Uno de los temas más recurrentes en la actualidad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en la zona central de Argentina, es la invasión de mosquitos que acosa a la población.
Es que desde hace casi una semana (y por 10 días más), la presencia de mosquitos es una realidad muy molesta, que hasta los mejores repelentes muchas veces no pueden contener.
El protagonista de esta pesadilla es la especie de mosquitos Aedes albifasciatus, conocidos como “mosquitos de inundación” por la costumbre que tienen de reproducirse luego de una inundación, ya que desarrollan sus larvas en charcos o cuerpos de agua temporarios que se inundan a partir de las lluvias.
Y eso, por ejemplo, fue una realidad de los porteños el 8 de febrero último, cuando varios barrios de CABA terminaron inundados, con 60 milímetros caídos en una hora, en medio de una ola de calor.
La estrategia de reproducción del Aedes albifasciatus explica por qué se repite la intensa invasión de mosquitos en el AMBA: “Los huevos que las hembras del mosquito hayan puesto posiblemente en enero, o incluso antes, eclosionaron ahora. A veces, los huevos dejados por los mosquitos pueden no eclosionar la primera vez al no haberse mojado y eso mejora la performance de eclosión para la segunda inundación”, afirmó a Infobae la doctora en Ciencias Naturales, María Victoria Micieli, y directora del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE) del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata.
Y agregó: “Esto significa que posiblemente algunos de los huevos que no eclosionaron a principios de enero, lo hicieron ahora, con las lluvias de la última semana”. La mayor presencia de estos insectos no pasa desapercibida tras un año en que se registró un récord histórico de casos de dengue, la infección que es transmitida por la especie de mosquitos Aedes Aegypti.
Es importante destacar que los insectos que protagonizan esta invasión son distintos a los que transmiten el dengue, una enfermedad viral cuyo vector es el mosquito Aedes aegypti.
Mosquitos más poderosos
Pero una de las características de estos mosquitos es que pican más fuerte y son más resistentes a distintos repelentes.
Cuando ocurrió la invasión de mosquitos en enero, Sylvia Fischer, investigadora del Conicet en el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA) y coordinadora del Grupo de Estudio de Mosquitos de la UBA explicó a Infobae por qué los mosquitos parecen más resistentes.
“Los percibimos como que pican más fuerte y esto está relacionado con que se trata de mosquitos más silvestres, oriundos del campo, que están bien adaptados para alimentarse de sangre de otros mamíferos no humanos que en general tienden a tener la piel más gruesa que nosotros. Entonces, a nosotros nos atraviesan mucho más fácilmente la piel a diferencia de otros mosquitos que están más adaptados a las personas, que incluso son mucho más sutiles en su acercamiento”, definió Fischer.
El médico infectólogo colombiano Iván Darío Vélez, especialista en mosquitos, indicó en un seminario de Mundo Sano que tuvo lugar noviembre último, en Buenos Aires, que estos insectos se han vuelto más “voraces” y resistentes.
“Los mosquitos también han evolucionado y ahora adoptan varias estrategias a la hora de picar para alimentarse de sangre, que luego van a utilizar para reproducirse. Ahora, estos insectos pican por detrás de las personas, por ejemplo en los antebrazos o en las pantorrillas, y lo hacen varias veces rápidamente, en lugar de una toma más prolongada”, sostuvo Vélez, que es graduado de la Universidad de Antioquia en Medellín, Colombia y doctorado en Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Granada, España.
El experto, lidera la implementación del World Mosquito Program que utiliza la estrategia de liberación de mosquitos infectados con la bacteria llamada wolbachia que impide la replicación de distintos virus en mosquitos, que afectan a los humanos, como dengue, zika o chikungunya.
¿Cuáles son los repelentes más eficaces?
Los repelentes autorizados por la ANMAT contienen distintas sustancias activas como DEET, Citronella, IR-3535 e icaridina.
Estos componentes están disponibles en distintas presentaciones como lociones, geles, cremas, aerosoles. Se debe renovar la aplicación según las indicaciones del envase de cada producto. En el caso de niños mayores de dos años, para algunas sustancias es recomendable hacerlo cada 45 minutos, si están al aire libre.
¿Los mosquitos son más resistentes al repelente? Según la bióloga Laura Harburguer investigadora del Conicet en la Unidad de Investigación y Desarrollo Estratégico para la Defensa (UNIDEF), “el uso de repelentes es necesario a pesar de que los mosquitos de inundación, de la especie Aedes albifaciatus, no respondan de manera demasiado eficiente a ellos”.
La especialista advirtió que “según nuestros estudios, el componente más efectivo de los tres disponibles en el mercado es el DEET. Las diferentes formulaciones que uno puede encontrar en el mercado van del 7% hasta casi el 30%. Ese porcentaje es lo que va a determinar la duración del efecto repelente sobre la piel”.
Harburguer subrayó que es importante tener en cuenta si uno va a exponerse al aire libre mucho tiempo: “En ese caso, conviene utilizar productos que tengan mayor porcentaje del ingrediente activo, leer los rótulos de los envases, que indican cuánto dura y cómo utilizarlo, y también tener en cuenta sobre quién se va a aplicar. Hay personas que transpiran más, personas que transpiran menos, algunas emiten más olor que otros que son más o menos atractivos para los mosquitos”.
Medidas de prevención más allá del repelente
- Evitar áreas en donde haya mosquitos.
- Colocar mosquiteros rígidos, ya sea de metal o plástico, en puertas y ventanas, asegurándose de que se encuentran intactos.
- Proteger la cuna o cochecito del bebé con redecillas protectoras para mosquitos cuando permanezca en exteriores.
- Vestirse con zapatos cerrados, sombreros y ropa clara, cubriendo tanto los brazos como las piernas.
- Eliminar fuentes de agua estancada vaciando, cubriendo o volteando recipientes que pudieran contenerla.