Durante las vacaciones se disfruta de un tiempo de descanso, desconexión, dispersión y juego, entre otras cuestiones. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, también se suele flexibilizar o perder la rutina, y tener cambio de horarios.
“Cuando las vacaciones están por finalizar, porque comienza el ciclo escolar nuevamente, es tiempo de que grandes y niños regresemos poco a poco a la rutina y las obligaciones propias del resto del año. En ese momento es cuando surge la inquietud de cómo se hará para poder afrontar la vuelta al colegio de nuestros hijos y cómo podemos ayudarlos a retomar la rutina”, explicó Verónica Girard, licenciada en Psicopedagogía e integrante del Departamento Infantojuvenil de INECO.
En ese sentido, la licenciada Girard compartió algunas sugerencias que pueden ser de ayuda en dicha transición:
Durante el verano no se suele tener tantos horarios que cumplir ni rutinas que seguir. Por este motivo, será importante que una o dos semanas antes de regresar a clases, se vaya ajustando el horario tanto para irse a dormir como también el de despertarse, procurando un correcto descanso. También será de ayuda ajustar los horarios de almuerzo y cena, para que sean lo más similares posibles a los que tendrán al volver al colegio.
Suele suceder que durante el verano los chicos tengan más tiempo para usar las pantallas y que los padres bajen la guardia al respecto dado que entienden que es el momento en el cual pueden disfrutar de ello. Sobre ese punto, será importante retomar, al encontrarse próximos a la vuelta a clases, las restricciones para asegurarse de que los niños tengan un descanso adecuado y disminuir, además, la excitación que provocan las pantallas y sus consecuencias.
Una alimentación saludable todo el año hace que el organismo se sienta mucho mejor. Sin embargo, en verano se tiende a comer de manera diferente, por ejemplo se consumen más helados. Estos hábitos conviene cambiarlos al retomar la rutina y no abusar demasiado de ellos. Recordar que una dieta equilibrada, rica en nutrientes y que incluya alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales, es crucial para el desarrollo del cerebro.
La vuelta al cole es sinónimo de compras de materiales, libros, uniformes, etcétera. En ese sentido, una buena estrategia es hacer partícipe a los chicos en estas compras, o al menos en una de ellas, de ser posible. Los estrenos siempre generan ilusión y motivación, por lo cual el hecho de usar por primera vez algún útil escolar, por ejemplo un nuevo lápiz, será positivo para el comienzo de clases.
Es importante anticiparles cuándo volverán a clases y hablar con ellos acerca de ello para ir, de a poco, retomando la rutina del ciclo escolar. Conversar sobre todo lo bueno que tiene regresar al colegio, como reencontrarse con amigos, aprender cosas nuevas, entre otras cuestiones. Por ejemplo, una semana antes pueden armar un calendario en donde van tachando los días.
Si bien la lectura y los juegos de mesa suelen ser actividades de verano, en muchos casos no lo son. No obstante, en los días previos al comienzo de clases, es recomendable acercarle a los niños y adolescentes actividades en las cuales pongan en juego su atención, concentración, memoria y razonamiento, para que puedan estimular su mente.
Es recomendable que la noche anterior al comienzo de clases se prepare la mochila y la ropa junto con los niños, no sólo para hacerlos partícipes de los preparativos, sino también para que no haya corridas esa misma mañana.