Síndrome urémico hemolítico en Argentina: dónde se registra el mayor número de casos y cómo cuidar a los niños

El síndrome urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad grave, que afecta más a las niñas y los niños. Lo causa la infección por las cepas de bacteria Escherichia coli, que son productoras de la toxina Shiga, y genera un daño agudo de los riñones y otras alteraciones.

En la Argentina, desde el inicio de este año hasta la primera quincena de febrero, se han reportado 49 casos. Una cifra que representa 37 casos menos en comparación con el promedio de casos que se registraron en el mismo período durante los últimos diez años.

Sin embargo, la situación es diferente con respecto al número de fallecidos por el SUH. Este año ya se notificaron 5 muertes, un registro que superó al promedio para el período que va entre 2019 y 2023, según informó el Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación. Entre los fallecidos, 3 eran menores de 5 años y los otros 2 eran mayores de 5 años.

Algunas cepas de la bacteria Escherichia coli son las que se encuentran principalmente asociadas al síndrome urémico hemolítico. Son las productoras de la toxina Shiga, que puede hacer que la persona afectada desarrolle una diarrea sanguinolenta. Usualmente, el trastorno se resuelve solo.

En algunos casos, el cuadro puede complicarse y se desarrolla una insuficiencia renal aguda, que da lugar al Síndrome Urémico Hemolítico. La complicación afecta particularmente a niños, personas mayores y otros individuos que pueden tener su sistema inmunológico deprimido.

En cuanto al análisis por regiones, la cartera de Salud informó que se observó que el 59% de los casos se presentan en la región Centro (que incluye la Ciudad y la provincia de Buenos Aires). Allí se registró una incidencia acumulada 0,10 casos cada 100.000 habitantes. Se reportaron 15 casos en provincia de Buenos Aires, 7 en Córdoba y 6 en CABA.

Mientras que la región Sur notificó el 20% de los casos, con una incidencia acumulada de 0,32; y en las regiones del Noroeste y Noreste sumadas aportaron solo el 8% de los casos, aproximadamente.

Con respecto a la distribución según edad, desde enero los casos estuvieron distribuidos entre los grupos de edad de 1 año, 2 a 4 años y 5 a 9 años, con el 33% de los casos en el grupo de 2 a 4 años, 29% en el grupo de 1 año y 27% en el grupo de 5 a 9 años.

La incidencia acumulada más elevada se observó en el grupo de 1 año, con 1,9 casos por cada 100.000 niños de este grupo etario.

La bacteria productora de la toxina Shiga se transmite a través de los alimentos, el agua y de persona a persona por el contacto con las manos. También puede transmitirse por el contacto directo con animales y su materia fecal, y a través de aguas recreacionales. El tiempo transcurrido desde que la bacteria ingresa al organismo hasta que se producen los primeros síntomas puede variar entre 2 y 10 días, pero en general es de tres o cuatro días.

Si un niño o niña contrae la enfermedad, los profesionales de la salud formularán preguntas a sus padres o cuidadores sobre los alimentos que comieron y sobre las actividades que realizaron durante esos días. Eso se hace para conocer cuál fue la causa y prevenir nuevos casos.

Según el Hospital de Pediatría Juan Garrahan, los síntomas más frecuentes del síndrome son diarrea (con o sin sangre), palidez, disminución de la cantidad de orina, irritabilidad o aumento del sueño, fiebre, vómitos, convulsiones, y manchas rojas en la piel.

Para prevenir la infección por la bacteria, se debe cocinar completamente las carnes, especialmente las preparaciones con carne picada (hamburguesas, albóndigas, pastel de carne).

La carne picada es un alimento que presenta más riesgo. Pero si se la cocina completamente es un producto seguro para consumir. La cocción es la única medida que elimina a la bacteria en el caso de estar presente en un alimento.

Las carnes congeladas pueden cocinarse directamente cuando son piezas chicas, pero debe asegurarse su cocción completa

También hay que lavarse bien las manos antes, durante y después de preparar alimentos (en especial después de tocar carne cruda), antes de preparar mamaderas y al alimentar al bebé, y luego de ir al baño, acompañar al niño al baño y después de cambiar pañales.

El lavado debe hacerse también después de jugar o trabajar con animales. Se deben mantener limpias esponjas y trapos, y las superficie. Se debe usar agua segura para beber y cocinar, lavar utensilios y recipientes utilizados en la preparación de alimentos.

Si hay dudas sobre la inocuidad del agua para beber, se debe hervir durante 5 minutos o agregarle dos gotas de lavandina por cada litro de agua. Conservar en recipiente estéril, con tapa.

Además, hay que mantener las carnes crudas separadas de los alimentos cocidos y los listos para consumir.

Sí. El SUH se transmite entre personas por el contacto con las manos, con otra persona enferma o con un portador de la bacteria que no lo está.

Una persona con diarrea o con SUH puede continuar eliminando la bacteria a través de su materia fecal (transmisibilidad) hasta tres semanas o más en los niños y una semana en los adultos, luego del inicio de los síntomas.

Esta eliminación en la materia fecal puede suceder en personas que tengan la infección por la bacteria productora de la toxina, pero no hayan sufrido diarrea ni otros síntomas.