Estar frente a una mente brillante como es la del Doctor Stephen Liu - experto en oncología- provoca que las preguntas broten a borbotones porque él tendrá algunas respuestas que el común de los mortales aún desconoce.
¿Cuál es la función de un think tank de investigación oncológica en pleno siglo XXI? ¿Por qué la inmunoterapia y las terapias dirigidas representan un cambio significativo en el tratamiento del cáncer de pulmón, al dar nuevas esperanzas de sobrevida para los pacientes y apuntar a la cronicidad de la enfermedad?
Para dar respuesta a cada uno de estos interrogantes, Infobae entrevistó en exclusiva al doctor Stephen Liu, experto de la Universidad de Georgetown y director de Oncología Torácica del Lombardi Cancer Institute en Washington; un centro de investigación que es un verdadero faro científico global en oncología, guiado por el principio de cura personalis: “Cuidar de la persona en su totalidad”.
El doctor Liu señaló que, sin duda, fumar es el factor de riesgo más relevante, pero aclaró que cualquier persona puede contraer cáncer de pulmón, ya que según las investigaciones más recientes cerca del 20% de las personas diagnosticadas con la enfermedad no ha probado un cigarrillo en su vida.
El cáncer de pulmón no sólo es el que padece la mayor cantidad de personas en el mundo, sino también el más mortal.
Detrás de cada enfermedad, existe un paciente único e irrepetible. Un ser humano que enfrenta un diagnóstico y que le “pone el cuerpo” a los tratamientos médicos para superar una patología. Transitar un cáncer suele ser un proceso traumático para el que lo padece y también para su entorno. Y el cáncer de pulmón se posiciona como la enfermedad oncológica más letal a nivel global, ya que al no dar síntomas suele detectarse -en la mayoría de los casos- en estadios avanzados.
Según los últimos informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), este tipo de cáncer representa el 12% de las muertes asociadas a enfermedades oncológicas a nivel global. Una tasa de mortalidad alta. Además, la evidencia reciente muestra un nuevo factor de riesgo que impulsa el aumento de casos de cáncer de pulmón, y es la polución ambiental, por detrás del cigarrillo.
En esa mirada integral que proponen los expertos del Lombardi Cancer Center se abre paso, a fuerza de resultados y evidencia científica, el concepto de cronicidad y como adelantó Infobae en su cobertura del Congreso ASCO 2023, en Chicago, la reunión anual de los máximos referentes globales convocados por la Sociedad Americana de Oncología Clínica, dejó en claro el consenso entre los expertos del mundo que la investigación científica alrededor de los distintos tipos de cáncer y la oncología en general pasa por su mejor momento: un tiempo estimulante, disruptivo y profundamente innovador que solo arroja buenas noticias para los pacientes del globo.
Entre las ideas que logran más potencia figura la progresiva cronicidad de algunos tipos de cáncer, como el de próstata, mama, colon, y algunos hematológicos, entre otros. La lista se extiende. Una de las claves para que esto ocurra será la secuenciación genética de los tratamientos con evidencia científica contra los distintos tipos de cancer.
Además de la combinación de los viejos y estandarizados tratamientos, con los nuevos e innovadores para multiplicar las opciones de sobrevida y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Al respecto, lo primero que dispara el doctor Liu a Infobae, desde una de las salas del Lombardi Cancer Institute en Washington, es que “el cáncer de pulmón carga con un estigma que lo vincula a la adicción al tabaco, y si bien es cierto que cerca del 80% los diagnósticos ocurren en fumadores, cada vez son más frecuentes los diagnósticos vinculados a la exposición a la polución, desde gases en concentraciones tóxicas a microplásticos”.
Así lo demostró el más amplio y reciente estudio publicado en la revista Nature sobre el impacto de la contaminación del aire en la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón. Las células con mutaciones cancerígenas se acumulan naturalmente a medida que envejecemos, pero normalmente están inactivas, sin embargo, la investigación en 400.000 personas concluyó que “la contaminación del aire despierta estas células en los pulmones, animándolas a crecer y potencialmente formar tumores”.
El camino hacia la cronicidad del cáncer de pulmón
El doctor Liu resaltó a Infobae que, “afortunadamente, la ciencia avanza en tratamientos personalizados como la inmunoterapia y las terapias dirigidas, que aumentan la expectativa de sobrevida tras el diagnóstico y nos acerca al horizonte no tan lejano de la cronicidad, lo que significa convertir al cáncer de pulmón en una enfermedad crónica con la que el paciente pueda convivir muchos años si mantiene adherencia al tratamiento. En un futuro, el diagnóstico ya no será equivalente a un desenlace inexorable”.
