La selección argentina le ganó a Chile y se clasificó para los cuartos de final de la Copa América. Sin embargo, se encendieron las alarmas de preocupación, ya que el capitán Lionel Messi salió con una molestia y se lo vio elongando en más de una oportunidad durante el cotejo.
“Ahora voy a ver. Me molesta un poco. Pude terminar jugando, espero que no sea nada grave”, enfatizó Messi tras el encuentro. Y siguió: “Fue de la nada. Hace un par de días que vengo con dolor de garganta y fiebre, quizás eso me pasó factura hoy también. Pero no es algo viejo ni que traía, simplemente una contractura. Veremos”.
Un repaso por la situación: volcado sobre el lateral derecho, el Diez sufrió una falta del jugador chileno Gabriel Suazo y se levantó con notables gestos de dolor. Enseguida, fue atendido por el cuerpo médico de la Albiceleste y siguió en el campo. Posteriormente, se lo vio elongando y tocándose la parte posterior de la pierna, cerca de la ingle y el isquiotibial, hasta el final del primer tiempo.
No obstante, antes del comienzo del partido, cuando los jugadores se preparaban para cantar el himno, el capitán se tomó la misma parte de la pierna, tal como ilustra una de las imágenes que se encuentra en esta nota. Infobae consultó a especialistas para desandar los posibles escenarios que le deparan al astro argentino.
En primer lugar, el médico cardiólogo y deportólogo Norberto Debbag (MN 51320) explicó: “Podría ser el aductor, ya que el isquiotibial, es decir, la parte posterior, no fue. En el caso del aductor, si no le ‘pinchó' y si no tuvo la sensación de un piedrazo, posiblemente esté cargado, como una contractura. El músculo estaba un poco duro y eso mejora con la elongación, con fisioterapia y alguna medicación relajante”.
“Si Messi llegó a sentir como un pinchazo o un piedrazo, y tiene un dolor muy puntual, hay que hacer una ecografía, aunque se puede hacer una resonancia magnética, que es más específica. Si no, al menos la ecografía puede mostrar si es un desgarro o una distensión de grado uno, que es algo mínimo. Ese estudio también va a mostrar si el músculo está sobrecargado, comparándolo con el muslo del lado opuesto”, amplió Debbag ante la consulta de Infobae.
De acuerdo al experto, “puede tratarse de una sobrecarga muscular, que no es una ruptura ni nada, sino que el músculo está contraído. En ese caso, hace falta fisioterapia, relajante muscular y elongación. Posteriormente, hay que ver la evolución, si el jugador sintió ese pinchazo o si continúa con mucho dolor”.
“Puede ser una sobrecarga. Lo peor que puede pasar es que tenga un pequeño desgarro, pero me inclino más a sobrecarga. Si le duele puntualmente en un lugar, hay que hacer una ecografía y una resonancia”, consideró Debbag.
Por su parte, Claudio Croci, médico especialista en medicina del deporte (MN 87753), analizó en diálogo con Infobae: “Se trataría de la zona del aductor o del vasto interno del cuádriceps. Si fue por un golpe, buenísimo, porque seguramente se va a recuperar. Lo que sí me llamó la atención es que, si es un golpe, es raro que el kinesiólogo y el médico lo estén masajeando, porque habitualmente en estos casos se pone frío y nada más; además, el jugador mismo no quiere que lo toquen y médicamente no es bueno, porque se puede provocar una lesión mayor en el caso de que haya una distensión o un desgarro”.
“Con respecto a si Messi estuvo con un cuadro gripal o con una virosis antes del partido -amplió Croci- eso puede provocar lesiones musculares. La patología respiratoria o viral puede provocarla, pero también, a veces, las medicaciones utilizadas para el tratamiento pueden ocasionar algún tipo de lesión”.
De acuerdo al especialista, “si fue una contractura, hoy ya tendría que estar bien, después de alguna medicación antiinflamatoria. Habría que ver cómo estuvo trabajando en esta jornada. Si tiene un desgarro, son 21 días. Si tiene una distensión, tendrá entre 12 y 15 días. De todas formas, un punto a favor es que después de la jugada del golpe, corrió un pique y remató al arco, lo que puede indicar que hay algo en el aductor, porque si fuera directamente en el cuádriceps, el tiro al arco sería casi imposible”.
