“Es solo una gripe”. Esta afirmación, en época invernal, se puede escuchar de forma continua. Sin embargo, lejos de las creencias populares, puede ser mucho más que una enfermedad pasajera. Es que se trata de una patología respiratoria contagiosa, la cual es provocada por el virus de la influenza que, incluso, en algunos casos puede llevar a la muerte.
Lo cierto es que este virus es responsable de las epidemias anuales que resultan en entre 3 a 5 millones de casos graves y de 290.000 a 650.000 muertes a nivel mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El 99% de las muertes de menores de cinco años con infecciones de las vías respiratorias inferiores bajas están relacionadas con la gripe.
En el marco de la Semana Mundial de Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Semana de la Vacunación de las Américas impulsada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que se celebra estos días bajo el lema: “Actúa ahora para proteger tu futuro”; los expertos destacan la importancia de la vacunación antigripal para disminuir el riesgo de contraer la gripe estacional y reducir sus complicaciones potencialmente graves.
“Una pregunta recurrente es sobre la diferencia entre virus y bacterias. Los virus se transmiten por vía respiratoria y pueden contagiarse mediante el contacto, siendo que los niños pueden convertirse transmisores. Se trata de patógenos que son altamente transmisibles de persona a persona, no se tratan con antibióticos, pero existen vacunas eficaces. En tanto, las bacterias, que coexisten con los humanos, pueden provocar infecciones como bronquitis o neumonías ante inmunosupresión, cambios de temperatura o desnutrición y se tratan con antibióticos. Existe, sin embargo, vacuna solo para la neumonía”, comenzó Juan Manuel Viudes (MN 92.965), neumonólogo y gerontólogo del Hospital Italiano, en diálogo con Infobae.
En ese sentido, el pediatra Omar Tabacco (MP 8942), ex presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y coordinador de Atención Médica del Sanatorio de Niños, de Rosario, le dijo a Infobae: “La gripe es una enfermedad respiratoria causada por el virus influenza, distinta a la virosis común observada en niños con síntomas como moco y rinitis. Esta se caracteriza por su mayor agresividad, sobre todo en pediatría, entre los seis meses y los dos años de edad”.
En la misma línea se expresó el médico geriatra Matias Manzotti (MN 106.009), presidente de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría. “Es importante destacar que la gripe no tiene nada que ver con los resfríos. La gripe es una enfermedad sistémica, es decir, que afecta a todo el cuerpo y está generada por el virus de la influenza. Es tan importante el impacto que tiene esta enfermedad alrededor del mundo, que hay hasta un billón de casos por año, de los cuales 3 a 5 millones necesitan internarse y de estos, hasta 500.000 mueren”, planteó el especialista en diálogo con este medio.
“La gripe tiene una amplia variedad de sintomatologías, desde falta de ganas, que se denomina astenia, rinitis, congestión nasal, tos, fiebre y casos más graves que pueden afectar al sistema respiratorio bajo, dando neumonías. Además, cuando es grave, esta patología puede requerir internación y requerir tratamiento de la insuficiencia respiratoria aguda mediante asistencia ventilatoria mecánica en una unidad de cuidados intensivos”, agregó el experto.
Cuántos virus de la gripe existen
Según la OMS, existen cuatro tipos de virus gripales: A, B, C y D, siendo que los dos primeros son los responsables de las epidemias estacionales que se viven en todo el planeta. De todas maneras, cada uno presenta sus propias particularidades:
- Los virus de tipo A se clasifican a su vez en subtipos de acuerdo con las combinaciones de las proteínas en su superficie. Actualmente circulan entre los seres humanos los subtipos A(H1N1) y A(H3N2). El A(H1N1) también se conoce actualmente como A(H1N1)pdm09, ya que causó la pandemia de 2009 y sustituyó al virus A(H1N1) que circulaba hasta entonces. Todas las pandemias conocidas han sido causadas por virus gripales de tipo A.
- Los virus de tipo B no se clasifican en subtipos, pero pueden dividirse en linajes: B/Yamagata y B/Victoria.
- Los virus de tipo C se detectan con menos frecuencia y suelen causar infecciones leves, por lo que carecen de importancia desde el punto de vista de la salud pública.
- Los virus de tipo D afectan principalmente al ganado y no parecen ser causa de infección ni enfermedad en el ser humano.
Desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) señalaron que si bien existen grupos prioritarios que tienen mayor riesgo de presentar complicaciones graves por gripe, toda la población a partir de los 6 meses de edad puede vacunarse contra la gripe para estar protegida. Vale recordar que los virus de la gripe pueden cambiar de un año a otro, por lo que la vacuna se actualiza para proteger contra las cepas del virus de la influenza que se espera que circulen.
Por ser una infección respiratoria habitual, se tiende a minimizar los riesgo de la gripe y sus secuelas. Los neumonólogos de AAMR subrayan que la gripe aumenta 8 veces el riesgo de padecer neumonía y de sufrir un accidente cerebrovascular (AVC) e incrementa hasta 10 veces la probabilidad de un infarto.
Cuáles son los síntomas de la gripe
De acuerdo a la OMS, la gripe estacional es una infección respiratoria aguda, común en todas partes del mundo, que se propaga fácilmente entre las personas cuando tosen o estornudan y de la cual la mayoría de las personas se recuperan sin tratamiento.
Sin embargo, los mayores de 65 años constituyen a nivel global hasta un 70% de los pacientes hospitalizados por gripe anualmente y el riesgo de fallecimiento puede ser hasta 12 veces mayor en personas con afecciones pulmonares crónicas, según destacan desde la AAMR.
“En Estados Unidos, durante el periodo 2022-2023, hubo entre 26 y 50 millones de enfermedades respiratorias, de 12 a 24 millones de consultas médicas, 290,000 a 660,000 hospitalizaciones y entre 17,000 y 98,000 muertes, todo atribuido al virus de influenza”, explicó Viudes. Al tiempo que aseguró que la tasa de mortalidad aumenta en los “mayores de 65, especialmente en los de más de 75 años, reflejando el impacto poblacional de esta enfermedad” y explicó que, entre los tipos de influenza, “existen A y B; A siendo más severo con picos entre 2 a 4 semanas y duración de dos meses, mientras que B, menos grave, afecta solo a humanos, con distintos subtipos y linajes presentes también en animales”.
“Tener gripe aumenta el riesgo de tener eventos cardiovasculares como el infarto de miocardio o el accidente cerebrovascular. Además de desestabilizar enfermedades crónicas como pueden ser la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el asma, la insuficiencia cardíaca o la insuficiencia renal crónica”, completó Manzotti.
Lo cierto es que, según la OMS, los síntomas de la gripe generalmente comienzan unos dos días después de la infección por una persona portadora del virus, y son:
- Aparición súbita de fiebre
- Tos (generalmente seca)
- Dolor de cabeza
- Dolores musculares y articulares
- Malestar general intenso
- Dolor de garganta
- Secreción nasal
“La tos puede ser intensa y durar dos o más semanas”, advierten desde el máximo ente sanitario internacional. Y agregan: “En la mayoría de los casos, la fiebre y los demás síntomas desaparecen en una semana sin necesidad de atención médica. No obstante, en personas con alto riesgo, la gripe puede ser una enfermedad grave e incluso letal”; siendo que el tratamiento es sintomático y tiene por “objetivo aliviar los síntomas”. “Las personas con gripe deberían descansar y beber mucho líquido. La mayoría de las personas se recuperan por sí solas en una semana. Los casos graves y las personas con factores de riesgo pueden requerir atención médica”, indicaron.
“Es importante diferenciar resfriado de gripe, siendo que el resfriado causado por varios virus y la gripe, por la que vacunamos, genera síntomas más intensos como dolor muscular y fiebre alta, pudiendo complicarse con neumonías graves. Indicamos que la gripe puede ser el inicio de neumonías, especialmente en mayores de 75 años”, añadió Viudes.
Mientras que Tabacco aportó que, no siendo una enfermedad bacteriana, “no requiere antibióticos sino manejo de soporte con antitérmicos y hidratación. En casos de mayor compromiso respiratorio, algunos pacientes pueden necesitar hospitalización y oxigenoterapia”.
La importancia de la vacunación antigripal, según los expertos
Más allá de que la mayoría de la población logre recuperarse, desde la OMS advirtieron que “la vacunación es la mejor manera de prevenir la enfermedad”. En ese sentido, en Argentina comenzó recientemente la Campaña Nacional de Vacunación Antigripal.
