La lógica, y el deseo de la población, indicaba que, al comenzar el frío, debía terminar la invasión de mosquitos que sufre la zona del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) desde hace varias semanas.
Sin embargo, pese a la presencia de una ola de frío en el centro del país desde el inicio de esta semana, el asedio del insecto no sólo persiste sino que parece incrementarse día a día.
Las “nubes” de mosquitos en plazas, parques y espacios públicos son una constante y no hay repelente que los ahuyente: la picadura parece inevitable.
“El frío llegó para quedarse” puede leerse en los titulares de los medios de comunicación. ¿Y los mosquitos también? ¿Se volvieron más resistentes?
En principio, para llevar tranquilidad a la población en medio del brote de dengue que sufrió el país en los últimos meses, los especialistas aclararon que no se trata del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, sino del Aedes albifasciatus, también llamado “mosquito de inundación” o “mosquito plaga” por su forma de reproducción, según explicó a Infobae la doctora en Ciencias Naturales y Entomóloga, investigadora principal del Conicet y directora de Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave), Victoria Micieli.
Y tras explicar que “el fenómeno actual está relacionado con lo climático, y suele darse luego de un período de sequía previa seguido por abundantes lluvias”, la experta reconoció que “lo que se está atravesando ahora no se registraba hace cuatro años; suele haber una invasión por año y ahora vamos por la cuarta desde diciembre”, remarcó.
¿Cuánto frío toleran los mosquitos?
Consultado al respecto por este medio, el biólogo y coordinador del área de enfermedades transmitidas por mosquitos de la Fundación Mundo Sano, Manuel Espinosa, explicó que “todos los mosquitos tienen un rango de temperaturas en el que desarrollan su actividad, algunas especies tienen rangos más acotados y solo están presentes y tienen actividad en áreas tropicales y otros tienen rango más amplios y por tanto tienen la capacidad de habitar áreas más frías”.
En el caso de los Aedes albifasciatus —precisó— “es un mosquito con un rango más amplio y por tanto tiene una distribución más amplia, incluso pudiendo habitar hasta en Tierra de Fuego”.
En la misma línea se manifestó la doctora Sylvia Fischer, directora del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) del Instituto de Ecología, Genética y Evolución, que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y el Conicet, al asegurar que “el mosquito que está presente en este momento es un mosquito que se cría en ambientes temporales que se forman a partir de la lluvia”. “Hace más o menos 15 o 20 días tuvimos lluvias importantes y ese fenómeno es el que originó estas nuevas cohortes de mosquitos que están circulando ahora”, agregó.
A lo que Micieli agregó: “Esta no es una especie que esté asociada a climas tropicales o subtropicales como es Aedes aegypti, al contrario no tiene asociación con la temperatura, pero sí con las lluvias, y esto significa que este fenómeno puede darse también en invierno, además de en verano, primavera u otoño”.
“Este es un mosquito que tiene bastante más tolerancia al frío que Aedes aegypti y eso tiene que ver con que su fisiología está mejor adaptada a regiones con bajas temperaturas, de hecho su distribución llega hasta Tierra del Fuego”, retomó Fischer, quien señaló que “en esta región suele haber actividad de estos mosquitos a lo largo de todo el año ya que las larvas se pueden criar también en invierno, aunque sus tiempos de desarrollo se extienden mucho entonces la supervivencia suele ser más baja que en verano, otoño y primavera”.
¿Hasta cuándo habrá mosquitos en Buenos Aires?
Sobre el final, si bien Fischer insistió en que “el límite térmico del Aedes albifasciatus es más bajo que el de otros mosquitos y por eso sigue estando presente y activo a estas temperaturas”, pero tranquilizó al asegurar que “justamente por las bajas temperaturas, si bien hay una gran cantidad, en estos días no están tan activos picando como en otros momentos, o sea, si hiciera más calor, con esta cantidad de mosquitos dando vueltas, no podríamos salir a la calle prácticamente”.
En ese sentido, según la experta, “las bajas temperaturas están teniendo un efecto de aletargarlos un poco, por lo que no están picando tanto, pero es cierto que a pesar del frío pueden resistir y todavía se los va a observar unos días más”.
Y en ese sentido, Espinosa sumó que “llega un momento en que las continuidad de temperaturas frías por varias semanas pasan a ser limitantes para el ciclo de vida del mosquito y en consecuencia se interrumpe su ciclo hasta que vuelvan las condiciones ambientales más óptimas”.
“Los mosquitos que aún continúan en actividad en estas semanas pertenecen a esta especie, pero en la medida que las temperaturas mínimas continúen por debajo de los 8-10 °C, van a ir desapareciendo en el correr de los próximos días”, finalizó.