La soledad ya no es una preocupación solo de los adultos. Los jóvenes también son víctimas de este sentimiento, que recrudeció luego de la pandemia y se afianzó con el auge de las redes sociales.
La psicología toma a la soledad como un punto negativo ligado al desequilibrio entre la cantidad de afecto que la persona requiere y la que cree recibir. Bajo esta línea, “sentirse solo” provoca mayor aislamiento y refuerza pensamientos y facetas negativas que, sobre todo, llevan a consecuencias que repercuten en la vida desde lo social hasta lo académico y laboral. La soledad, además de afectar la salud física impacta en la salud mental, y contribuye al estrés, la ansiedad y la depresión, influyendo directamente en el bienestar emocional.
¿Por qué afecta a los jóvenes? Distintos estudios internacionales, constatan que la soledad no deseada afecta especialmente a la adolescencia porque esta es una etapa de transición de la infancia a la edad adulta que implica cambios biológicos, psicológicos, sociales, crisis, conflictos y contradicciones.
Florencia Alfie (MN 47873), licenciada en Psicología egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), señaló a Infobae: “La soledad es un sentimiento que también atraviesa a la juventud - con crudeza-, y no solo afecta a las personas mayores. Los indicadores más graves de soledad se dan entre los jóvenes: 1 de cada 4, entre 16 a 29 años, se siente solo y mantiene este sentimiento desde hace más de un año”.
“‘No encajo’, ‘Me cuesta relacionarme con otros’, ‘No tengo pareja, ‘Vivo corriendo y no tengo tiempo para llevar una vida social activa’, ‘Mi familia vive lejos’, ‘Nadie se preocupa por mí', ‘Todos buscan relaciones superficiales’; son algunos de los motivos que los jóvenes mencionan como causantes de sus sentimientos de soledad”, agregó Alfie.
La experta añadió que la soledad es un factor de riesgo para la salud física y psicológica: “Cuando se agudiza y perdura en el tiempo puede llegar a tener un gran impacto, repercutiendo de forma negativa en el estado de ánimo, en la relación con el entorno y en la calidad de vida en general. La soledad no deseada puede contribuir al desarrollo de problemas de salud mental como la ansiedad, depresión, baja autoestima, disminución del rendimiento académico, y dificultad para relacionarse con otros. Aquellos adolescentes que experimentan soledad no deseada pueden tener dificultades para concentrarse en sus estudios y sentirse menos motivados para participar en actividades sociales”.
Para dar un panorama de esta problemática, un informe de Juventud y soledad en España, publicado en febrero de 2024, elaborado por SoledadES (Observatorio Estatal de Soledad No deseada), en colaboración con Ayuda en Acción, Fundación ONCE y grupo social ONCE, reveló que el 25,5% de jóvenes españoles entre 16 y 29 años declara sentirse en una situación de soledad en el momento presente.
De acuerdo con María Montero y López Lena, investigadora y docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comentó en una nota reciente en Infobae que “la falta de conexión social conlleva un riesgo equivalente, o incluso mayor, de muerte prematura asociada con otros factores de peligros más conocidos, como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la inactividad física, la obesidad o la contaminación del aire”.
Factores de riesgo
La Licenciada Alfie mencionó que, si bien no se ha podido identificar ningún factor que cause soledad con certeza, sí se puede afirmar que existen situaciones que pueden empujarla: “Por ejemplo, las dificultades económicas, el desempleo, el acoso escolar, y la ausencia de lugares para interactuar: ¡los jóvenes utilizan más internet y les faltan escenarios reales donde construir relaciones!”. “Las redes sociales dejan menos espacio para el cara a cara, y probablemente esto influye en la aparición de la soledad no deseada. Hoy en día todo es virtual: muchos tienen amigos virtuales a los que nunca llegan a conocer”, destacó la psicóloga.
Además, la soledad escolar puede afectar negativamente la concentración y la motivación para el aprendizaje. Los estudiantes solitarios pueden experimentar dificultades para participar en clases, colaborar en proyectos y buscar ayuda cuando la necesitan. Entre los factores que contribuyen a la soledad escolar, según la experta de UNAM son:
- Exclusión social: los grupos cerrados y las dinámicas excluyentes pueden dejar a algunos estudiantes sintiéndose marginados, contribuyendo a la soledad.
- Dificultades de comunicación: la falta de habilidades sociales o la timidez pueden hacer que algunos estudiantes se retiren y se aíslen.
- Falta de apoyo: la ausencia de un sistema de apoyo adecuado en el entorno escolar puede dejar a los estudiantes sin recursos para afrontar los desafíos sociales.
