Empezar un nuevo trabajo, carrera, un proyecto personal, el ciclo lectivo son desafíos habituales que pueden surgir ante el comienzo de un nuevo año. Dar inicio a una nueva etapa implica que aparezcan expectativas, que se modifiquen actividades o hábitos y que sea necesario poner mucha energía ante los nuevos desafíos que se presentan.
“Ser estudiante, trabajador y/o emprendedor son algunos de los roles que ocupamos gran parte de las personas. Desde el área de Terapia Ocupacional nos centramos en las ocupaciones que conforman dichos roles para poder realizarlos de la manera más satisfactoria posible”, explicó Carolina Oyola, licenciada en Terapia Ocupacional y Jefa del departamento de Terapia Ocupacional de INECO.
En línea con ello, la licenciada Belén De la Madrid, miembro del departamento de Terapia Ocupacional de INECO, afirmó: “Para lograr llevar adelante nuevos proyectos no solo debemos tener en cuenta nuestra motivación y deseos sino también la planificación, las herramientas propias con las que contamos, las facilidades que nos brinda nuestro contexto y la conformación de una rutina equilibrada”.
A su vez, la licenciada Guadalupe Chacon Lechmann, miembro también del departamento de Terapia Ocupacional de INECO, mencionó: “Incorporar nuevas actividades en nuestra rutina sin una planificación adecuada puede llevarnos a la desorganización. Eso podría, eventualmente, generar alteraciones en nuestros periodos de sueño, frustración, desórdenes alimenticios, falta de tiempo libre y participación social, entre otras consecuencias evitables”.
A continuación, las licenciadas Oyola, De la Madrid, y Chacon Lechmann, brindarán diferentes recomendaciones para comenzar una nueva etapa de manera exitosa en 2024:
Tal como se ha mencionado, la planificación es un punto clave al momento de comenzar una nueva etapa. En ese sentido, se debe tener en cuenta determinados factores antes de dar inicio a la misma. En primer lugar, es importante cuestionarse acerca de los factores temporales y espaciales del proyecto en cuestión, realizándose preguntas tales como:
- ¿Cuánto tiempo me gustaría que dure el proyecto? (Un cuatrimestre, seis meses, un año, etcétera).
- ¿Cuántas horas podría dedicarle por semana? ¿Se está contemplando el tiempo extra necesario para las demandas de dicha actividad?
- ¿Cuánto tiempo me demanda el traslado hacia el lugar del proyecto?
- ¿Compite con otras actividades que ya forman parte de mi rutina? ¿Me implica realizar alguna modificación en el cronograma actual?
- ¿Cuál es el mejor momento del día para poder realizar esa actividad?
- ¿Cuento con un espacio para realizarla?
Para poder entender cuáles son aquellas motivaciones que impulsaron el comienzo de una nueva actividad, puede ser de utilidad realizarse las siguientes preguntas:
- ¿Realmente es un interés propio o se tuvo alguna influencia del entorno?
- ¿Te interiorizaste en la temática?
- ¿Existe alguna limitación personal para que realices esa actividad?
- ¿Necesitas de la compañía de otra persona para hacer la actividad con motivación?
- ¿Tenés en cuenta tus expectativas y objetivos por los cuales te involucraste en esa nueva actividad?
Es necesario realizar un análisis sobre qué recursos demanda el nuevo proyecto y con cuáles se cuenta actualmente, para poder evaluar diferentes alternativas y tener en cuenta qué implica esta nueva etapa:
- ¿Estimaste el gasto total que implica cumplir con esta actividad? ¿Es posible afrontarlo a largo plazo?
- ¿Necesitas invertir en materiales?
- ¿Tus habilidades y competencias son compatibles con la actividad que vas a realizar?
- ¿Se requiere de una red de apoyo para llevar a cabo la actividad? ¿Se cuenta con ella?
Tras haberse realizado todas las preguntas mencionadas anteriormente, se puede emprender el nuevo proyecto de forma consciente, ordenada y a gusto con los deseos propios. De ese modo, se puede evaluar diferentes alternativas, elegir aquella que más se adapte a cada persona y establecer objetivos alcanzables a corto, mediano y largo plazo.
No obstante, es necesario ir haciendo pequeñas revisiones a lo largo del proceso para verificar si se está en el camino correcto, y si se detectan fallas. En ese caso, es importante no preocuparse sino entender que hay tiempo para volver a planificar y, eventualmente, buscar nuevos apoyos para lograr los objetivos que se han propuesto.
Comenzar un nuevo proyecto impacta en diferentes aspectos de la vida cotidiana. Por lo cual, el mayor desafío una vez que se empiece a trabajar en él, es mantener el equilibrio ocupacional, entendiendo al mismo como el equilibrio que es necesario alcanzar entre las distintas ocupaciones, en pos de lograr tener el mejor desempeño posible, sin descuidar ninguna de las ocupaciones que se tienen.
Además, es importante que continuamente se vayan realizando diferentes ajustes en la vida diaria para que la rutina sea más exitosa y satisfactoria. Esa flexibilidad y adaptación posibilita alcanzar el equilibrio entre las actividades que se desarrollan día a día.
Poner en práctica la planificación y tener en cuenta los factores que pueden estar implicados, tendrá un impacto positivo en nuestra calidad de vida y, de ese modo, se podrá evitar la posible frustración, la desmotivación y la procrastinación por no lograr los objetivos.