(Desde San Pablo, Brasil) - En una de las colinas del exclusivo barrio de Morumbi en San Pablo, Brasil, se erige un centro médico de vanguardia que hoy es un faro para toda América Latina. El Hospital Israelita Albert Einstein y su Centro de Educación e Investigación conforman un polo científico de producción de conocimiento y atención médica único en la región.
En 2020, el Hospital Israelita Albert Einstein ingresó en el ranking World’s Best Hospitals elaborado por la revista Newsweek. En la edición de 2024, fue reconocido como el mejor hospital de América Latina y el número 28 a nivel global. Además, en la lista de hospitales especializados, su departamento de Oncología se ubicó en el puesto 17 en el mundo.
Infobae recorrió los laboratorios de investigación clínica, las unidades de enseñanza y los centros de entrenamiento en cirugía robótica donde se capacitan cirujanos de toda América Latina.
El Centro de Investigación Albert Einstein se dedica a seis grandes especialidades: oncología, vacunas e inmunología, terapia intensiva, neurología, cardiología y estudios clínicos.
“La tendencia el mundo va hacia más estudios enfocados en oncología y cardiología, porque son las áreas donde están concentrados hoy los dos grandes problemas de salud global”, dijo a Infobae Henrique Fonseca, líder de ensayos en vacunas e inmunoterapias de la Academic Research Organization (ARO) del Hospital Israelita Albert Einstein y profesor de cardiología en la Universidad Federal de San Pablo (UNIFESP).
El instituto ya realizó 45 ensayos clínicos y tiene 29 en curso que se desarrollan en distintos centros públicos y privados de Brasil, Latinoamérica, Europa y Asia en los que participan 28.000 pacientes en 10 áreas terapéuticas.
La búsqueda del Albert Einstein a través de la investigación y evidencia científica apunta a mejorar los tratamientos actuales y la adherencia de los pacientes y, también, a encontrar opciones terapéuticas para enfermedades que en la actualidad no tienen cura.
Desde la investigación en oncología, la entidad concibe al cáncer como una patología tratable con la que las personas pueden convivir mucho tiempo, que puede ser abordada por distintos tratamientos farmacológicos y quirúrgicos para que los pacientes ganen años y calidad de vida, con terapias cada vez menos invasivas.
Los orígenes de este centro se remontan a 1955, cuando se fundó la sociedad de beneficencia de la comunidad israelita brasileña con el propósito de expresar el agradecimiento al recibimiento que habían recibido de la población local, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial. Este agradecimiento se manifestó a través de la creación de una Maternidad, que luego derivó en la construcción e inauguración del hospital actual, en 1971.
En la actualidad, el Einstein colabora con el Ministerio de Sanidad de Brasil a través del PROADI-SUS (Programa de Apoyo al Desarrollo Institucional del Sistema Único de Salud) en 43 proyectos destinados al sistema público de salud, en el que se atiende el 70% de la población brasileña. Entre estos proyectos, 17 se centran en la investigación, mientras que otros abordan la gestión sanitaria, la capacitación y la incorporación de nuevas tecnologías.
Terapias génicas e investigación clínica
Ingresar al Centro de Educación e Investigación Albert Einstein inaugurado en 2022 es sumergirse en la arquitectura de un gigante tecno: el edificio completamente vidriado alberga aulas para estudiantes de medicina y posgrado, residencias médicas y laboratorios de investigación que balconean a un jardín natural que es el corazón del lugar.
El edificio fue concebido como un oasis urbano por el reconocido arquitecto israelí-estadounidense Moshe Safdie, quien también diseñó el Museo del Holocausto Yad Vashem en Jerusalén, la National Gallery en Canadá y el aeropuerto de Singapur, entre otros.
“Entendemos que la medicina y la asistencia deben fundamentarse en la evidencia científica. Todos los mejores hospitales del mundo tienen institutos de investigación asociados”, planteó a Infobae Ricardo Weinlich, investigador en el Hospital Israelita Albert Einstein con formación en biología e inmunología por la Universidad de São Paulo (USP).
Weinlich lidera el grupo de investigadores del Proyecto Terapia Génica para la Anemia Falciforme, una iniciativa que se desarrolla en asociación con el sistema público de salud a través del programa PROADI-SUS, junto al Ministerio de Sanidad de Brasil.
La anemia falciforme es una anomalía genética que provoca defectos en la hemoglobina, la proteína que los glóbulos rojos requieren para transportar oxígeno al organismo, es una enfermedad crónica que requiere tratamiento constante para la supervivencia de los pacientes.
Actualmente, el único tratamiento disponible es el trasplante de células madre, pero con un horizonte complicado debido a la dificultad de encontrar donantes compatibles. La meta del proyecto es trasplantar a los pacientes sus propias células, previamente transformadas genéticamente en el laboratorio, y reintroducirlas en el paciente como “células normales”.
En Brasil, se registran aproximadamente 3.500 nuevos casos de anemia falciforme al año y la mortalidad alcanza el 50% antes de los 50 años. Lo que permite las avanzadas tecnología de edición genética, comúnmente conocidas como las “tijeras” CRISPR, es trasplantar las células del propio paciente (modificadas genéticamente) para tratar la enfermedad de manera similar a como se utilizarían las células de un donante.
“La terapia génica CRISPR, que tiene solo 10 años de antigüedad, se está desarrollando en nuestro centro de investigación también en asociación con gigantes farmacéuticos y start ups. Actualmente, ya existen terapias génicas aprobadas (en distintos países) para diversas condiciones, como la hemofilia, la anemia falciforme, la degeneración macular y el Parkinson”, contó Weinlich a Infobae.