Hoy el cáncer de pulmón es el más letal y uno de los más frecuentes a nivel global, pero esa situación a largo plazo podrá revertirse gracias a la innovación en los tratamientos y a la secuenciación genética de los subtipos de cáncer. Por supuesto, la detección temprana juega un papel crucial para llegar a la cronicidad, porque el diagnóstico precoz multiplica exponencialmente el éxito del tratamiento.
Desde el corazón del Lombardi Cancer Institute en Washington, el doctor Liu remarca que “en cuanto a la prevención, existe una etapa primaria, que se basa en la concientización, evitar fumar o dejar de hacerlo, si ya se adquirió la dependencia”.
En esa etapa primaria de prevención disminuir la contaminación del aire y la exposición a microplásticos que dañan el tejido pulmonar es cada vez más relevante. “No exponerse a la combustión de hidrocarburos -particularmente en ambientes cerrados- como acción individual, y revertir la contaminación ambiental, desde el punto de vista social-global, son puntos muy importantes”, apuntó el especialista.
La prevención secundaria que deriva en el screening, es la búsqueda activa de pacientes que puedan tener cáncer de pulmón. El experto de la Universidad de Georgetown señala que el screening es una herramienta útil cuando es dirigida específicamente a las poblaciones de riesgo: personas entre 40 y 50 años con el hábito de fumar o que dejaron de hacerlo hace menos de 15 años.
“En estos casos, se recomienda hacer una detección precoz a través de una tomografía de tórax de baja radiación. El diagnóstico temprano contribuye al éxito del tratamiento. En estadios tempranos, este tipo de cáncer puede ser tratado quirúrgicamente con un éxito de curación en el 20% de los casos, aproximadamente”.
Polución ambiental y microplásticos, nuevos factores de riesgo
Sin dudas, como aclaró el experto de la Universidad de Georgetown, fumar es el factor de riesgo más relevante para estos cuadros. “El 84% de los casos de cáncer de pulmón está asociado al tabaquismo, y en la actualidad sigue siendo el tabaco la causa principal. Pero no solo el fumador activo, sino también el pasivo. Es decir el que está en un ambiente lleno de humo producido por la combustión del cigarrillo y del tabaco”, dijo Liu a Infobae y precisó que “otros riesgos asociados son la exposición al gas radón, la radiación y otras formas de contaminación ambiental”.
Hace más de una década que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) clasificó a la contaminación ambiental exterior como cancerígena. La mayor parte de la evidencia epidemiológica que respalda esta clasificación proviene de estudios que muestran una asociación entre las partículas finas (PM 2,5, <2,5 µm) y el cáncer de pulmón.
En esa línea de investigación, el estudio del Centro de Investigación Biomédica del University College London publicado en la revista Nature, aportó evidencia sobre los peligros de la polución, y mostró que estar expuesto a altos niveles de partículas finas puede incrementar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en un periodo tan corto como tres años.
Los investigadores han estado explorando desde hace tiempo el impacto ambiental de los microplásticos en la salud humana. En octubre de 2023, un estudio divulgado por el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU mostró que cambios en los patrones en la histopatología del cáncer de pulmón a lo largo del tiempo, como el aumento de los adenocarcinomas a pesar del abandono generalizado del hábito de fumar, apuntan a factores ambientales.
Otro estudio de 2022, dirigido por científicos de la Universidad de Hull en el Reino Unido, demostró la presencia de microplásticos en tejidos pulmonares humanos. Publicado en la revista Science of The Total Environment, el análisis reveló un total de 39 partículas finas de microplásticos en 11 de las 13 muestras examinadas. Dichas partículas se identificaron como pertenecientes a 12 tipos diferentes de polímeros, siendo el polipropileno y el tereftalato de polietileno (PET) los más comunes. Este hallazgo subraya la penetración de los microplásticos en ambientes interiores y su potencial para ser inhalados por los seres humanos.
Tratamientos exitosos
Antes de adentrarse en los nuevos tratamientos que apuntan a la cronicidad del cáncer, es necesario recordar que los casos de cáncer de pulmón no son todos iguales. Esta enfermedad se clasifica en dos categorías principales, en función de la apariencia de las células cancerígenas al examinarlas bajo el microscopio: el cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP) y el cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP), este último representa entre el 80% y el 85% de los casos.
Anualmente, alrededor de 2,4 millones de personas son diagnosticadas con esta enfermedad oncológica en el mundo según datos de la OMS, y el CPCNP es el subtipo más frecuente, que, además, suele ser detectado en etapas avanzadas.
