Así como el mantra favorito de Javier Milei sobre el que resume parte de su estrategia política es “No hay plata”, para el ministro de Salud de la Nación, el médico cardiólogo Mario Russo, su mantra de cabecera es “Hay que descentralizar la salud”.
Será que Russo maneja como pocos el haber transitado tanto la gestión pública y la privada en Salud, como titular de la cartera sanitaria de los municipios de San Miguel y Morón, así como distintos cargos en la coordinación de políticas sanitarias bonaerenses. Y, también, cuenta con varios años de trayectoria en el Instituto Fleni y en el Hospital Italiano, además de dirigir programas de formación directiva en gestión y economía de la salud en la Universidad Austral y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).
Hoy, el ministro Russo sumó otro desafío en salud pública: administrar el brote histórico de dengue que atraviesa la Argentina ante una situación que la incluye en el sombrío panorama regional, donde el país representa el 3,4% de los casos de todo América del sur.
— ¿Qué está haciendo hoy el Gobierno Nacional para mitigar y para realizar una estrategia futura respecto a este brote histórico de dengue que vive Argentina en todo el territorio?
— Creo que existe una mala interpretación de lo que es la acción o la inacción en esta nueva etapa de la Argentina. Desde mi cartera, visualizamos y diseñamos un ministerio con una función rectora, no con una función de prestador de servicios. Estamos muy concentrados en la vigilancia epidemiológica muy específica, porque somos los responsables de determinar cuáles son los serotipos que están circulando a través de 33 lugares vigías, esa información nosotros se la transmitimos a las provincias. Hemos hecho una reunión con 22 ministros de las 24 jurisdicciones que asistieron a la reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa). En ese lugar discutimos las estrategias, nos pusimos de acuerdo en que lo fundamental es la prevención y el control del mosquito vector, porque sin mosquitos no hay dengue. Y teniendo en cuenta que el manejo integral está asociado al descacharrado, la eliminación de los huevos del Aedes aegypti durante todo el año.
Armamos una red de referentes clínicos junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y las 24 provincias, para bajar una línea del manejo del paciente febril sospechoso de dengue, para que sea homogénea la mirada y nos manejemos en una forma similar en todo el país.
— ¿Cómo se instrumenta ese papel rector que usted le quiere imprimir al Ministerio de Salud de la Nación en el vínculo con las provincias y los organismos internacionales, con un país donde la pobreza trepó al 57,4% -porcentaje que representa a 27 millones de personas- durante el primer mes de 2024; y con el sistema de salud en quebranto?
— El ministerio ejerce una especie de rectoría, junto con la OPS, la CoNain y los expertos que nosotros hemos convocado. Estamos inmersos en un brote que no solo afecta a Argentina, que afecta fundamentalmente a América del Sur. De hecho, nuestro país representa el 3,4% de los pacientes infectados en la región. Estamos convencidos sobre redefinir las competencias de cada una de las jurisdicciones, tenemos que ejercer esa autoridad, tener el tablero de control de qué es lo que está pasando en tiempo real y tenemos que seguir interactuando con las organizaciones que más saben de este tipo de de enfermedades que son la OPS y la OMS. De hecho, la semana pasada el director de la OPS ha difundido un comunicado muy extenso que va en línea con lo que nosotros estamos haciendo.
Muchas veces, se mezclan el modo de comunicar las cosas con la inacción. A mí no me interesa dar una conferencia con 25 infectólogos o que me saquen una foto en un barrio vulnerable descacharrando. Creo que lo que suma (como estrategia) es que bajemos un lineamiento concreto, que hablemos con los responsables de salud de las provincias, y que ellos a su vez hablen con los responsables municipales, ésa es la forma de trabajar. El resto es una mirada de cómo se comunica. Pero créame que desde el día que llegamos acá estamos ocupados en el tema dengue.
