Cuando las personas experimentan enamoramiento y amor, el cuerpo suele responder de varias maneras debido a los cambios hormonales y al sistema nervioso. Desde la aceleración del corazón, sudoración en las manos y las famosas “mariposas en el estómago” hasta la liberación de hormonas, cada rincón de nuestro organismo se ve afectado cuando nos enamoramos.
Debajo de esta poderosa emoción, que involucra principalmente al cerebro y el corazón, se esconde “una de las experiencias humanas más intensas y adictivas”, según antropóloga biológica, investigadora principal del Instituto Kinsey, de la Universidad de Indiana, considerada la voz de autoridad científica sobre el amor, Helen Fisher.
¿Qué efectos produce el amor en el cuerpo?
“El amor es una necesidad biológica tan vital para el bienestar de una persona como el agua fresca, la comida y el ejercicio”, sostiene Stephanie Cacioppo, neurocientífica de la Universidad de Oregón y autora del libro Wired for Love: A Neuroscientist’s Journey Through Romance, Loss, and the Essence of Human Connection (Cableados para el amor: El viaje de un neurocientífico a través del romance, la pérdida y la esencia de la conexión humana).
Teniendo en cuenta este sentimiento humano, un equipo de investigadores del Departamento de Neurociencia e Ingeniería Biomédica de la Universidad Aalto, Espoo, Finlandia, elaboraron un mapa sobre las distintas partes del cuerpo donde se sienten los diferentes tipos de amor y con qué intensidad se experimentan.
Sus hallazgos, publicados en la revista Philosophical Psychology, arrojaron que los efectos producidos en el cuerpo se dan en la cabeza y en el pecho, registrando cambios en el ritmo cardíaco, la respiración y las expresiones faciales, incluso sonrojarse.
Para Richard Schwartz, profesor asociado de psiquiatría en la Harvard Medical School (HMS), uno de los primeros efectos del enamoramiento es el aumento del cortisol.
Según explica en el emblemático artículo El amor y el cerebro, cuando nos enamoramos, las sustancias químicas asociadas con el circuito de recompensa inundan nuestro cerebro y producen una variedad de respuestas físicas y emocionales: corazones acelerados, palmas sudorosas, mejillas sonrojadas, sentimientos de pasión y ansiedad.
¿Qué parte del cuerpo hace que nos enamoremos?
El amor y cerebro son dos elementos intrínsecamente relacionados en la experiencia humana. Contrario a la creencia popular que sitúa al corazón como el epicentro de las emociones, estudios recientes destacan el papel crucial del cerebro en la gestación de los sentimientos asociados al amor.
En un paradigmático estudio sobre el amor y el cerebro, Fisher analizó el cerebro de 100 personas con una máquina de resonancia magnética: gente enamorada; gente que había sido recientemente rechazada, y gente enamorada en una relación a largo plazo, por ejemplo, con 20 años de casados. Lo que descubrieron fue que en los tres casos había actividad en una pequeña zona cerca de la base del cerebro llamada área tegmental ventral.
“Esta pequeña área genera dopamina y la manda a distintas regiones y eso te da el júbilo, la euforia, el foco, la motivación y el ansia del amor romántico”, explicó Fisher en una entrevista con Infobae.
“Cuando la red del amor se enciende, activa los centros de recompensa del cerebro, liberando una cascada de hormonas, neuroquímicos y opioides naturales, que nos hacen sentir alegría y también ayudan a nuestro cuerpo a sanar y a nuestra mente a lidiar con el dolor”, dice Cacioppo.
¿Qué sustancias se liberan cuando se está enamorado?
Las hormonas de la felicidad, también conocidas como el “cuarteto de la felicidad” -la serotonina, la dopamina, la oxitocina y las endorfinas- juegan un papel fundamental durante la etapa de enamoramiento.
Según explicó la neuróloga Silvia Folgar, (MN 91226),de la División Neurología del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en una nota reciente, en el enamoramiento el aumento de los niveles de la serotonina está involucrado en la sensación de satisfacción y bienestar.
Un estudio de Nature Neuroscience explica que la dopamina regula la motivación y la euforia, mientras que la serotonina mejora nuestro estado emocional, promoviendo la tranquilidad y la concentración.
La oxitocina también juega es fundamental para el fortalecimiento de lazos afectivos, el aumento de la confianza y la intensificación de la atracción entre individuos.
“La oxitocina es conocida por su papel en la formación de vínculos sociales y el establecimiento de relaciones afectivas, y también puede reducir los niveles de ansiedad y estrés. De manera coloquial se la conoce como la “hormona del amor”. Juega un papel fundamental en las relaciones sociales y el apego emocional. Se libera durante el contacto físico, como abrazos y besos”, señaló a Infobae en una nota reciente la doctora Laura Maffei, (MN 62441), endocrinóloga, especialista en estrés, directora de Maffei Centro Médico.
Estas sustancias químicas, responsables de regular el estado de ánimo, experimentan un incremento en sus niveles, lo que resulta en experiencias emocionales intensas, a menudo comparadas con las provocadas por ciertos estupefacientes.
¿Cómo afecta el enamoramiento a la salud mental?
El amor tiene una serie de beneficios significativos para la salud mental. Más allá de cuándo y por qué se liberan las hormonas vinculadas al amor, cada una de estas sustancias químicas está asociada con una serie de beneficios para nuestro bienestar integral.
Entre estos beneficios demostrados se incluyen la reducción del estrés, una mejor calidad del sueño y una mayor capacidad para enfrentar la adversidad, como de enfrentar problemas.
Además, estudios científicos respaldan que tener amor en nuestras vidas puede fortalecer nuestro sistema inmunológico, reducir el dolor, mejorar las capacidades cognitivas, disminuir la incidencia de la depresión y aumentar la longevidad.