Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el dengue tiene un comportamiento estacionario, es decir, en el hemisferio Sur la mayoría de los casos ocurren durante la primera mitad del año. Este patrón de comportamiento corresponde a los meses más cálidos y lluviosos. En las Américas, el vector principal responsable de la trasmisión es el mosquito Aedes aegypti, en otras regiones también se presenta el Aedes albopictus.
Justamente en lo que respecta a las lluvias, el martes 19 de marzo, un fuerte temporal se desplazó hacia el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), dejando su huella en el interior bonaerense y en Capital Federal. Durante la tarde hubo granizo y vientos que superaron los 100 kilómetros por hora. Las precipitaciones intensas continuaron durante este miércoles, pero también la semana del 14 de marzo se registró una alerta amarilla por tormentas en la región y en Santa Fe, Entre Ríos, Salta, Jujuy, Tucumán, Catamarca, Córdoba y Santiago del Estero
En ese contexto, la preocupación no solo se limita a los estragos materiales causados por el clima adverso, sino que se intensifica por el incremento de casos de dengue que, tal como indica la OMS, está asociado a las temporadas lluviosas.
Según el último Boletín Epidemiológico Nacional, desde la semana 31 de 2023 -fines de julio y principios de agosto- hasta la semana 10 de 2024 -principios de marzo- “se registraron 120.007 casos de dengue: 109.313 sin antecedentes de viaje (autóctonos), 3.917 importados y 6.777 en investigación, resultando en una incidencia acumulada hasta el momento a nivel país de 255 casos cada cien mil habitantes”.
La vigilancia del dengue se realiza de manera estacional, abarcando desde la semana epidemiológica 31 de un año hasta la semana 30 del siguiente, coincidiendo con el pico de actividad del virus, que suele darse durante los meses de verano. Si bien aún restan semanas para concluir la medición de este año, existe la posibilidad de que se supere el umbral de casos registrado en la temporada anterior, que alcanzó los 130 mil. Infobae consultó a especialistas sobre la incidencia de las lluvias en los casos de dengue.
“El mosquito Aedes aegypti deposita sus huevos en aguas limpias. A diferencia de la malaria, el paludismo, transmitido por mosquitos que se reproducen en aguas estancadas, Aedes aegypti deposita sus huevos en aguas limpias. El agua de lluvia es considerada agua limpia. Al depositar sus huevos donde se acumula agua limpia, estos quedan en la interfaz entre el agua y el aire. Los huevitos depositados, bajo condiciones adecuadas de humedad y temperatura, maduran a formas adultas”, introdujo Elena Obieta, la infectóloga jefa del servicio de enfermedades transmisibles y emergentes de la Municipalidad de San Isidro y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI)
“La característica de Aedes aegypti es que pica a las personas para alimentar a sus huevos; puede transmitir el virus del dengue a sus huevos a través de la transmisión transovárica. Así, esos huevos que luego evolucionan a larvas y formas adultas serán mosquitos capaces de transmitir la infección al picar. Además, las lluvias aumentan la cantidad de mosquitos, ya que proporcionan receptáculos para el agua limpia donde pueden depositar sus huevos, como portamacetas, tapitas de gaseosa, neumáticos, canaletas, huecos de árboles, entre otros”, siguió Obieta.
Y sumó: “Por eso, más allá de estar actualmente en una situación de brote durante todo el año, es crucial pensar en erradicar los posibles criaderos de mosquitos. Estrategias como esterilizar a los mosquitos machos impiden que las hembras depositen huevos viables. Aunque la fumigación elimina alrededor del 70% de las formas adultas, una mosquita adulta eliminada ya ha podido depositar hasta 300 huevos, los cuales, al eclosionar y convertirse en adultos, perpetúan el ciclo de transmisión del dengue”.
Según Obieta, “si hay sumideros o lugares donde se haya acumulado agua de lluvia o agua de desagües, como de la cocina o del lavarropas, se recomienda verter una pava de agua hirviendo a 100 grados durante la noche. Esto disminuye la posibilidad de que se críen larvas. Luego, diariamente se debe eliminar o limpiar. Si tenemos agua en floreros es esencial limpiar con un trapito y, eventualmente, con un poco de lavandina. También es importante prestar atención a la interfase que se genera en el bebedero de las mascotas, en la pelopincho, en la piscina, etcétera. Es crucial cepillar y limpiar bien esa film que se forma cuando el agua se evapora, ya que ahí es donde están depositados los huevos”.
Por su parte, el infectólogo Ricardo Teijeiro, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, le dijo a Infobae: “No es solamente la lluvia. La lluvia no sería nada porque en pleno invierno no va a hacer que se desarrolle. Hay que ver que el ciclo del Aedes aegypti es la formación de huevos, larvas y después el vector adulto, el mosquito, que todo ese periodo lo hace en lugares húmedos, sobre todo en agua estancada, pero también requiere calor, si no, no puede desarrollarse. Ahora, si estás en un lugar con lluvia y se da una temporada de calor y humedad como fue este año, entonces ahí es el lugar más propicio para el desarrollo”.
“Esta dinámica solo se traduce en aumento de casos de dengue cuando hay circulación del virus, porque por más que haya vector, si no hay circulación del virus tampoco hay riesgo. Lo que pasa es que este año se dio que hubo mucha humedad, mucha lluvia y mucho calor. Esto lógicamente significa que tenemos agua estancada en los domicilios porque no se está trabajando bien en prevención y eso hizo que hubiera una cantidad muy alta de enfermedades de circulación del virus; eso lo que produce más casos”, añadió Teijeiro.
El Ministerio de Salud argentino informó que en esta temporada se registraron 79 personas con dengue fallecidas -de las cuales 69 pertenecen al año 2024- en las provincias de Buenos Aires (17), Misiones (14), Chaco (13), Corrientes (8), Córdoba (7), Formosa (5), Santa Fe (5), Santiago del Estero (2), CABA (4), Tucumán (1), San Luis (1), Salta (1), Entre Ríos (1). La letalidad hasta el momento (cantidad de casos fallecidos en relación al total de casos notificados) es de 0.07%”.
Otro profesional consultado por Infobae fue Hugo Pizzi, infectólogo y epidemiólogo, magister en Salud Pública y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba.
“La temperatura y la humedad son partes fundamentales de la ecuación que permite que exista el ciclo biológico. La lluvia no solo trae humedad, sino también, por ejemplo, crecimiento de pasto y de yuyos, que es de lo que se alimenta el mosquito macho. El macho se alimenta de jugos vegetales. La temperatura y la humedad hacen que la reproducción se agilice, sea más rápida y lógicamente que la hembra ponga más huevos y pique más para tener proteínas para poner los huevos y así sucesivamente”, planteó Pizzi.
Al tiempo que remarcó: “Aparte de la gran cantidad de mosquitos Aedes aegypti, también está la circulación de los serotipos del dengue. Están circulando con mucha rapidez el uno y el dos, y también se detectó poco, pero se detectó, el tres. ¿Qué quiere decir esto? Que coincide todo como para que el resultado final sea la gran cantidad de pacientes que tenemos. No olvidar que todavía el pico de la curva epidemiológica no ha llegado y según las predicciones que tenemos, abril va a ser un mes complicado”.