“Si bien los adultos mayores tienen más posibilidades de enfermar de influenza y presentar complicaciones, es recomendable que otros grupos de riesgo y la población en general también se vacunen. De esa manera se reducen en todos los casos las probabilidades de mortalidad, hospitalización y, en caso de hospitalización, el tiempo que se permanece internado”, explicó la doctora Laura Pulido (MN 127115), Coordinadora de la Sección de Enfermedades Infecciosas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
Al tiempo que Tabacco indicó: “Nuestro calendario de vacunación prioriza a niños entre los seis meses y los dos años de edad, y a pacientes con morbilidades como asma, diabetes, cardiopatías o inmunodeficiencias, condiciones similares a las predisponentes para el COVID-19″, siendo que “la vacuna se dirige especialmente a estos grupos debido a que la gripe puede ser más violenta o agresiva”.
Es que, con los años, el sistema inmunológico va envejeciendo y existe una mayor sensibilidad a las infecciones, además de una respuesta de los anticuerpos más débil después de la vacunación. “Las personas mayores se caracterizan por el envejecimiento de su sistema inmune, que se denomina inmunosenescencia; la cual, por un lado, está relacionada al aumento del riesgo de infecciones, y por el otro, a la disminución de la respuesta a las vacunas”, indicó Manzotti.
“Cada invierno, cada momento del año que comienza con la epidemia de gripe, lo que tenemos es 10 veces más infartos y 8 veces más accidentes cerebrovasculares (stroke). La gripe es un real marcador de riesgo. Y más todavía los pacientes con enfermedades cardiovasculares preexistentes, con enfermedades pulmonares, en el obeso, en el diabético, en el tabaquista y fundamentalmente en las poblaciones mayores de 65 años. Además de descompensar las glucemias y traer trastornos cognitivos, entre otros impactos negativo en el organismo”, afirmó a Infobae el cardiólogo Ricardo Mario Iglesias MN 58.310, ex presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología y ex presidente de la Fundación Cardiológica Argentina.
En ese sentido, indicó que “las vacunas han cumplimentado una función excelente y cuando uno analiza riesgo-beneficio, el beneficio es impresionante. Porque baja la internación cuando uno se vacuna, bajan los infartos, bajan los strokes y esto es fundamental desde el punto de vista del costo biológico y del económico. Por ello, uno tendría que decir, cómo se puede solucionar el problema del virus, es realmente un factor de riesgo modificable con una simple inyección anual que no genera ningún tipo de problemas y que realmente es costo efectivo muy importante”.
“Los grupos más estudiados han sido los pacientes justamente más graves, que son los pacientes añosos o con patologías preexistentes”, afirmó Iglesias, al tiempo que aseguró que existen nuevas vacunas antigripales de alta dosis que “mejoran en un 25% la posibilidad de hacer un nuevo episodio de gripe y justamente una gripe grave que requiera internaciones por insuficiencia cardíaca, por infarto, por stroke“.
Asimismo, Viudes resaltó que la vacuna tradicional, de virus inactivado, existe en formas trivalentes y tetravalentes. “A las primeras se usan en inmunocompetentes y las segundas en inmunosuprimidos. Se administra intramuscularmente, siendo el dolor en el sitio de inyección es el efecto colateral más común. En los dos días siguientes, puede haber fiebre leve, dolor muscular, dolor de cabeza y fatiga, menos comunes y durando uno a dos días”, aseguró el gerontólogo. Mientras que Iglesias añadió que estas inmunizaciones “tienen hasta cuatro veces más de antígeno en su vacuna, que es lo que ingresa al cuerpo y hace que el cuerpo genere una adecuada respuesta a este patógeno”.
“Las vacunas específicas para la población de más 65 años y que ya se consiguen en nuestro país, han demostrado mayor efectividad en esta población. En relación a una dosis estándar, este tipo de vacunas han probado generar una reducción adicional de hospitalizaciones por neumonía y una reducción adicional de hospitalizaciones por eventos cardiorrespiratorios”, agregó Pulido.
De todos modos, Iglesias destacó que “todas las edades son buenas para vacunarse. Los más niños para que no contagien a los grandes, que están muchas veces en este riesgo, pero también las personas de mediana edad, porque en ese grupo de pacientes, aquellos que tienen hipertensión, colesterol elevado, están en riesgo de padecer una gripe, y aumentar la probabilidad de tener un infarto”, es por eso que analizó que, aunque “la vacunación antigripal en menos de 65 años no está en el esquema anual gratuito”, en “muchos de estos pacientes que tienen factores de riesgo, sin haber tenido enfermedad cardiovascular, obviamente también se benefician con la vacunación”.
