El hallazgo de virus gigantes en la capa de hielo de Groenlandia podría convertirse en una herramienta para reducir el derretimiento de hielo de esa zona del planeta, y ayudar a combatir el cambio climático.
Es que, según un estudio realizado por investigadores del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), estos virus probablemente regulan el crecimiento de las algas de la nieve sobre el hielo infectándolas. Por lo que, de manera colateral, su función es clave en la crisis ambiental que atraviesa el planeta.
Esto es porque, como se sabe, las algas permanecen latentes sobre el hielo durante los meses de otoño e invierno y comienzan a florecer en primavera, ennegreciendo grandes áreas del hielo. De este modo, su capacidad para reflejar el sol disminuye y esto acelera su derretimiento, lo cual exacerba el calentamiento global.
Lo inédito del descubrimiento
Lo paradójico del hallazgo, según resaltaron los investigadores, es que los virus suelen ser considerablemente más pequeños que las bacterias, con dimensiones típicas entre 20 y 200 nanómetros, en comparación con las bacterias que tienen una medida promedio de entre 2 y 3 micrómetros.
Es decir, un virus común es aproximadamente mil veces más pequeño que una bacteria. Sin embargo, este no es el caso de los virus gigantes, que según vieron en el estudio, pueden alcanzar un tamaño de hasta 2,5 micrómetros, superando así a la mayoría de las bacterias en tamaño.
Pero, además, no solo son grandes en tamaño, sino que también tienen un genoma mucho más extenso que los virus convencionales. Mientras que los bacteriófagos, que infectan bacterias, pueden tener entre 100.000 y 200.000 letras en su genoma, los virus gigantes tienen alrededor de 2.500.000 letras, lo que los distingue notablemente en su complejidad genética.
Sumado a esto, la postdoctorada Laura Perini, quien es una de las primeras autoras del reciente trabajo, destacó que “es la primera vez que se encuentran virus gigantes viviendo en la superficie del hielo y la nieve dominados por microalgas”.
“Los virus gigantes se descubrieron por primera vez en 1981, cuando los investigadores los encontraron en el océano -sostuvo la experta-. Estos virus se habían especializado en infectar algas verdes del mar. Más tarde, se encontraron virus gigantes en el suelo terrestre e incluso en humanos”.
Y tras señalar que “no se sabe mucho sobre estos virus”, la investigadora del Departamento de Ciencias Ambientales de la universidad danesa analizó: “Creo que podrían ser útiles como forma de aliviar el derretimiento del hielo causado por la proliferación de algas. Qué tan específicos son y qué tan eficientes serían, aún no lo sabemos. Pero al explorarlos más a fondo, esperamos responder algunas de esas preguntas”.
Cómo descubrieron los virus gigantes
Si bien los científicos llamaron a los virus hallados “gigantes”, lo cierto es que no son visibles a simple vista del ojo humano. Por cierto, la propia Perini aseguró que tampoco aún los había visto bajo el microscopio óptico.
Entonces, ¿cómo dieron con ellos? “La forma en que descubrimos los virus fue analizando todo el ADN de las muestras que tomamos -detalló la experta-. Al examinar este enorme conjunto de datos en busca de genes marcadores específicos, encontramos secuencias que tienen una gran similitud con virus gigantes conocidos”.
Luego, para asegurarse de que el ADN viral no procediera de microorganismos muertos hace mucho tiempo, sino de virus vivos y activos, también extrajeron todo el ARNm de la muestra. Y cuando las secuencias del ADN que forman los genes se activan, se transcriben en piezas monocatenarias llamadas ARNm. “Estas piezas funcionan como recetas para construir las proteínas que necesita el virus. Si están presentes, el virus está vivo”, aseguró Perini.
“En el ARNm total secuenciado de las muestras encontramos los mismos marcadores que en el ADN total, por lo que sabemos que han sido transcritos. Significa que los virus están vivos y activos en el hielo”, concluyó.