Por qué la lesión de médula espinal podría generar cuadros de diabetes y problemas cardíacos, según un estudio

Un estudio en animales reveló que esta condición puede inducir a la descomposición de la grasa abdominal, generando compuestos nocivos para el hígado y otros órganos. Los detalles

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Los hallazgos sugieren un vínculo
Los hallazgos sugieren un vínculo entre la grasa abdominal y el aumento de la prevalencia de diabetes y problemas cardíacos en pacientes con lesión de médula espinal.

(Dennis Thompson - HealthDay News) - Los pacientes con una lesión de la médula espinal con frecuencia desarrollan diabetes y problemas de salud cardiaca, y los investigadores ahora creen saber por qué.

Parece que la actividad de las neuronas después de la lesión hace que la grasa abdominal se descomponga en compuestos que se filtran y se acumulan en el hígado y otros órganos, según ha descubierto un nuevo estudio en animales.

"Son cambios bastante rápidos. Tan pronto como interrumpimos el procesamiento sensorial como resultado de una lesión de la médula espinal, vemos cambios en la grasa", señaló la autora principal del estudio, Andrea Tedeschi, profesora asistente de neurociencia en la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio.

Un estudio en animales arroja
Un estudio en animales arroja luz sobre los cambios metabólicos rápidos que siguen a una lesión de médula espinal y su conexión con problemas de salud a largo plazo. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esto provoca una "cadena de reacciones: los triglicéridos comienzan a descomponerse en glicerol y ácidos grasos libres que se liberan en circulación y son absorbidos por el hígado, el corazón, los músculos, y se acumulan, creando condiciones para la resistencia a la insulina", añadió Tedeschi en un comunicado de prensa de la universidad.

El equipo también ha identificado un tratamiento potencial para prevenir las enfermedades causadas por este fenómeno: el medicamento anticonvulsivo gabapentina previno estos efectos metabólicos dañinos de las lesiones de la médula espinal en ratones de laboratorio.

La gabapentina inhibe un neurotransmisor que se vuelve hiperactivo y provoca problemas de comunicación dentro del cuerpo tras un daño en el sistema nervioso, explicaron los investigadores. “A través de la administración de gabapentina, pudimos normalizar la función metabólica”, dijo Tedeschi.

Estudio revela cómo las lesiones
Estudio revela cómo las lesiones de médula espinal pueden desencadenar complicaciones metabólicas severas, incluyendo diabetes y problemas cardíacos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La enfermedad cardiaca y la diabetes tipo 2 se encuentran entre las principales causas de muerte en las personas con una lesión de la médula espinal, explicaron los investigadores en las notas de respaldo. Los investigadores sospechaban que estos trastornos podrían estar relacionados con la disfunción en la regulación de la grasa abdominal, que tiene un papel metabólico complejo.

Esa grasa, también llamada tejido adiposo, almacena energía y libera ácidos grasos según sea necesario como combustible, lo que ayuda a mantener los niveles de azúcar en la sangre en equilibrio, señalaron los investigadores. Los nervios sensoriales envían regularmente mensajes al tejido graso en condiciones saludables, por lo que los investigadores sospecharon que podrían desempeñar un papel en estos problemas de salud.

A los ratones de laboratorio se les dio una lesión en la médula espinal que afectó solo los nervios sensoriales, pero no interrumpió el sistema nervioso simpático de “lucha o huida”. Los experimentos revelaron una cascada de actividad anormal dentro de los siete días posteriores a la lesión, con los nervios sensoriales disparando señales al tejido graso. Tedeschi lo llama “una reorganización desadaptativa del sistema sensorial”.

Investigaciones avanzan en la comprensión
Investigaciones avanzan en la comprensión del impacto metabólico de las lesiones de médula espinal, proponiendo soluciones potenciales. (Imagen ilustrativa Infobae)

En respuesta a estas señales, la grasa comienza a descomponerse, inundando la sangre y los órganos con ácidos grasos y glicerol en un proceso que rápidamente se sale de control. “Se establece un círculo vicioso: es casi como si estuvieras pisando el pedal del acelerador para que tu auto se quede sin gasolina, pero alguien más continúa llenando el tanque, para que nunca se agote”, explicó Tedeschi.

Anteriormente, se había demostrado que la gabapentina restauraba la función de las extremidades en animales después de una lesión de la médula espinal, y también ha impulsado la recuperación del ACV, señalaron los investigadores.

Dar a los ratones de laboratorio una dosis alta de gabapentina y luego reducirla evitó el derrame de ácidos grasos en el hígado, lo que hizo que su metabolismo volviera a la normalidad, encontraron los investigadores. En cuatro semanas, los ratones tenían un metabolismo normal sin el fármaco, según muestran los resultados.

La exploración de la grasa
La exploración de la grasa abdominal como un factor clave en el desarrollo de condiciones de salud post-lesión ofrece nuevas perspectivas en medicina. (Imagen Ilustrativa Infobae)

“De esta manera, pudimos normalizar el metabolismo a una condición mucho más similar a la de los ratones de control”, dijo el autor principal del estudio, Debasish Roy, investigador postdoctoral en el laboratorio de Tedeschi. “Esto sugiere que a medida que suspendemos la administración del fármaco, conservamos la acción beneficiosa y evitamos el derrame de lípidos en el hígado. Eso fue realmente emocionante”.

Los hallazgos sugieren que recetar gabapentina poco después de una lesión de la médula espinal podría proteger contra los problemas de salud que ocurren con frecuencia, dijo Tedeschi.

Por supuesto, es necesario tener cuidado al interpretar estos resultados, ya que los hallazgos en animales no siempre se cumplen en humanos. El nuevo estudio aparece en la edición del 24 de abril de la revista Cell Reports Medicine.

Más información. Los Institutos Nacionales de la Salud ofrecen más información sobre las lesiones de la médula espinal.

FUENTE: Universidad Estatal de Ohio, comunicado de prensa

* Dennis Thompson HealthDay Reporters ©The New York Times 2024

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