitan en el cuerpo. Son billones de microbios que viven en simbiosis, es decir, en una relación de beneficio mutuo con las células humanas. Allí hay bacterias, virus, hongos, arqueas y protozoos. Todos deben estar en equilibrio y cumplir con sus funciones como condición indispensables para mantener la salud.
Los expertos consultados por Infobae explicaron que el predominio de bacterias como las Bifidobacterium y Lactobacillus, transferidas a partir de la microbiota materna mediante el parto vaginal y la lactancia, y reforzadas por los prebióticos naturales (oligosacáridos) de la leche materna (HMO, por su sigla en inglés), constituye el mejor ejemplo de la naturaleza de una “siembra” intestinal inicial exitosa, que prepara el escenario para una infancia saludable.
La leche materna está compuesta por elementos bióticos -más precisamente, oligosacáridos, bacterias y metabolitos bacterianos- que contribuyen en el proceso de colonización intestinal del lactante, al favorecer tanto el equilibrio de la microbiota intestinal como el desarrollo de sistemas digestivo, inmunológico y metabólico saludables.
“Así como el parto vaginal y la lactancia materna modulan favorablemente la microbiota, se sabe que medidas como la ingesta de antibióticos atentan contra ella. Por lo tanto, deben usarse solo cuando es estrictamente necesario y a partir de la prescripción de un profesional de la salud”, destacó el doctor Tabacco.
4. Controles de salud
En el encuentro con el profesional de la salud, la familia puede evacuar sus dudas y dificultades sobre la crianza, la alimentación y las vacunas. Es por eso que los expertos destacan la importancia de acudir a la consulta médica desde que el bebe nace, aunque esté sano, para saber cómo está creciendo y desarrollándose.
La recomendación de los expertos, entonces, es acudir a la primera consulta con el profesional de la salud entre los 7 y 10 días de vida. Ahora, entre el primer y sexto mes, la cita debe ser todos los meses; entre los 6 meses y el primer año, es cada 2 meses; entre 1 y 2 años, cada 3 meses; entre 2 y 3 años, cada 6 meses. Y al superar los 3 años, una vez por año.
“Incluso, si su hijo está saludable, los controles del niño sano son un buen momento para enfocarse en el bienestar de su hijo. Hablar sobre maneras para mejorar el cuidado y prevenir problemas ayuda a mantener a su hijo saludable”, postulan en MedlinePlus, el sitio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Y agregan: “Cada control pediátrico incluye un examen físico completo. En este examen, el proveedor de atención médica verifica el crecimiento y desarrollo del bebé o del niño pequeño con el fin de encontrar o prevenir problemas”.
En el caso de los niños recién nacidos, los expertos de Mayo Clinic sugieren: “Tener un recién nacido supone un nuevo nivel de actividad en tu vida. Al principio puede parecer que el cuidado de un recién nacido consiste únicamente en darle de comer, bañarle, cambiarle los pañales y tranquilizarle, pero mantener sano a un recién nacido es mucho más que eso. También hay que cuidarle la piel, saber qué significan sus llantos y ayudarle a desarrollarse”.
5. Evitar la leche de vaca antes del año
Un estudio del Centro de Estudios sobre Política y Economía de la Alimentación (CEPEA), presentado en el último Congreso Argentino de Nutrición, mostró que 4 de cada 10 niños consumen leche de vaca antes del año de vida, aunque está desaconsejado porque su composición nutricional es inadecuada para esa etapa y puede comprometer la salud futura.
“La leche de vaca está contraindicada en esa etapa precisamente por el déficit y la sobrecarga de algunos nutrientes para ese momento del desarrollo”, afirmó el doctor Tabacco
En ese sentido, la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud advirtió que la dieta en la primera infancia, en promedio, excede el aporte de proteínas y sodio, y está por debajo en ácidos grasos omega-3, zinc y hierro. Además, asegura que los excesos y déficits de la dieta “son más pronunciados en quienes abandonan la lactancia materna y consumen leche de vaca”.
