Desgraciadamente, es muy habitual que se utilice términos ligados a la salud mental para calificar negativamente a alguien. Por ejemplo, “idiota” entró en el lenguaje corriente y hacía referencia a una denominación usada en medicina antiguamente, la idiocia, o más directamente la palabra “loco”, o muchas palabras peyorativas, como nos referíamos en una nota reciente sobre el síndrome de Down.
La popularización y de alguna manera banalización de términos diagnósticos llevó a que palabras médicas pasarán al lenguaje corriente, entre ellas bipolar. Así esta palabra se emparenta en el uso cotidiano con maníaco, que tiene una procedencia más antigua, usada como sinónimo de “locura”. En otras ocasiones también se aplea al término ciclotímico.
Sin duda, todas hacen referencia a cambios en el comportamiento y estado de ánimo, pero ¿es todo lo mismo? Una consulta muy habitual que muestra esta confusión, es que alguien refiera que tiene cambios de estado de ánimo y se autodefina como ciclotímico y que la consulta sea si es bipolar.
De hecho, el Día internacional del trastorno bipolar que se celebra hoy 30 de marzo, fue instaurado en la fecha de nacimiento de alguien a quien diagnosticaron póstumamente como bipolar, que fue el genial Vincent Van Gogh. De él se dieron los más diversos diagnósticos, pero al momento actual parece este más cercano, seguramente asociado a un trastorno de personalidad y al consumo problemático de sustancias, como lo llamaríamos hoy.
¿Cuáles son las características de uno y otro término, es decir entre cambios de humor, ciclotimia, y bipolaridad? Por otro lado, ¿cuáles son los mitos alrededor de esa patología?
Diferentes diagnósticos
El trastorno bipolar es una afección crónica de salud mental caracterizada por cambios extremos en el estado de ánimo en los que se alternan períodos de manía (estado de ánimo elevado) y depresión (estado de ánimo bajo). Afecta aproximadamente al 3% de la población mundial.
Los síntomas más frecuentes son en sus episodios maníacos un estado de ánimo elevado, aumento de la energía, impulsividad y necesidad reducida de sueño. Por otro lado, en sus episodios depresivos: tristeza persistente, pérdida de interés, fatiga y cambios en el apetito.
Es importante destacar que el diagnóstico no se hace solo por estas variables sino es una evaluación completa en el tiempo en la que se descartan otras condiciones, entre ellas las orgánicas.
Las formas clínicas son según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5-TR):
- Trastorno bipolar I: al menos un episodio maníaco que puede estar precedido o seguido de un episodio hipomaníaco o un episodio depresivo mayor.
- Trastorno bipolar II: al menos un episodio depresivo mayor y, como mínimo, un episodio hipomaníaco, pero nunca un episodio maníaco.
- Trastorno ciclotímico. Haber padecido durante al menos dos años —o un año en el caso de niños y adolescentes— muchos períodos con síntomas de hipomanía y períodos con síntomas depresivos (aunque menos graves que la depresión mayor), y no haber estado libre de síntomas por más de 2 meses.
- Otros tipos. Los episodios relacionados o inducidos por drogas, ciertos medicamentos o bebidas alcohólicas, o debidos a una enfermedad, como la enfermedad de Cushing, la esclerosis múltiple o un accidente cerebrovascular.
¿Qué es episodio maníaco? Es un período persistente de estado de ánimo muy elevado, caracterizado por aumento de actividad, energía o irritabilidad que dura al menos 1 semana. Se caracteriza por tener diferentes episodios de grandiosidad, insomnio, locuacidad, sucesión rápida de pensamientos (fuga de ideas), dificultad para prestar atención y concentrarse, agitación, inquietud, etc.
Al mismo tiempo, a nivel comportamental es habitual encontrar comportamientos perjudiciales para el individuo como compras compulsivas, ludopatía, negocios o inversiones “brillantes” y riesgosas. Es por eso que en algunas adiciones comportamentales el diagnostico diferencial con este tipo de cuadros se impone y en algunos casos es comórbido.
Muy habitualmente escucharán la palabra hipomanía. Se trata de episodios similares al maníaco, pero de menor intensidad, queda excluido el concepto si existen episodios psicóticos y se considera como tal si el período dura al menos 4 días consecutivos.
¿Qué es episodio depresivo mayor? Se considera a un periodo sostenido de al menos 2 semanas donde se presentan los siguientes elementos: estado de ánimo negativo persistente, pérdida del placer para realizar casi todas las actividades, pérdida de peso, insomnio o hipersomnio, agitación, fatiga, sentimientos de inutilidad, dificultad para concentrarse y concentrarse, ideas suicidas.
Por otro lado, los cambios o fluctuaciones del humor se refieren a alteraciones, más rápidas y menos persistentes en el estado de ánimo, y a menudo desencadenadas por factores externos (estrés, cambios hormonales, etc.). Son comunes y generalmente temporales.
Diferencias entre trastorno bipolar y cambios de humor
Podemos considerar tres áreas:
- Duración: Los episodios del trastorno bipolar duran días o semanas, mientras que los cambios de humor son más breves.
- Severidad: La manía bipolar es intensa y perturbadora, afectando la vida diaria. Los cambios de humor son menos graves y transitorios.
- Consistencia: El trastorno bipolar sigue un patrón (ciclos). Los cambios de humor son más aleatorios.
Más allá de la diferencia entre los diferentes cuadros bipolares, incluida la ciclotimia, las fluctuaciones del humor son frecuentes en diversas patologías y en particular hay que considerar que forman parte de las emociones normales. Establecer la diferencia puede ser lo que necesite un diagnóstico más preciso.
Mitos sobre el trastorno bipolar
- El trastorno bipolar es raro: no. Esta evaluado en casi el 3 % de la población adultos en EEUU. LA Organización Mundial de la Salud en 2019 señalaba el número de 45 millones de personas afectadas en el mundo y las estadísticas fluctúan a escala mundial entre el 2/3 %
- El trastorno bipolar es sinónimo de manía, excitación etc.: no, la sintomatología es más que esa limitación y el diagnóstico no se puede considerar por un elemento, por ello las clasificaciones hablan de al menos tantos (un número) episodios durante un tiempo determinado.
- La manía es placentera y productiva. La manía es un estado de excitación, pero hay que diferenciar excitación de placer. Es realidad, dista de ser placentera. Incluye síntomas como distracción, impulsividad y aumento de la energía. Puede afectar la vida diaria y las relaciones. Las consecuencias vuelven a la experiencia particularmente ineficaz y displacentera.
- El trastorno bipolar son solo cambios de humor: las altas y bajas del trastorno bipolar son muy diferentes de las fluctuaciones normales del estado de ánimo. A diferencia de las oscilaciones típicas del ánimo, el trastorno bipolar presenta ciclos o episodios que duran semanas o meses.
En conclusión, las fluctuaciones del humor van desde las comunes y esperables en la vida cotidiana, a aquellas ligadas a enfermedades clínicas, hasta cuadros psiquiátricos de diferente tipo, teniendo como demarcador el espectro de los cuadros bipolares.
La característica central está en el diagnóstico correcto, que no es tan simple de hacer, y no caer en la tentación también “bipolar” de ser del “equipo” de nada es medicable, a todo lo es. En este último aspecto vemos varios pacientes tratados con medicación antipsicótica con diagnósticos muy rápidos de “bipolaridad” así como pacientes que se encuentran en situaciones de riesgo y se debaten ante la evidencia de un tratamiento farmacológico que será de suma utilidad.
* El doctor Enrique De Rosa Alabaster se especializa en temas de salud mental. Es médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista.