El informe más reciente sobre expendio de medicamentos, elaborado por la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), determinó a diciembre de 2023 una baja interanual del 4,6%. Este retroceso, según los profesionales del área de salud consultados por Infobae, puede tener más de un factor responsable. Desde la fuerte suba de precios en los fármacos, que obliga a muchas personas a resignar la compra de medicamentos, hasta la aplicación de normas, como la Ley Prevención y Control de la Resistencia Antimicrobiana.
Sin embargo, esta caída abre una serie de interrogantes sobre las consecuencias que puede tener en la salud un posible cambio en la adhesión a tratamientos médicos. Cuál es la situación, según los expertos consultados por Infobae.
El informe elaborado por COFA sobre datos de IQVIA —compañía de información sanitaria e investigación clínica— indicó el descenso del 4,60% del total de unidades expedidas entre 2022 y 2023. En tanto, según las cifras recabadas por el Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires en ese distrito “la caída está en alrededor del 16% entre diciembre y enero” de 2023, dijo a Infobae, Alejandra Gómez, presidenta de la entidad.
“En el mes de diciembre de 2023, el mercado farmacéutico decrece en sus dispensas en unidades en un porcentaje del -7,79%, comparado con el mes próximo anterior. Si la comparación la realizamos con igual período del año pasado, mantiene la tendencia decreciente de un -6,62%”, expresó el informe de COFA.
Y agrega otra precisión: En 2023, “comparando con el año anterior el crecimiento del MAT en valores es del 145,79% y en unidades evidencia una caída del -4,60 %”. El MAT (Total Año Móvil, por sus siglas en inglés) es un término utilizado en estadística que se refiere a la comparación del último año móvil versus el penúltimo año móvil, lo que proporciona un dato más estable y fácil de analizar respecto a la evolución de ventas, absorbiendo las variaciones estacionales.
Una de las razones de la caída en la venta de fármacos parece estar contenida en el mismo informe de la entidad farmacéutica, al referirse a los aumento de precios de los medicamentos y a la inflación. “Durante el mes de diciembre de 2023, el precio promedio ponderado de los medicamentos ha aumentado 46,63% en el mercado total” en tanto que discriminado por “mercado ético”, es decir de fármacos con recetas, el incremento fue del 46,89%, mientras que en el llamado “mercado popular”, de los productos de venta libre los valores subieron un 37,27%. En contraste “La inflación mensual, según INDEC alcanzó al 25,5%”, recordó el propio informe.
En consonancia con esa suba de los precios se enmarca el incremento cuando se miden los precios: “En valores, se observa un crecimiento mensual del 35,21% con respecto al mes anterior y si comparamos con diciembre del 2022 el alza llega al 304,86%”, puntualizó.
“Más allá de una caída estacional, hay una caída real de unidades. Los medicamentos, con la desregulación han aumentado mucho”, consideró Gómez. Respecto de su experiencia en el vínculo con los consumidores señaló que, “en líneas generales, las personas empiezan a prescindir de los que no son tratamientos crónicos, algunos medicamentos de venta libre. En algunos casos el aumento de los laboratorios han sido muy altos y aun con cobertura social, a la hora de tener que comprarlos no pueden acceder”, destacó.
En relación a lo ocurrido en los últimos tres meses del año anterior, el documento de COFA destacó que “las dispensas en unidades de los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2023, como así también sus tasas de crecimiento, en este último mes son negativas, tanto para el mercado total como para el ético y el popular en los siguientes porcentajes: -7,79%, -6,72% y -11,07%, respectivamente”.
En cuanto a las especialidades medicinales que más caída tuvieron se ubicaron al tope los fármacos del sistema respiratorio, con una baja interanual del -14,9%; seguido por los antiinfecciosos con un -12,84%, los hormonales con un -8,13% y los medicamentos para el sistema nerviosos con un -7,21% menos de demanda.
Cuál es la situación, según los expertos
En diálogo con Infobae, Miguel Galmés, presidente de la Asociación Médica Argentina (AMA), tras conocer estos datos, señaló que “es claro que en situaciones como las que vive el país en este momento, desde el punto de vista económico con porcentajes de inflación muy altos, la gente deba priorizar gastos lamentablemente. A pasado siempre en las crisis”.
Al tiempo que el doctor Pablo Corral (MP 93.559), presidente de la Sociedad Argentina de Lípidos, destacó a Infobae que “hay un descenso interanual hasta el 2023, eso es claro. Pero, además de los precios, una de las variables más importantes fueron los antibióticos. En Argentina hay una sobre prescripción de antibióticos y hay una autoindicación de antibióticos por parte de los pacientes. Entonces, esta caída, quizá y probablemente, no sea algo malo. Hay que mirar los datos con lupa”.
Vale recordar que la denominada Ley de Prevención y Control de la Resistencia a los Antimicrobianos fue aprobada en agosto de 2022. Sin embargo, tardó casi un año en entrar en vigencia, tras su reglamentación, la cual se oficializó en julio de 2023.
“Es un contexto amplio, que involucra a la inflación, pero también a los antimicrobianos y a los genéricos, que en nuestro país no tiene un control adecuado, por ejemplo. Yo soy pediatra y es una población muy particular, porque generalmente las personas se esfuerzan para comprar los medicamentos para los chicos. Por eso, hay dos realidades: una es el hospital, donde mucha gente no puede alcanzar el medicamento, y la otra es el consultorio privado que, aunque le cueste comprarlo, la gente lo hace. De todos modos, esta especialidad no se puede comprar fácilmente”, afirmó Carlos Mercau, Jefe del Departamento Materno Infantil del Hospital Ramos Mejía y Secretario General de AMA.
Y agregó: “Los chicos son primordiales para los padres, pero el paciente adulto es responsable de si mismo y, ante una realidad adversa, puede dejar de tomar la medicación. El resultado es que no se cumple con la indicación, porque a veces toman menos que las dosis indicadas, o corta con la medicación directamente, sin cumplir el tiempo indicado. Un resultado, entonces, es que la enfermedad continuará”.
“Para algunas patologías crónicas, que necesitan tener un seguimiento y tener formas crónicas de administración de medicamentos, no son buenas las interrupciones, como es en el caso de un asmático, un diabético, o un hipertenso. La discontinuación es lamentablemente, si fuera por causas económicas, y un problema en función de que no se controlan condiciones crónicas. Sin embargo, si se trata por la Ley, no sería algo malo, todo lo contrario”, concluyó Corral.