De acuerdo a un relevamiento online realizado en todo el país, cuyos resultados fueron adelantados a Infobae en 2023, indicó que el 90% de los participantes consideran muy importante la alimentación y la lactancia durante los primeros 1.000 días de vida del bebé, siendo que el 85% opta por la leche materna exclusiva hasta los seis meses de edad y complementaria hasta los dos años o más. Sin embargo, también advirtió que hay quienes recurren a otras alternativas, como las leches de fórmula (61%) o la leche de vaca (55%), basándose en la recomendación del pediatra (74% y 55%, respectivamente) o en el consumo hogareño (44% en el caso de la leche de vaca).
6. Mitos alrededor de la lactancia
Desde el nacimiento, muchas madres deben enfrentarse a creencias que, a fin de cuentas, poco se relacionan con la realidad. Una de ella se centra en la supuesta facilidad que tiene la lactancia materna. Sin embargo, esta situación no es igual para todas, ya que los expertos consultados por Infobae destacan que “requiere práctica, tanto para la madre como para el bebé, y será crítico que la madre pueda tener un espacio y apoyo de su familia y trabajo”. Aquí tres mitos develados:
- “Es habitual que la lactancia duela”: puede haber algún malestar inicial, pero si persiste el dolor, debe evitarse acudiendo a algún profesional capacitado para ayudar a mejorar la técnica.
- “Muchas madres no pueden producir leche suficiente”: casi todas las madres producen la cantidad adecuada de leche para sus bebés, determinada por la capacidad del bebé para agarrarse a la teta y extraer leche, así como la frecuencia de la lactancia.
- “Los bebés que han sido amamantados son más apegados”: todos los bebés son diferentes. Algunos son más apegados que otros, sin importar cómo los alimenten.
Lo cierto es que, sin lugar a dudas, “los beneficios de la lactancia se observan a corto y a largo plazo”, aseguró el doctor Fernando Burgos, médico pediatra y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría, en un artículo en Infobae. Y detalló: “Disminuye la incidencia de la aparición de las enfermedades comunes de la primera infancia y brinda beneficios en la salud de la vida adulta. También confiere beneficios a la madre lactante, como efectos favorables en el metabolismo del calcio, disminución del riesgo de osteoporosis, mejoras en la salud cardiovascular y reducción del riesgo de desarrollar cáncer de mama y de ovario, entre otros”.
7. La puericultura
La llegada de un hijo es un momento esperado por muchas mujeres. Es una etapa inolvidable y un periodo en el que se depositaron muchas expectativas y sueños. Sin embargo, no siempre es tan maravilloso como se cree. Incluso, la alegría no es la única emoción que puede aparecer.
“En ocasiones, es una etapa cargada de incertidumbre, miedos, angustias, dolores, cansancio extremo, cambios de humor y tensiones en el hogar, por lo que es una buena estrategia pedir ayuda”, sostuvo la puericultora Paola de los Santos, fundadora del movimiento femenino “Yo doy la teta” y autora del libro homónimo.
Y continuó: “Respecto de la alimentación del recién nacido, la puericultura es una disciplina que brinda herramientas concretas para mejorar la técnica de lactancia, para aliviar dolores o malestares de la mamá, para desterrar mitos y para acompañar a las familias a transitar esta nueva etapa con todos los cambios que se generan alrededor de la llegada del bebé”.
Anteriormente, en diálogo con Infobae, la licenciada en psicología con orientación Perinatal y Reproductiva María Agustina Capurro (MN 69748) apuntó: “Desde la mirada de la salud mental, el puerperio hace referencia a, al menos, los primeros dos años postparto, donde muchas transformaciones en paralelo suceden para una mujer-madre. Lo adaptativo, los cambios neurohormonales, biológicos, físicos, emocionales, vinculares. No queda capa de la vida sin conmoverse”.