— Entonces, usted frente a las medidas de salud pública ante el brote epidémico de dengue en el país, ya está aplicando el concepto de descentralización.
— Absolutamente. Con una mirada rectora muy clara, que el Ministerio había perdido. Es decir, nosotros creemos en la utilización de los datos, en bajar guías de estándares de calidad para todas las patologías. En este Ministerio tenemos que tomar las decisiones estratégicas de la salud de Argentina, fundamentalmente en el calendario de inmunizaciones y eso nada tiene que ver con la política. De hecho, nosotros llegamos y el primer acto administrativo que hice fue firmar (la inclusión en el calendario nacional de vacunación de) la vacuna del virus Sincicial Respiratorio que fue desarrollada por el gobierno anterior, porque nosotros creemos que es positiva. En ese perfil bajo también está la idea que el Ministerio vuelva a tener una rectoría, pero en la medicina basada en la evidencia, no en factores externos que puedan condicionarnos en las decisiones, sean simpáticas o no.
Cifras sustanciales
Según el último reporte del Ministerio de Salud de la Nación, en lo que va de la temporada 2023/2024 se registraron 129 muertes y 180.529 casos de dengue, de los cuales 163.419 se notificaron desde la semana 1 a la semana 12 de 2024. La incidencia acumulada hasta el momento para el total país es de 384 casos cada cien mil habitantes. En el mismo período, 398 casos fueron clasificados como dengue grave y la enfermedad mostró una letalidad del 0,071%.
En la mirada del cardiólogo, el Ministerio de Salud Nacional está para “tomar decisiones estratégicas”, y en ese camino uno de los instrumentos fundamentales son las cifras, por eso la importancia a mantener muy actualizado el Boletín Epidemiológico Nacional que permite, por ejemplo, “conocer cuál es el serotipo del virus del dengue que más circula en el país, siendo el serotipo 1 hoy el más prevalente”.
Una síntesis de su pensamiento es hacer, más que aparecer. Y así se lo relató a Infobae: “Hace pocos días reuní al Consejo Federal de Salud (COFESA) y junto a los ministros de Salud del país hemos trazado medidas de prevención y estrategia futura contra el mosquito vector del dengue -Aedes aegypti- muy importantes. Pero como a mí no me gusta aparecer en la televisión cortando una cinta, algunos medios y la gente confunden trabajar con perfil bajo con inacción”.
En consonancia con el ministro Russo, el director de la OPS, Jarbas Barbosa, comunicó en lo que va del año los casos de dengue se triplicaron en América Latina respecto al 2023. En una conferencia regional de la que participó Infobae detalló que la gran mayoría de las infecciones se notificaron en Brasil (81%), seguido por Paraguay (6%), Argentina (3,4%), Perú (2,6%) y Colombia (2,2%), que concentran el 92% de los casos y el 87% de las muertes.
Estrategia frente a la vacuna
— En cuanto a la estrategia respecto a la vacuna disponible y aprobada del laboratorio Takeda (Qdenga) contra los cuatro serotipos del dengue, podemos decir que hasta hoy existen dos bibliotecas, una que dice “vacunemos a todos” -la ciencia ya se pronunció y dijo que esto no es efectivo contra este brote actual- . Y la otra postura que sostiene que se debe vacunar por jurisdicciones en función de la endemia de cada distrito. En ese marco, ¿cuáles son los pasos que va a tomar el Gobierno Nacional al respecto de la vacuna?
— La vacuna de Takeda ha demostrado seguridad y eficacia en un grupo de pacientes que han sido los estudiados en una Fase III en 20.000 pacientes. Recién esa vacuna está empezando a recorrer un capítulo en la Fase IV, en el mundo real. Por eso, necesitamos recabar la información de qué es lo que ha ocurrido con los pacientes que han sido vacunados en un brote en el mundo real para sacar las conclusiones y terminar de definir cuál es el grupo etario a vacunar y cuáles son las regiones a vacunar. Probablemente sea en las regiones endémicas, pero todavía necesitamos información.
