(HealthDay News) -- La genética de una familia colombiana está poniendo de relieve un gen que podría ayudar a proteger a las personas de los estragos de la enfermedad de Alzheimer.
Alrededor de 1.200 de cada 6.000 miembros de la familia son portadores de una variante genética llamada “mutación paisa”, que los condena a un Alzheimer temprano, señalaron los investigadores.
Pero 28 miembros de una familia con la mutación Paisa esquivaron el Alzheimer temprano, aparentemente porque portan otro gen que protege contra la enfermedad cerebral degenerativa, reportaron los investigadores en la edición del 20 de junio de la revista New England Journal of Medicine.
El estudio representa la primera evidencia de que tener este otro gen, conocido como la “variante de Christchurch”, podría conferir cierta protección contra el Alzheimer hereditario, señalaron los investigadores.
Los medicamentos y las terapias que se enfocan en esta vía genética podrían ser capaces de prevenir o tratar la demencia y el Alzheimer en otros, dijo el coautor principal, Yakeel Quiroz, director del Laboratorio de Neuroimágenes de la Demencia Familiar del Hospital General de Massachusetts.
“Como médico, me animan mucho nuestros hallazgos, ya que sugieren el potencial de retrasar el deterioro cognitivo y la demencia en los individuos mayores”, comentó Quiroz en un comunicado de prensa del hospital. “Ahora debemos aprovechar este nuevo conocimiento para desarrollar tratamientos efectivos para la prevención de la demencia”.
El estudio se centró en las variantes del gen de la apolipoproteína E (APOE).
Se sabe que la variante APOE4 aumenta el riesgo de Alzheimer y está relacionada con el desarrollo de una forma más grave de demencia, según la Clínica Mayo. Por otro lado, la variante del gen APOE3 no parecía tener hasta ahora ningún efecto sobre el riesgo de Alzheimer.
Pero en 2019, los investigadores encontraron que una mujer de la familia colombiana que portaba dos copias de una variante específica de APO3 desarrolló deterioro cognitivo tres décadas más tarde de lo esperado. La mayoría de las personas con la mutación Paisa desarrollan deterioro cognitivo leve a los 40 años, demencia a los 50 años y mueren por complicaciones de demencia a los 60 años. Pero esta mujer era portadora de la variante APO3 “Christchurch” y, posteriormente, no desarrolló problemas cerebrales hasta finales de los 70 años.
En el nuevo estudio, los investigadores indagaron en el historial médico de la familia colombiana para ver si algún otro miembro se benefició de la variante de Christchurch. Al analizar a casi 1.100 descendientes de la familia colombiana, los investigadores identificaron a 27 miembros adicionales que portaban una copia de la variante de Christchurch, así como la mutación paisa. Estos 27 miembros de la familia experimentaron un inicio tardío de la demencia y el Alzheimer.
Comenzaron a mostrar signos de deterioro cognitivo a los 52 años, en promedio, en comparación con los 47 años de los miembros de la familia sin la variante de Christchurch. También mostraron signos de demencia cuatro años más tarde que otros familiares.
Esto es importante porque muestra que es posible prevenir el Alzheimer a través de la variante de Christchurch, dijo el coautor principal del estudio, el Dr. Joseph Arboleda-Velásquez, científico asociado de Mass Eye and Ear. “Nuestro estudio original nos dijo que la protección era posible, y esa fue una idea importante. Pero si una persona necesita dos copias de una variante genética rara, todo se reduce a la suerte”, dijo Arboleda-Velásquez.
“Nuestro nuevo estudio es significativo porque aumenta nuestra confianza en que este objetivo no solo es protector, sino que también se puede usar para medicamentos”, añadió Arboleda-Velásquez. “Creemos que las terapias inspiradas en humanos protegidos tienen muchas más probabilidades de funcionar y de ser más seguras”.
Los escáneres cerebrales y las autopsias mostraron que las personas con la variante de Christchurch tenían vasos sanguíneos más sanos, niveles más bajos de proteína tau y una actividad preservada en las regiones del cerebro típicamente involucradas en la enfermedad de Alzheimer.
Estudios adicionales en los que participen grupos más grandes y con mayor diversidad étnica podrían arrojar más luz sobre el efecto protector de la variante de Christchurch, y determinar si podría traducirse en tratamientos para el Alzheimer, concluyeron los investigadores.
“Como siguiente paso, actualmente estamos enfocados en mejorar nuestra comprensión de la resiliencia cerebral entre los miembros restantes de la familia que portan una copia de la variante de Christchurch”, dijo Quiroz. “Esto implica la realización de resonancias magnéticas estructurales y funcionales y evaluaciones cognitivas, así como el análisis de muestras de sangre para evaluar sus perfiles de proteínas y biomarcadores”.
Más información: La Clínica Mayo ofrece más información sobre la genética de la enfermedad de Alzheimer.
FUENTE: Mass General Brigham, comunicado de prensa, 19 de junio de 2024
*Dennis Thompson HealthDay Reporter - ©The New York Times