El investigador consideró que los tratamientos génicos a corto y mediano plazo han demostrado ser muy seguros, sin embargo, también comentó que “algunos pacientes han experimentado efectos adversos, como neoplasias, que requieren una verificación exhaustiva. La idea principal al realizar trasplantes de células es que estas células sean de larga duración, pero es necesario comprobarlo. Es fundamental evaluar si la manipulación genética no presenta riesgos a largo plazo”, algo en lo que siguen investigando.
El moderno edificio del centro de investigación -donde pueden observarse las salas de investigación desde cualquier punto en que uno se ubique- se basa en el concepto de open science, los investigadores aquí repiten que el espíritu del Albert Einstein es la construcción de conocimiento científico a través del trabajo en equipo.
“La evolución de la ciencia no se trata de un científico solo y aislado en un laboratorio durante días, que es iluminado y grita ´Eureka´, hoy el sistema científico debe concebirse como un producción de conocimiento grupal y colaborativa”, señaló Weinlich antes de adentrarse en las salas de nanotecnología y laboratorios donde trabajan con organoides, estructuras similares a un órgano humano pequeño, creados en el laboratorio a partir del cultivo de células madre o tumorales de una persona.
Los organoides contienen múltiples tipos de células y se asemejan a los tejidos y órganos del cuerpo humano en su estructura, organización y algunas funciones. Se utilizan en el laboratorio para estudiar la formación de tejidos sanos o de enfermedades como el cáncer, y para probar nuevos medicamentos y tratamientos antes de usarlos en personas. También se los conoce como órganos en miniatura.
En estas salas, estudian cómo reprogramar las células a través de IA para crear nuevas neuronas, entre otras investigaciones.
El Centro de Cirugía Robótica del Albert Einstein es considerado el más grande de América Latina, cuenta con más de 150 cirujanos formados en robótica y desde su creación en 2008 ya ha realizado más de 12.000 cirugías, según contó a Infobae Luciana Machado, enfermera y coordinadora del posgrado en enfermería del Centro de Cirugía Einstein.
El instituto de formación recibe estudiantes de América Latina y Asia en especialidades como Urología, Ginecología, Cirugía Torácica, de Cabeza y Cuello, del Tracto Digestivo y Coloproctología. En 2023, el Einstein se convirtió en el primer instituto en Brasil en incorporar Hugo, el nuevo sistema de cirugía asistida por robot de Medtronic.
“Un paso muy importante es comprender lo que el robot puede hacer, por eso se dedican muchas horas al entrenamiento y simulación en los posgrados”, agregó Machado.
Los investigadores del Einstein consideran que la ventaja de las operaciones realizadas con estos equipamientos es la reducción del tiempo del procedimiento quirúrgico, la mayor precisión que ofrece al cirujano durante la intervención, además de que, en algunos casos, se trata de cirugías menos invasivas que permiten una mejor recuperación y por ende, un alta más temprana.
Tratamientos contra el cáncer
Las unidades especializadas en oncología del Hospital Albert Einstein atienden a más de 25 mil personas, con más de 650 profesionales enfocados en investigación y tratamientos del cáncer. Considerado como el 17º mejor hospital oncológico del mundo según el ranking World’s Best Specialized Hospitals, el Einstein se enfoca en medicina de precisión, el uso del big data, terapia celular y procedimientos de alta complejidad y mínimamente invasivos.
En 2026, inaugurará un nuevo hospital dedicada a enfermedades oncológicas, el Centro de Atención y Terapias Avanzadas en Oncología y Hematología, un espacio que combinará un complejo asistencial con un centro académico para la investigación del cáncer.
En la recorrida por el Hospital Albert Einstein, Infobae dialogó con el doctor Rubens Park, médico urólogo brasileño y responsable médico del área terapéutica de oncología de Bayer, quien estimó que “en 2060, el 30% de la población latinoamericana tendrá más de 60 años, y uno de cada seis hombres podría recibir un diagnóstico de cáncer de próstata”.
El cáncer de próstata es el segundo más diagnosticado en hombres y se caracteriza por la proliferación anormal de células en la próstata, una glándula del aparato reproductor masculino. El principal factor de riesgo es el envejecimiento y, como frecuentemente progresa sin síntomas, el 65% de los casos se detecta en etapas avanzadas debido a la falta de controles rutinarios.
Desde 1940, la base del tratamiento para el cáncer de próstata ha sido la terapia hormonal y desde el año 2000, se han desarrollado moléculas específicas para el cáncer de próstata avanzado, definió Park
“Uno de los avances más significativos ha sido la introducción de la molécula darolutamida, un tratamiento dirigido al cáncer de próstata hormonosensible. Este tratamiento ha mostrado una notable capacidad de prolongar la supervivencia de los pacientes”, detalló Park.
Brasil ha sido el mayor reclutador a nivel mundial para estudios sobre la darolutamida, la molécula que inhibe el crecimiento de las células del cáncer, bloqueando la actividad de las hormonas sexuales masculinas llamadas andrógenos, como la testosterona. El bloqueo de estas hormonas impide que las células cancerígenas que afectan la próstata crezcan y se multipliquen.
Recientemente la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó una nueva indicación para darolutamida, que ya se utilizaba para el cáncer de próstata resistente a la castración no metastásico. La nueva indicación abarca el tratamiento de cáncer de próstata metastásico sensible a las hormonas (mHSPC), cuando la enfermedad se diseminó más allá de la próstata y responde a la terapia hormonal.