Lo que corresponde es que tomemos este tema con seriedad y con solidez científica, porque en definitiva somos los que vamos a determinar el calendario de vacunación. Entendemos la ansiedad, pero necesitamos todavía unos meses para recibir esa información y a partir de ahí tomar una decisión en forma conjunta con la CoNain y con la OPS.
— ¿Entonces en el corto a mediano plazo la vacuna contra el dengue no entrará al Calendario Nacional de Vacunación?
— No, no entrará por ahora en el Calendario Nacional de Vacunación, pero lo que sí se está evaluando es la aplicación de la vacuna de forma segmentada y por regiones. Y falta determinar cuál es el grupo etario que se va a vacunar.
Hay que recordar que la vacuna (Qdenga) está aprobada por la reguladora local ANMAT, no es una herramienta que esté validada para controlar la transmisión de la enfermedad en el contexto del brote. La adopción de la vacunación como estrategia de salud conlleva una enorme responsabilidad y no puede quedar sometida al interés de determinados sectores que desinforman y generan preocupación.
— Estamos ante un brote epidémico y esto implica tensión y colapso del sistema de salud. Y en este lineamiento que usted mencionó, se está trabajando con los diferentes eslabones de la cadena de salud, especialmente los que están en la línea de fuego con pacientes en guardias lógicamente colapsadas por consultas y gente con síntomas. ¿Cómo se gestionan las pruebas PCR para poder llegar al diagnóstico de dengue y no que todo sea presuntivo?
— Hicimos una jornada con OPS y con 24 referentes de cada una de las provincias y bajamos una guía como si fuera un triage, que implica que si el paciente tiene tal edad, tiene fiebre u otro síntoma, siga un camino en el sistema público. Así estamos tratando de homogeneizar la forma de tratar al paciente sospechoso de dengue. Es una iniciativa que tomamos en conjunto con OPS.
— Pero seguimos antes un escenario de suposiciones, el paciente se va del centro de salud con un cuadro de dengue presuntivo, que puede agravarse, pero no tiene diagnóstico confirmado, por eso un gran porcentaje de la gente está como a ciegas ante qué hacer y qué conducta médica seguir ante el diagnóstico.
— Como médico puedo decirle que la mortalidad del dengue es muy baja, del 0,05%. Pero eso no importa cuando toca desde lo individual. Esto tiene más que ver con el sistema que no reconoce al paciente, en especial los jóvenes. Es lo que había sucedido con el COVID al inicio de la pandemia, por eso estamos haciendo mucho hincapié en transmitir a las jurisdicciones guías de práctica clínica para actuar. Creemos en eso en el Ministerio de Salud, nos parece que van a tener más impacto este tipo de cosas, que cortar tanta cinta.
Russo remarcó que se encuentra en constante vigilancia de la situación epidemiológica del país, en especial en lo que se refiere al brote de dengue que atraviesan las regiones norte y centro, y aseguró que está realizando un monitoreo exhaustivo en colaboración con las diferentes jurisdicciones.
Seguimiento permanente
En torno de las acciones actuales para encarar el combate, tanto contra el dengue como contra otras patologías, la cartera garantizó que está poniendo en práctica un proceso de “seguimiento epidemiológico permanente” que le permite tanto al Ministerio como a las autoridades sanitarias locales “identificar de manera precoz cualquier cambio o anomalía en el patrón de enfermedades en el territorio nacional”.
En la mesa del COFESA, dijo Russo, todos los ministros “coincidieron” en que la “eliminación del mosquito en el territorio es la primera línea de defensa para frenar el dengue, y que la clave es el trabajo local y peridomiciliario para combatirlo. Esta es una tarea que debe realizarse continuamente, no solo debido al contexto actual sino anticipándonos a la próxima temporada para llegar con menor población de mosquitos”.