(Dennis Thompson - HealthDay News) - Factores como el sueño, los niveles de energía y el estrés pueden predecir el inicio de una migraña, encuentra un estudio reciente. Sin embargo, esos factores diferían de la mañana a la tarde y a la noche.
La mala calidad percibida del sueño, una calidad de sueño más baja de lo habitual y niveles de energía más bajos de lo habitual se asocian con una migraña matutina, según el informe, que aparece en la edición en línea del 24 de enero de la revista Neurology.
Por el contrario, las migrañas de la tarde y la noche están relacionadas con mayores niveles de estrés o niveles de energía más altos de lo habitual el día anterior.
“Estos patrones diferentes de predictores de los dolores de cabeza matutinos y tardíos resaltan el rol de los ritmos circadianos en el dolor de cabeza”, señaló la autora del estudio, Kathleen Merikangas, jefa de la Rama de Investigación de Epidemiología Genética del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH). “Los hallazgos pueden darnos una idea de los procesos subyacentes a la migraña y ayudarnos a mejorar el tratamiento y la prevención”.
En el estudio, los investigadores rastrearon los predictores potenciales de un ataque de migraña entre 477 personas de 7 a 84 años de edad. Casi la mitad de los participantes tenían antecedentes de migrañas, y alrededor de tres de cada cinco tuvieron por lo menos una migraña matutina durante el estudio.
Los participantes calificaron su estado de ánimo, energía, estrés y dolores de cabeza cuatro veces al día durante dos semanas, utilizando una aplicación móvil. También calificaron la calidad de su sueño una vez al día, y usaron monitores de actividad para realizar un seguimiento de su sueño y actividad física.
Los resultados mostraron que la mala calidad del sueño percibida conllevaba un aumento del 22% en el riesgo de migraña matutina, mientras que una disminución en la calidad del sueño autoinformada se asoció con un aumento del riesgo del 18%. Pero lo que más importaba era cómo percibías tu sueño de la noche anterior.
"Los dolores de cabeza se asociaron con la calidad del sueño autoevaluada, en lugar de con medidas reales de los patrones de sueño", anotó Merikangas en un comunicado de prensa del NIMH. "Esto resalta la importancia de los estados físicos y emocionales percibidos en las causas subyacentes de la migraña".
Una disminución en los niveles habituales de energía el día anterior también se relacionó con un aumento del 16% en el riesgo de migraña por la mañana. Por otro lado, los niveles de estrés más altos y los niveles de energía sustancialmente más altos el día anterior se asociaron con un aumento del 17% en el riesgo de migraña por la tarde o por la noche.
Ni los niveles de ansiedad ni los de depresión se vincularon con el riesgo de migraña, tras tomar en cuenta el sueño, la energía y el estrés, anotaron los investigadores.
"Sorprendentemente, no encontramos ningún vínculo entre los síntomas de ansiedad y depresión de una persona (ya sea por tener más síntomas o por tener niveles más altos de síntomas que el promedio) y su probabilidad de sufrir un ataque de migraña al día siguiente", dijo Merikangas.
“Nuestro estudio demuestra la importancia de monitorizar los cambios en el sueño como predictor de los ataques de dolor de cabeza”, señaló la investigadora , la Dra. Tarannum Lateef, neuróloga pediátrica del Sistema Nacional de Salud Pediátrico en Washington, D.C. “El uso de aplicaciones que rastrean el sueño y otros estados de salud, conductuales y emocionales en tiempo real puede proporcionar información valiosa capaz de ayudarnos a manejar la migraña”.
Más información. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) ofrecen más información sobre la migraña.
FUENTE: Academia Americana de Neurología (American Academy of Neurology), comunicado de prensa, 24 de enero de 2024
*Dennis Thompson HealthDay Reporters ©The New York Times 2024