El doctor Liu señaló a Infobae que en sus primeros estadios, suele ser asintomático y las manifestaciones clínicas que genera muchas veces son poco específicas, lo que producen que la sintomatología aparezca cuando el cáncer ya está avanzado.
“Algunos síntomas que se recomiendan consultar con un médico son: tos persistente, tos con sangre o flema de color oxidado, dolor de pecho en crecimiento de intensidad, pérdida de peso o de apetito, falta de aire o dificultad para respirar, silbido de pecho o cambios en la voz”, enumeró.
Otros síntomas que requieren consulta médica urgente se relacionan con la enfermedad metastásica, como dolores óseos prolongados y recurrentes que aparecen siempre en los mismos sitios del esqueleto o bien un cansancio permanente y progresivo y pérdida de peso, que son más generales para la mayoría de los tumores.
“El cáncer de pulmón es uno de los más difíciles de detectar tempranamente, pero se pueden realizar diagnósticos con estudios por imágenes, según indicación médica, como una radiografía torácica o tomografía de baja radiación”, dijo el director de Oncología Torácica del Lombardi Cancer Institute.
Las nuevas estrategias para combatir el cáncer de pulmón incluyen, además de la quimioterapia, a la inmunoterapia y la terapia dirigida. Estas dos opciones terapéuticas representan un cambio significativo en la manera de abordar el cáncer de pulmón, lo que redunda en, nada más y nada menos, que nuevas esperanzas para los pacientes.
La inmunoterapia, que potencia el sistema inmunitario del paciente para combatir el cáncer, y la terapia dirigida, que se enfoca en características específicas de las células cancerígenas, están cambiando el panorama de la oncología clínica. Ambas demostraron ser rápidamente eficaces en un gran porcentaje de pacientes, presentando menor toxicidad comparada con las modalidades más tradicionales.
El doctor Liu subrayó que, en cuanto a los avances en el abordaje terapéutico, “además de la cirugía (en caso de primeros estadios), las quimioterapias y radioterapias, en la actualidad se presentan novedosos tratamientos, como los tratamientos dirigidos contra blancos moleculares específicos para tratar este tipo de tumores, ya que al haber podido identificar las mutaciones, se puede medicar con fármacos que ‘trabajen’ de forma localizada en ellas. También la inmunoterapia, que logra que muchos pacientes vivan mucho más tiempo”. Y así alejar al cáncer de la muerte.
El Instituto Nacional del Cáncer de EEUU (NCI, por sus siglas en inglés) describe que la terapia dirigida actúa sobre las proteínas que controlan la forma en que las células cancerosas se multiplican, dividen y diseminan. Es la base de la medicina personalizada de precisión para la que se administran medicamentos micromoleculares o anticuerpos monoclonales.
Los pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) presentan una alta prevalencia de dos mutaciones genéticas vinculadas a este subtipo de cáncer: la mutación en el receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) y en el oncogén viral del sarcoma de rata Kirsten (KRAS).
La investigación muestra que estos pacientes con mutaciones específicas pueden beneficiarse enormemente de estas nuevas opciones terapéuticas. Por ejemplo, las drogas que actúan como inhibidores de EGFR, ha mostrado respuestas rápidas, frecuentes y duraderas en individuos cuyo cáncer presenta mutaciones en este gen, según expuso el director de Oncología Toráxica del Lombardi Cancer Institute.
Según el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, entre las estrategias de inmunoterapia se encuentran los fármacos inhibidores de puntos de control inmunitario, que bloquean mecanismos que limitan la intensidad de la respuesta inmune, y permiten así una reacción más vigorosa contra el cáncer. Otro método es la terapia de transferencia de células T, en la que se seleccionan o modifican células T del propio paciente para mejorar su capacidad de ataque contra las células cancerosas, para luego multiplicarlas y reintroducirlas en el paciente.
Sin embargo, el doctor Liu advirtió que no todos los pacientes -en EEUU y el mundo- reciben las pruebas genómicas necesarias para identificar esas mutaciones. La implementación de pruebas de biomarcadores y la identificación de subconjuntos genómicos específicos es esencial para brindar un abordaje terapéutico personalizado y efectivo.
Terapias celulares nuevas y más precisas, el descubrimiento del milenio
Se cree que el cáncer es una enfermedad moderna, impulsada por el tabaquismo, hábitos poco saludables y el estrés de la vida diaria, pero su historia médica y las primeras pruebas de esta enfermedad tiene tantos años como la época que remonta a las civilizaciones griegas y egipcias.
Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XIX, cuando el descubrimiento de los rayos X y su uso para el tratamiento de tumores, proporcionó el primer enfoque terapéutico moderno en oncología médica. No obstante, el gran avance que dio lugar a los fármacos antitumorales citotóxicos y a la quimioterapia, tuvo lugar post segunda Guerra Mundial. “Desde entonces, hubo un crecimiento exponencial de estudios sobre el uso de nuevos fármacos para el tratamiento de tumores hematológicos y sólidos”, describió el doctor Liu.
Y agregó que, en la década de 1980, gracias al mejor entendimiento de la biología celular, “la terapia dirigida mejoró la calidad de vida de los pacientes y en algunos casos indujo la remisión completa del tumor. En el nuevo milenio, la ingeniería genética generó una mayor comprensión de la biología celular, lo que llevó a la introducción de anticuerpos monoclonales e inhibidores de puntos de control inmunológico para el tratamiento de tumores avanzados o metastásicos, así como al desarrollo de agentes biológicos más eficaces para muchos tipos de cáncer”.
La atención moderna contra el cáncer es relativamente nueva: en las últimas décadas, médicos e investigadores lograron avances en la comprensión y el tratamiento de esta afección, que alguna vez fue casi siempre fatal.
Entre el camino previo para llegar al punto de innovación terapéutica actual, el doctor Liu enumeró que hace 25 años, tuvo lugar la aprobación del fármaco que dio lugar a una de las primeras terapias dirigidas exitosas y que aún se utiliza para tratar varios tipos de cáncer. También se secuenció el ADN humano en forma completa por primera vez, lo que representó un logro científico increíble que al “proporcionar información fundamental para comprender todos los matices funcionales del genoma humano mientras potenció estudios genéticos de las enfermedades humanas”.
Estas estrategias de tratamiento innovadoras están basadas en un conocimiento profundo de la biología de las células tumorales, su microambiente y la respuesta del sistema inmunológico del paciente. Así, las nuevas terapias vinculadas al desarrollo de agentes biológicos mejoraron notablemente la tasa de supervivencia en los pacientes afectados por diversas formas de cáncer.
El desarrollo de estas nuevas terapias se inscribe dentro del marco de la medicina de precisión, un enfoque que se centra en la utilización de biomarcadores para personalizar el tratamiento, optimizando su eficacia y reduciendo los eventos adversos. Este paradigma busca identificar la terapéutica más adecuada para cada paciente, basándose en las características únicas de su enfermedad.
Esto se traduce en una excelente noticia: en los últimos veinte años, la medicina de precisión ha permitido que la mayoría de los casos de cáncer sean tratables y, en muchos casos, incluso curables, cuando se diagnostican tempranamente.
Cáncer en Argentina y en América Latina
A pesar del progreso significativo en diagnóstico y tratamiento, el Observatorio Global del Cáncer reveló que la cantidad de nuevos casos de cáncer ha visto un incremento, atribuido al crecimiento poblacional y al aumento en la esperanza de vida. Sin embargo, existe un dato alentador: las tasas de mortalidad han mostrado una disminución notable en años recientes.
Los esfuerzos en prevención y detección temprana de la enfermedad, junto con el avance en nuevas terapias, se perfilan como los principales factores detrás de la caída de la mortalidad. Técnicas de cribado para tipos específicos de cáncer, incluidos los de mama, cuello uterino, colon, próstata, recto y recientemente pulmón, han demostrado ser cruciales en la lucha contra esta enfermedad. El impacto positivo de tales estrategias se refleja en una mejora en la tasa de supervivencia de los pacientes.
La OPS señala que en la región de las Américas, el cáncer es la segunda causa más frecuente de morbilidad y mortalidad, después de las enfermedades cardiovasculares, y es una base importante de las desigualdades en salud.
Unas 4 millones de personas fueron diagnosticadas en 2020 y 1,4 millones murieron por cáncer. Aproximadamente, el 57% de los nuevos casos de enfermedades oncológicas y el 47% de las muertes ocurren en personas de 69 años o más jóvenes.
En Argentina, el cáncer de pulmón registró una tasa de incidencia de 212,4 casos por cada 100.000 habitantes en el año 2020, lo que ubica al país en una incidencia media-alta a nivel mundial y situándolo en el séptimo puesto en la región de América Latina y el Caribe.
Datos del 2020 indican que, en Argentina, existen más de 355.000 casos prevalentes a cinco años en personas de ambos sexos y de todas las edades. Cáncer de mama, colon, próstata, riñón y pulmón encabezan la lista de los tipos de cáncer más frecuentes en el país. Este panorama subraya la importancia continua de la prevención, detección temprana y tratamiento avanzado en la lucha contra el cáncer.