“Como en todo vínculo, las madres con sus hijas e hijos, necesitan tiempo de construcción, conocerse, compartir, descansar y armar una dinámica propia a pesar de las exigencias y ‘deber ser’ externas”, sostuvo Capurro.
8. La imposible ‘Mujer Maravilla’
De acuerdo a la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), se conoce como síndrome de “Mujer Maravilla” o “supermujer” a un “conjunto de características que se encuentran en una mujer que desempeña o intenta desempeñar todas las funciones típicamente asociadas con varios roles diferentes a tiempo completo, como asalariada, madre, ama de casa y esposa”.
Es por ello que los expertos destacan que “es importante que la mamá vaya eligiendo conscientemente su camino, revisar las exigencias y autoexigencias: hijos, casa, cuerpo, pareja, amigas, todo perfecto no se puede. Es una tarea diaria priorizar, elegir, renunciar, postergar, conservando su identidad y vida propia, para no olvidarse del hijo, pero tampoco ‘perderse’ en él”.
En ese tono, Maritchu Seitún, psicóloga especializada en orientación a padres, aseguró que “no se debe intentar ser una madre perfecta, sino una ‘suficientemente buena’. Las madres se equivocan, lo importante es que los errores no predominen en la crianza y tomarse el tiempo para reconectar y reparar”. Es que, desde el nacimiento, la mamá y su pareja toman decisiones a diario como a qué pediatra se lo llevará, si permitirán que el entorno lo alce, si lo dejarán llorar o no.
Sin embargo, sobre su alimentación, es necesario garantizar información objetiva para tomar decisiones particulares, promoviendo siempre la lactancia humana, pero sin desaprobar o juzgar a quienes no pueden llevarla a cabo, no logran sostenerla en el tiempo, no la eligen o no es una opción por su modelo de familia. “Todas estas decisiones están mediadas por mandatos, la mirada de la sociedad, la de sus propias madres y abuelas, la de parejas amigas, la información que ofrecen los medios de comunicación y redes sociales, el pediatra oficial y el pediatra amigo, entre otras fuentes”, aclaró Seitún.
En diálogo con Infobae, en un artículo reciente, el licenciado en psicología y sexólogo Mauricio Strugo (MN 41436) reflexionó: “Muchas mujeres terminan con depresiones postparto producto de no poder, a partir de ser madres 24x7, dinamizar sus vidas ocupando otros roles necesarios para cuidar su salud mental, como trabajar, salir con amigas, hacer alguna actividad física, etcétera. Con el pasar del tiempo estas cuestiones van mejorando, pero sigue siendo el hombre el que puede disponer de más tiempo”.
En este punto, el especialista destacó que en toda la vida de los hijos, “y no solo en la primera infancia, es importante la presencia de los padres. Es verdad que al principio el bebé tiene más apego con la madre y esto puede generarle una carga mental extra a la mujer más que al varón, pero la presencia de ambos es sumamente importante”.
9. La vuelta al trabajo y sus interrogantes
La vuelta al trabajo, es un momento temido, pero también esperado por muchas madres. Significa una separación entre mamá y bebé, es por ello que los expertos aseguran que, para poder concretarlo de la mejor manera, “sería ideal que se estuviera configurando un apego seguro”. “Para lograr sostener la lactancia, es importante poder completar el periodo de licencia en lugar de acortarlo y -dentro de lo posible- hacer progresivo el retorno. Además, es deseable -aunque pocas veces sucede- que el lugar de trabajo cuente con espacios adecuados para extracción y conservación de leche (‘Espacios amigos de la lactancia’), y apoyo del entorno y la familia”, destacaron los expertos consultados por Infobae.
“El estrés de balancear casa y trabajo debe ser de la pareja. A pesar de los enormes cambios socioculturales, siguen siendo las mujeres las que están tironeadas entre las necesidades familiares y la ambición personal, entre la preocupación por sus hijos y la necesidad de ganar dinero y tener acceso a experiencias y oportunidades de todo tipo”, reconoció Maritchu Seitún.
