En todo el mundo y cada año, el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) provoca unos 33 millones de casos de infecciones respiratorias agudas baja (IRAB) en niños menores de 5 años, la más común es la bronquiolitis. De este total, cerca de 3,6 millones se convierten en hospitalizaciones y se producen hasta 100 mil muertes por complicaciones asociadas a esta infección, el 50% de las cuales ocurren en bebés menores de 6 meses de edad, según un documento emitido por el Ministerio de Salud argentino.
Lo cierto es que las patologías provocadas por este virus afectan a la población en términos de morbimortalidad y secuelas a largo plazo, impactando además sobre los sistemas de salud, con un aumento de las consultas ambulatorias, hospitalizaciones y requerimiento de cuidados intensivos. Es por este motivo que, desde marzo, la vacuna contra el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) destinada a personas gestantes (que debe aplicarse entre las semanas 32 y 36 de embarazo), se sumó al Calendario Nacional de Vacunación.
Esta inmunización, que cuenta con una dosis, tiene por objetivo “proteger contra la bronquiolitis a recién nacidos durante los primeros seis meses de vida”, según informaron desde el Ministerio de Salud de la Nación mediante un comunicado. Asimismo, indicaron que esta inmunización busca “proporcionar, a través del pasaje transplacentario de anticuerpos, protección contra la bronquiolitis durante los primeros seis meses de vida, que es el momento de mayor vulnerabilidad para padecer cuadros severos por la infección por este virus”, siendo que este patógeno “representa un tercio de las muertes en el primer año de vida”.
“Cuando hablamos de los menores de un año, en general, el cuadro que produce es el de bronquiolitis, siendo el 80% diagnosticados en niños que eran previamente sanos, por eso es muy importante estar atentos a la sintomatología. Algo similar pasa con los adultos mayores —por encima de los 60 años— donde muchas veces la infección está subdiagnosticada por interpretarse como un simple cuadro viral, que luego puede escalar a estadios más graves”, explicó la Presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), Florencia Cahn (MN 114.399).
En la actualidad, en la Argentina se encuentran disponibles distintas herramientas de prevención y para mitigar el impacto del virus en los lactantes. Es que, además de la vacunación para gestantes, se encuentra avalado el uso de anticuerpos monoclonales en lactantes. Se trata de un fármaco que ha estado disponible desde 2014 y beneficia a unos 3.000 lactantes cada año.
“Esta estrategia se enfoca en una población específica (prematuros y cardiópatas) y no logra tener un impacto general en la infección por VSR en la infancia. Por esta razón resulta necesario ampliar la posibilidad de protección de los lactantes de menores de 6 meses”, indicaron desde la cartera sanitaria nacional. En ese sentido, resaltaron la incorporación “en el Calendario Nacional de Vacunación de forma obligatoria y gratuita desde 2023″.
Enrique Casanueva (MN 55133), médico infectólogo pediatra, Jefe Emérito y consultor del Servicio de Infectología Infantil del Hospital Universitario Austral, se expresó en el mismo sentido y agregó: “Muchos niños con bronquiolitis terminan necesitando internación con cuidados intensivos, lo que afecta también a sus familias y a los hospitales que se sobrecargan en temporadas de mayor circulación, como es el caso del otoño-invierno”.
En palabras de Cahn, “el Virus Sincicial Respiratorio tiene su mayor impacto en los extremos de la vida y en personas que tienen algunas condiciones de riesgo como enfermedades cardiovasculares, sistema inmunitario debilitado o enfermedades pulmonares”. Mientras que Casanueva indicó que “este virus es más que la bronquiolitis en sí misma: a mediano-largo plazo puede favorecer el desarrollo de hiperreactividad bronquial y asma, y en algunos casos severos también podría afectar al sistema cardiovascular, el sistema nervioso o, incluso, provocar hepatitis”.
“Dentro de los primeros 90 días de vida, la eficacia de esta vacuna aplicada a personas embarazadas para proteger a los bebés de la enfermedad severa por Virus Sincicial Respiratorio es de más del 82%. Y hasta los seis meses de edad, se sigue sosteniendo en un 70%, lo cual representa niveles de alta protección”, aseguró Gonzalo Pérez Marc (M.N. 110.813), médico pediatra e Investigador Principal del ensayo clínico de la vacuna para VSR en Argentina. Al tiempo que destacó que en los adultos mayores, “el estudio arrojó un 85,7% de eficacia de la vacuna en mayores de 60 años con al menos tres signos o síntomas”.
Qué otras estrategias para combatir al VSR se encuentran avaladas
Tras la aprobación e inclusión de la vacuna contra el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) para personas gestantes, en Argentina se realizan dos clases de estrategias terapéuticas para enfrentar a la enfermedad. Asimismo, una tercera se encuentra realizando un estudio de Fase III.
- Vacuna para embarazadas: desde el 1 de marzo, las personas gestantes entre las 32 y 36 semanas de embarazo recibirán una dosis de la vacuna contra el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), incorporada al Calendario Nacional de Vacunación. La medida busca proteger a los recién nacidos de la bronquiolitis durante sus primeros seis meses de vida, periodo en el cual son más vulnerables a infecciones respiratorias graves causadas por el VSR. Este virus representa la principal causa de infecciones respiratorias agudas bajas en la infancia, y es responsable de un tercio de las muertes en niñas y niños durante su primer año. La vacuna, con una eficacia del 81,8% en prevenir enfermedades severas en los primeros 90 días de vida del bebé, fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y su implementación gratuita y obligatoria pretende disminuir la mortalidad infantil neonatal y postneonatal, reducir la ocupación hospitalaria, y bajar los costos en el sistema de salud. Denominada como ‘vacuna bivalente de prefusión F estabilizada contra el VSR (RSVpreF)’, y desarrollada por Pfizer, es la primera aprobada en el país para la prevención de las infecciones respiratorias, que afectan a los pulmones y que pueden causar neumonía y bronquiolitis.
- Anticuerpos monoclonales: en el país existen tipos de fármacos que tienen a los anticuerpos monoclonales como principales protagonistas. Estos son el Palivizumab, que cuenta con varios años en el mercado, y el nirsevimab, avalado por la ANMAT en noviembre de 2023. Aquí un repaso por cada uno:
- Palivizumab, se trata de una estrategia de prevención de infecciones respiratorias graves provocadas por el virus sincitial respiratorio (VSR) en poblaciones de alto riesgo. Según una guía publicada en 2017 por el Ministerio de Salud y un documento sobre la estrategia de prevención combinada realizado por la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), este fármaco está dirigido a prematuros extremos y niños con cardiopatías congénitas con inestabilidad hemodinámica significativa. Este anticuerpo monoclonal IgG1 humanizado se encuentra destinado a prematuros de hasta 32 semanas de gestación o con un peso al nacer de hasta 1500g y hasta los 6 meses de edad, y a aquellos de menos de 29 semanas y menos de 1000g hasta los 12 meses y 0 días, entre otras condiciones específicas. La administración es de hasta cuatro dosis y tiene como objetivo reducir la incidencia, hospitalización y complicaciones tanto inmediatas como futuras, tales como sibilancias recurrentes y disminución de la funcionalidad respiratoria en niños susceptibles. Esta estrategia cuenta con el aval de sociedades científicas y UNICEF, según destacaron.
- Nirsevimab es un anticuerpo monoclonal que tiene como objetivo la prevención del VSR en bebés, con una reducción de entre el 75% y el 80% de infección por este patógeno. Asimismo, esta medicación se aplica directamente a bebés nacidos durante o que entran en su primera temporada de circulación del virus, y para niños de hasta 24 meses de edad que siguen siendo vulnerables a la enfermedad grave por VSR, hasta su segunda temporada. Este tratamiento posibilita una protección inmediata contra la enfermedad, sin necesidad de activación del sistema inmunitario. Este anticuerpo monoclonal consta de una única dosis.
- Vacuna nasal para lactantes entre 6 y menos de 22 meses: diseñada para bebés y niños pequeños de entre 6 y menos de 22 meses, esta inmunización comenzará el ensayo clínico de Fase III en Argentina. A diferencia de las vacunas sistémicas, esta propuesta busca ofrecer una protección directa en las vías aéreas superiores, apuntando a reducir tanto la severidad de la enfermedad como su transmisión entre los más pequeños. Con estudios previos que indican una reducción significativa en consultas médicas por enfermedades leves, este enfoque podría marcar un antes y un después en la prevención del VSR, complementando otras estrategias existentes como los anticuerpos monoclonales y las vacunas para embarazadas, ya incluidas en el Calendario Nacional de Vacunación en Argentina. Este avance no solo busca garantizar protección para los niños sino que además apunta a generar un impacto comunitario, reduciendo la carga viral a nivel poblacional.
Cómo prevenir al VSR
El VSR se transmite a través de las secreciones respiratorias (gotitas) que las personas infectadas diseminan cuando tosen o estornudan, y por contacto directo. El virus puede sobrevivir por muchas horas en superficies duras como mesas y barandales de cuna, como así también por períodos más breves, en superficies blandas como pañuelos desechables y manos.
Cuando el VSR infecta a adultos sanos y niños mayores, generalmente se manifiesta con signos y síntomas parecidos a los de un resfriado. Sin embargo, en poblaciones de riesgo (como los lactantes o adultos mayores) puede extenderse al aparato respiratorio inferior, causando inflamación de las pequeñas vías respiratorias que ingresan a los pulmones. Cuando esto ocurre, los signos de la enfermedad son más severos: fiebre, tos intensa, sibilancia, dificultad para respirar, entre otros.
Existen medidas de prevención cotidianas para ayudar a reducir la propagación del VRS y otras enfermedades respiratorias como lavarse las manos con agua y jabón frecuentemente, cubrirse con un pañuelo desechable al toser y estornudar, permanecer en el hogar si estamos enfermos. Sin embargo, para aquellos que se encuentran bajo mayor riesgo, la vacunación puede ser clave.