Los factores de riesgo de soledad en jóvenes que se destacan en el estudio español elaborado por SoledadES son:
- Las relaciones de amistad: juegan un papel fundamental en la soledad no deseada, según el informe. Esta importancia se da en la cantidad de relaciones, su calidad y su presencialidad. En cambio, las relaciones en el ámbito familiar, y especialmente en el entorno de trabajo o estudio, son menos relevantes para explicar la soledad. La cantidad de relaciones con la familia no es un factor significativo de soledad, pero sí su calidad.
- El acoso. Las personas que han sufrido acoso escolar o laboral tienen un 37,2% más de riesgo de sufrir soledad. Según Unicef, cuando se habla de bullying o acoso escolar se hace referencia a una persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro de forma negativa, continua e intencionada. Esta misma acción también puede tener lugar en Internet, por lo cual es denominado como ciberacoso o ciberbullying.
- La salud mental. “Las personas con problemas de salud mental percibida o diagnosticada tienen una probabilidad 2,5 veces mayor de sufrir soledad no deseada; las personas que perciben que sufren ansiedad o depresión un 89,2% más; las personas que reconocen tener una baja autoestima un 83,2% más y las que han tenido pensamientos suicidas un 81,1% más”, afirma el informe.
- La pobreza: incrementa el riesgo de soledad. Sufrir pobreza moderada o tener dificultades para llegar a fin de mes elevan la probabilidad de sentir soledad en un 38,5%. La prevalencia de la soledad en jóvenes que residen en piso compartido o en su propia vivienda es mayor que entre jóvenes que viven con sus padres.
- Las redes sociales digitales. El informe explica que no son importantes para la soledad: “La intensidad y frecuencia de uso no tienen un efecto en la soledad no deseada, en cambio, la presencialidad de las relaciones con amistades sí la tiene”.
La doctora Silvia Ongini, médica psiquiatra infantojuvenil del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas José de San Martín y presidenta de Centro de Prevención y Atención del Abuso Sexual en la Infancia y Adolescencia (CePasi), explicó a Infobae en una nota reciente: “Los vínculos sociales de pares tienden a ser muchas veces lábiles, porque no es lo mismo la presencialidad que la virtualidad; todo lo que se puede transmitir y contener en el uno a uno o en una grupalidad presencial, no es igual a una virtual, porque hay un montón de matices emocionales y afectivos que los emoticones no los van a reemplazar. Muchas veces esto genera un vacío y una necesidad insatisfecha de compañía y, además, existe la contracara devastadora de estas cuestiones de cancelación o de escraches donde se terminan excluyendo y arrinconando a jóvenes, haciéndolos sentir realmente arrojados al vacío”.
Recientemente Nueva York demandó a cinco redes sociales (TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat y YouTube) porque las vinculó a la crisis de salud mental en niños y jóvenes al manipular y hacerlos adictos a ciertas aplicaciones y producir depresión, ansiedad, sentimientos de aislamiento e incluso suicidio. Cabe destacar que el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, según la Organización Mundial de la Salud.
¿Qué hacer para reducir la soledad juvenil?
De acuerdo a la Licenciada Alfie, algunas estrategias para evitar la soledad no deseada son:
- Fomentar e incentivar a los adolescentes para que construyan y mantengan relaciones positivas con sus pares y familia.
- Animar a los adolescentes para que participen en actividades extracurriculares: deportes, iglesia, centros juveniles y grupos de interés que les permitan conocer gente nueva y desarrollar otros vínculos.
- Promover un ambiente en el que los adolescentes se sientan cómodos y escuchados compartiendo sus preocupaciones y sentimientos, sin sentirse juzgados, tanto en casa como en la escuela.
A partir de los resultados del informe del Observatorio español se proponen un conjunto de actuaciones diversas que persiguen tres tipos de objetivos:
- Prevenir: actuaciones orientadas a la reducción de nuevos casos de soledad juvenil, a tratar de evitar su aparición.
- Detectar: actuaciones orientadas a identificar los casos existentes de soledad juvenil, a nivel general y particular.
- Intervenir: actuaciones orientadas a reducir la soledad juvenil existente.
Y brinda ocho recomendaciones para proteger la salud mental de los jóvenes, desde las escuelas y la familia:
- Escuelas inclusivas que contemplen la educación emocional. Por ejemplo, favorecer las relaciones sociales entre el alumnado, prestando especial atención a las personas que sufren soledad no deseada, creando actividades para tal fin.
- Fomentar la participación juvenil
- Proteger la salud mental en la adolescencia y la juventud
- Integrar y reforzar el ecosistema institucional
- Fomentar las relaciones sociales mediante el ocio saludable, realizando campañas para reducir la presión emocional, estableciendo protocolos, o formando a profesores y otros profesionales de las universidades.
- Reforzar las políticas educativas, de empleo y de inclusión social
- Desarrollar servicios de atención juvenil orientados a reducir la soledad
- Impulso de las actuaciones para reducir la soledad no deseada a través de las universidades