“Soy un ferviente indicador de vacunas y el primero que tiene que estar convencido es el médico, y anualmente acordarse de decirle a sus pacientes -en el caso de los cardiólogos- que por favor se vacunen porque van a bajar los riesgos cardiovasculares. Por supuesto se pueden dar vacunas coexistentemente como la vacuna contra el COVID, no hay problemas, no hay que olvidar que esta vacuna es a virus inactivados que no generan enfermedad y no hay problemas con otro tipo de vacunas”, dijo el cardiólogo.
Y el pediatra indicó: “Es fundamental la vacunación anual en el rango de seis meses a dos años y en aquellos con afecciones previas, ya que las cepas de la vacuna pueden variar anualmente según la prevalencia observada en la última temporada en el hemisferio norte, de acuerdo establece la Organización Mundial de la Salud, para adaptar la vacuna en el hemisferio sur en la siguiente temporada”.
“Existen muchos mitos acerca de las vacunas, principalmente el temor de que contienen virus vivos, cuando en realidad son virus muertos, lo que significa que son completamente seguras. El cuerpo tarda entre 15 y 21 días en generar inmunidad tras la vacunación, durante los cuales la persona no está completamente protegida y podría enfermarse por otras causas, llevando a la falsa creencia de que la vacuna fue la causa de la enfermedad”, dijo Viudes.
Y concluyó: “Les digo a mis pacientes que jamás vi a alguien fallecer por la vacuna antigripal; sus efectos secundarios son pocos. La contraindicación real sería una alergia grave hacia ella, pero en caso de estar anticoagulado no representa una contraindicación, sino que se necesita orientación para aplicarla. Y en cuanto a vacunarse junto con otras, es posible realizarlo con la del COVID, por ejemplo”.
¿Quiénes deben vacunarse contra la gripe?
El Calendario Nacional de Vacunación de Argentina incluye la vacuna antigripal para los siguientes grupos:
- Niños de 6 a 24 meses y de 2 a 8 años inclusive con factores de riesgo deben recibir dos dosis separadas al menos de 4 semanas, excepto quienes hubiesen recibido dos dosis anteriormente quienes les corresponde una dosis.
- Personas de 9 a 64 años inclusive con factores de riesgo y de 65 años o más: una dosis anual. Contar con la vacuna contra neumococo si corresponde, así como los refuerzos al día de la vacuna de doble adultos (contra tétanos y difteria).
- Embarazadas: deben recibir la vacuna antigripal en cualquier momento de la gestación al igual que la vacuna contra la COVID-19, , la vacuna triple bacteriana acelular [dTpa] a partir de la semana 20 en cada embarazo y la vacuna contra el VSR entre la semana 32 y 36 del embarazo. Personas puérperas: deben recibir la vacuna antigripal antes del egreso de la maternidad, máximo 10 días después del parto si no la recibieron durante la gestación.
- Personal de salud: una dosis anual. Y se recomienda revisar calendario para las vacunas doble adultos, hepatitis B y triple/doble viral (sarampión y rubéola).
Cuáles son las vacunas recomendadas según la edad
En tanto, en el marco de la Semana de Vacunación de las Américas, el Ministerio de Salud de la Nación señaló cuáles son las vacunas a recibir en cada etapa de la vida:
- Durante el embarazo es importante recibir las vacunas: antigripal, triple bacteriana acelular y virus sincicial respiratorio, esta última incorporada este año. Son para proteger la salud de la embarazada y la del bebé durante sus primeros meses de vida.
- Las vacunas indicadas para bebés, niñas y niños hasta los 2 años de vida los protegen de enfermedades que pueden ser muy graves como la hepatitis B, la meningitis y la tuberculosis. A los 5 años, niñas y niños deben recibir las vacunas que los protegen de diferentes enfermedades propias de esa edad.
- En la adolescencia, la juventud y la adultez es necesario seguir recibiendo vacunas para reforzar y ampliar la protección contra enfermedades prevenibles. A partir de los 65 años es importante continuar con los refuerzos de vacunas ya aplicadas, completar esquemas y protegerse contra la gripe y el neumococo, principales causas de complicaciones en esta etapa de la vida.