Cuáles son las cuatro medidas que pueden ayudar a esa separación:
- Acortar la ausencia llegando al trabajo más tarde o retirándose antes y que el papá haga lo inverso, así los hijos no sienten que sus padres se van a la madrugada y vuelven de noche.
- Volver más temprano llevando trabajo a casa y retomarlo recién cuando el bebé duerme.
- Al regresar, estar plenamente disponible para el bebé, sin distracciones como el celular.
- Pedir colaboración a familiares cercanos para que lo visiten cuando los padres no están.
Anteriormente, tal como citó Infobae, la doctora Ana Pedraza, (MN 42867), jefa de Neonatología de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina, explicó que “las dudas e inseguridades que surgen en el momento de la vuelta al trabajo son muchas, ya que es probable que sea la primera vez que la madre va a pasar un tiempo prolongado separada de su hijo. El asesoramiento oportuno es fundamental para que pueda continuar amamantando, ya que el retorno a la vida laboral es una de las causas más frecuentes de abandono de la lactancia antes del período de tiempo recomendado”.
10. Legislación
Los beneficios de la lactancia materna, desde el punto de vista científico y médico, son innegables. Es por ello que, en el plano legal, se ha convertido en un derecho, el cual se encuentra subsumido dentro del derecho humano fundamental a la alimentación. “Tal como ha sostenido el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ’el derecho a la alimentación adecuada se ejerce cuando toda persona tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o medios para obtenerlo’, y por tanto se encuentra garantizado por las normas internacionales de derechos humanos”, señalaron los expertos.
“La profusa normativa vigente y aplicable en Argentina, de la cual la mayoría tiene jerarquía constitucional y plenamente operativa, es robusta y progresiva en materia de derechos humanos, en especial en este derecho personalísimo: la lactancia materna”, señaló la doctora Mariana Amartino, abogada especialista en discapacidad y derecho a la salud,
En la Argentina, se ha incorporado al derecho interno (art. 42 y 75 inc. 22 Constitución Nacional) distintas normativas internacionales, como son la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención de los Derechos del Niño (Ley 23.849), además del Protocolo de San Salvador - Convención Americana de Derechos Humanos - Pacto San José de Costa Rica - Ley 23054 y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Ley 23179).
Asimismo, existen otras leyes nacionales, como son: la Ley de Promoción y Concientización Pública de la Lactancia (Ley 26.873), la ley sobre Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Ley 26.061 y Dec. Reg. 415/2006), la Ley de Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia (Ley 27.611, conocida como “Ley 1000 días” y Dec. Reg. 515/2021), Ley de Promoción de Alimentación Saludable (Ley 27.642) y la Ley de Defensa del Consumidor (Ley 24.240). También en materia laboral existe regulación respecto del derecho a la lactancia, tales como Convenios de la Organización Internacional del Trabajo Nro. 3, 183, 156, Ley 20.744, y 25.164.
De acuerdo a los especialistas, “cabe poner de resalto que el sistema normativo vigente en Argentina, en relación al derecho a la lactancia, tutela tanto a las infancias como a las personas gestantes, siendo el Estado el responsable primigenio de garantizar el mismo. El anclaje normativo en el país es robusto y progesivo, con enfoque de derechos humanos”.
“Más allá, tal vez, de la licencia por maternidad extendida a 6 meses, que podría ser considerada una deuda pendiente, no existen aquí carencia de normas o vacíos legislativos, siendo el rol del Estado preponderante -como garante de los derechos humanos fundamentales- el responsable de la difusión de las normas existentes a los ciudadanos y de su cumplimiento efectivo”, afirmó Amartino.
Lo cierto es que la crianza es una etapa maravillosa de la vida, pero no es sencilla ni está exenta de desafíos, tanto pequeños como grandes, y la alimentación ocupa un lugar importante en el crecimiento y desarrollo. “Para que sea exitosa, es pertinente asesorarse, pedir ayuda, asumir que la perfección no es alcanzable e intentar tomar las mejores decisiones cada vez”, concluyeron los especialistas.