“El diagnóstico se tendrá con una ecografía. Seguramente la realizará el doctor Alejandro Rolón, que es parte del equipo de la selección y uno de los mejores especialistas en el país en diagnóstico por imágenes. No da la sensación de que sea algo grave, porque de lo contrario, no hubiese podido terminar el partido. Sí, podría ser una distensión muscular. De todos modos, el técnico Lionel Scaloni avisó que va a hacer algunos cambios para el próximo partido, ya que la selección está clasificada”, planteó Croci.
Cabe recordar que, tras el final del partido contra Chile, Lionel Scaloni fue consultado por los gestos de dolor del capitán. “No hablé después del partido con Leo. Terminó jugando. Hizo la carrera con Ángel (Di María) y Lautaro (Martínez) durante 50 metros y es la última imagen que tengo. No puedo decir más porque no los vi a ellos”, dijo. Mientras que el arquero de la Scaloneta, Emiliano “Dibu” Martínez, enfantizó: “Se le cargó un poco el aductor”.
A su turno, consultado por Infobae, Sergio Porporatto, médico especialista en medicina del deporte, apuntó: “En deportistas como Lionel Messi, esa zona de la pierna sufre muchos cambios súbitos en los movimientos de extensión, elongación y flexibilidad. Lo que estaba elongando parecía el aductor. Nunca vamos a saber a simple vista qué tipo de lesión es, pero por lo general estos deportistas tienen mucha inteligencia para saber qué lesiones son y si son capaces de continuar o no. Aparentemente tiene que ser una lesión muscular: una distensión o una contractura. Hay que seguir viendo con el paso de los estudios qué conviene hacer”.
“Respecto a la contractura, es una condición en la que el músculo se contrae de forma involuntaria y sostenida, produciendo primero dolor y luego limitación del movimiento. ¿Por qué? Porque el músculo trata de defender la zona para evitar una lesión mayor. Por lo general, en ese momento, lo que hace el jugador es disminuir el rango de movilidad de la articulación, y por esa rigidez que le produce suele disminuir el rendimiento, y lo van a ver elongando, aplicándose frío y auto masajeándose”, planteó Porporatto.
Y sumó: “La condición de resfrío o fiebre, obviamente, predispone a las lesiones musculares. El mecanismo es porque, al haber mayor temperatura en lugares donde no tiene que haber circulación, eso genera que la sangre o el torrente circulatorio se derive a otras partes que no son los músculos. Además, hay un aumento exagerado en el torrente inflamatorio de células inflamatorias, lo que genera un aumento de la posible lesión”.
“Me imagino que el tiempo va a ser lo menos posible, pero este tipo de deportista se cuida mucho de no adelantarse y producir lesiones progresivas que se mantengan en el tiempo. Entonces, hoy hablar de tiempos es apresurado”, advirtió Porporatto.
Jorge Franchella, médico deportólogo y cardiólogo, aportó en diálogo con Infobae que, en general, “cuando uno se toca ese tipo de músculos -como sucedió en el caso de Messi- es porque ese músculo se estiró inadecuadamente. Al estirarse pueden pasar dos cosas: que se contracture por el dolor, ya que siempre en el cuerpo, cuando hay dolor, los músculos tratan de contraerse para inmovilizar la zona y frenarlo; o que, si se estira un músculo de una manera inadecuada, se abran las fibras, lo que se llama desgarro. Ese desgarro tiene varios niveles: mínimo, moderado o severo”.
“No podemos hacer un diagnóstico de cuál puede ser la lesión. Podría haber sido un movimiento inadecuado que provocó un dolor, y él supo manejarlo correctamente el resto del partido. Por eso tal vez no se exageró en sus desplazamientos. Como además tiene una historia de lesiones desde hace años en esa zona, es posible que queden zonas residuales, como fibrosis u otro tipo de elementos, que son los que a la larga en algunos momentos podrían aparecer y ser solo circunstanciales y de breve duración”, postuló Franchella.
Al tiempo que cerró: “Habitualmente, con hielo inmediato y los recursos de la kinesiología antiinflamatoria regenerativa se pueden acortar muchísimo los plazos de recuperación. Evidentemente, en el caso de los deportistas de élite, hay características genéticas y propias que les permiten tolerarlo”.