HealthDay News - Dicen que el dinero no puede comprar la felicidad, y ahora un nuevo estudio de los pueblos indígenas de todo el mundo respalda esa afirmación.
Las personas que viven en sociedades a pequeña escala en los márgenes del mundo moderno llevan vidas tan felices y satisfactorias como las personas de naciones ricas y tecnológicamente avanzadas, informan investigadores en la edición del 5 de febrero de Proceedings of the National Academy of Sciences.
“Sorprendentemente, muchas poblaciones con unos ingresos monetarios muy bajos reportan unos niveles promedio muy altos de satisfacción con la vida, con puntuaciones similares a las de los países ricos”, señaló el investigador principal, Eric Galbraith, profesor de la Universidad McGill, en Montreal.
Esto va en contra de la noción de que el crecimiento económico es una forma segura de aumentar el bienestar de las personas en los países de bajos ingresos, anotaron los investigadores.
Las encuestas globales han encontrado que las personas en los países más ricos tienden a reportar niveles más altos de satisfacción con la vida que las de los países más pobres, dijeron los investigadores en las notas de respaldo.
Sin embargo, estas encuestas globales tienden a pasar por alto a las personas en sociedades donde el intercambio de dinero juega un papel mínimo en la vida cotidiana, y donde los medios de vida dependen directamente de la naturaleza, dijeron los investigadores.
Para este estudio, los investigadores encuestaron a casi 3.000 personas de comunidades indígenas o primitivas en 19 sitios de todo el mundo.
Solo un 64 por ciento de los hogares encuestados tenían dinero en efectivo, dijeron los investigadores.
Y, sin embargo, sus puntuaciones promedio de satisfacción con la vida fueron de 6.8 en una escala de 10 puntos en todas las comunidades, y cuatro tenían una puntuación promedio superior a 8, a la par con la felicidad que se encuentra en los países escandinavos ricos, anotaron los investigadores.
“Esto es así, a pesar de que muchas de estas sociedades han sufrido historias de marginación y opresión”, escribieron los investigadores.
Sobre la base de estos resultados, el equipo de investigación llegó a la conclusión de que las sociedades humanas pueden mantener vidas muy satisfactorias sin requerir necesariamente mucha riqueza material.
“La fuerte correlación que se observa con frecuencia entre los ingresos y la satisfacción con la vida no es universal, y prueba que la riqueza, tal como la generan las economías industrializadas, no es fundamentalmente necesaria para que los humanos lleven vidas felices”, señaló la investigadora principal, Victoria Reyes-García, antropóloga del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona, en España.
Los investigadores dijeron que no pueden decir por qué estas comunidades reportan altos niveles de satisfacción con la vida.
Investigaciones anteriores sugerirían que la familia, la comunidad, las relaciones, la espiritualidad y las conexiones con la naturaleza contribuyen a esta felicidad, "pero es posible que los factores importantes difieran significativamente entre las sociedades o, por el contrario, que un pequeño subconjunto de factores domine en todas partes", dijo Galbraith.
“Espero que, al aprender más sobre lo que hace que la vida sea satisfactoria en estas comunidades diversas, pueda ayudar a muchos otros a llevar vidas más satisfactorias mientras abordan la crisis de la sostenibilidad”, añadió Galbraith en un comunicado de prensa de la universidad.
Más información: las Naciones Unidas tienen más que ver con la felicidad mundial.
FUENTE: Universitat Autònoma de Barcelona, nota de prensa, 5 de febrero de 2024
*Dennis Thompson- HealthDay Reporters © The New York Times 2024