(HealthDay News) -- La exposición infantil al plomo ha sido durante mucho tiempo un problema de salud pública, y el plomo en el agua y la pintura conduce a daños cerebrales y retrasos en el desarrollo de los niños. Ahora, los investigadores han descubierto una fuente inesperada de exposición al plomo en los hogares: las municiones para armas de fuego.
Hay un aumento de alrededor de un 40 por ciento en los casos de niveles elevados de plomo en la sangre entre los niños por cada aumento de un 14 por ciento en el número de hogares que poseen un arma de fuego, informaron los investigadores en una edición reciente de la revista Journal of Pediatrics.
De hecho, la asociación entre el uso de armas de fuego y los niveles elevados de plomo en los niños es casi tan fuerte como el vínculo entre el plomo en la sangre infantil y la pintura a base de plomo, añadieron. “Esto es muy preocupante porque no tenemos un sistema de monitorización del plomo del uso de armas de fuego, como sí lo tenemos con la pintura residencial, y no existe un sistema para minimizar o prevenir la exposición de los niños al plomo en las armas de fuego”, señaló el investigador principal, Christian Hoover, candidato doctoral en epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Brown.
“El uso de armas de fuego es una fuente relativamente poco controlada de exposición al plomo en la niñez”, añadió Hoover en un comunicado de prensa de la universidad. “Actualmente no hay forma de evitar que ocurra la exposición y no hay intervenciones cuando sucede”.
La munición más común en Estados Unidos contiene plomo tanto en el proyectil como en el cebador, señalaron los investigadores en las notas de respaldo. Cuando alguien dispara un arma, el polvo de plomo se deposita en la ropa y los artículos personales, y también contamina los vehículos y las áreas comunes donde se disparan las armas.
“Por lo general, los lugares donde se acumula el plomo relacionado con las armas de fuego, como en las alfombras, son lugares donde los niños pequeños pasan una cantidad considerable de tiempo”, dijo Hoover. Los niveles de plomo en los niños de EE. UU. se han mantenido persistentemente altos durante décadas, a pesar de las medidas de salud pública para controlar la exposición tóxica al plomo a través de la pintura y el agua potable, señalaron los investigadores.
La exposición al plomo en la niñez aumenta el riesgo de problemas conductuales, una función cerebral reducida y un crecimiento y desarrollo deficientes, señalaron los investigadores. No hay un nivel seguro de exposición al plomo, dijo el investigador Joseph Braun, director del Centro de Salud Ambiental Pediátrica de la Universidad de Brown.
“A pesar de los esfuerzos de salud pública para prevenir o reducir la exposición infantil al plomo, una proporción sustancial de los niños de EE. UU. siguen estando expuestos”, dijo Braun. “Por lo tanto, necesitamos identificar otras fuentes modificables de exposición al plomo en los entornos de los niños para proteger sus cuerpos y cerebros en desarrollo”.
Para investigar si la munición de armas a base de plomo contribuía a la exposición de los niños al plomo, los investigadores compararon los datos sobre la posesión de armas de fuego con los niveles de plomo en la sangre de los niños reportados en 44 estados. Los investigadores estimaron la posesión de armas entre 2012 y 2018 utilizando una medida indirecta que combinaba datos sobre suicidios con armas de fuego, licencias de caza, suscripciones a la revista Guns and Ammo y verificaciones de antecedentes para la compra de armas de fuego.
Más información: Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre la exposición al plomo en los niños.
FUENTE: Universidad de Brown, comunicado de prensa, 22 de febrero de 2024
*Dennis Thompson HealthDay Reporter - ©The New York Times