Discutir de vez en cuando no tiene por qué ser malo. Después de un altercado es posible llegar a una conclusión que satisfaga a ambas partes. Pero si la discusión se produce en la mesa de la fiesta de fin de año, por ejemplo, no solo incomodará a todos los presentes sino que arruinará la celebración.
Los expertos recomiendan aprender a hacer que las peleas no vayan a más, dan solución a los conflictos en cuanto estos aparezcan.
Matt Abrahams es profesor de comunicación estratégica en la Escuela de Graduados en Negocios de la Universidad de Stanford y autor del libro “Piense más rápido, hable más inteligentemente: cómo hablar con éxito cuando está en apuros “. El experto afirmó que para evitar parecer discutidor en una reunión, primero se debe estar consciente de las señales.
“Hay muchos signos de que se está empezando una discusión”, como inclinarse o hablar con cierto tono, indicó el experto. Pero uno de los principales indicios de que se está en una discusión es el uso de lenguaje acusatorio, explicó Abrahams. Y enumeró algunas frases que se deben evitar para no tener una discusión acalorada.
“Cualquier cosa que sea muy definitiva o directa puede parecer ofensiva”, dijo Abrahams. “Esas son cosas que realmente implican que alguien está entrando en un conflicto”.
Las cuatro frases que se deben evitar en una discusión son:
1. “Tu siempre...”
2. “No puedo creer que...”
3. “Esto es porque tú...”
4. “No me estás escuchando...” o “Nunca escuchas...”
Estrategias antidiscusiones
En lugar de utilizar un lenguaje confrontativo, concentrarse en “parafrasear y conectar”, sugirió Abrahams. “Si puedo demostrar que he escuchado lo que alguien me dice y lo agrego a mi discurso o lo amplío, es realmente importante para frenar la discusión”, dijo.
Por ejemplo, si se está teniendo una conversación sobre política, reconocer que se escucha el punto de vista de la otra persona incluso si no se está de acuerdo con ella, luego afirmar las propias idea de manera respetuosa, recomendó Abrahams. Esto al menos le indicará a la otra persona que se la estás escuchando, añadió, lo cual es muy importante. Un grupo de investigadores de la Brigham Young University estudió el comportamiento de un nutrido grupo de parejas durante 20 años, y llegó a la conclusión de que, cuántas más discusiones había, peor era la salud de sus integrantes y menos duraba la relación.
Es mejor esperar desacuerdos, recordar que las opiniones de otras personas no son incorrectas o no indican que tengan algo contra nosotros y apreciar las diferencias de opinión, señaló Abrahams.
Y recomendó, en lugar de las frases anteriores tratar de utilizar las siguientes en una discusión:
- “Realmente te escucho...”
- “Estoy tratando de entender...”
- “Me imagino que desde tu perspectiva esto es...”
Y si advierte que se aproxima una conversación difícil, anticiparse y dirigirse a la persona con tres cosas en mente:
- Se trata del problema, no de la gente. Concentrarse en el tema, no en la persona.
- Mantenerse en el presente. Tratar de no sacar a relucir argumentos pasados ni adelantarse a posibles resultados en el futuro.
- Ver el problema como algo que hay que resolver, no como una batalla que hay que ganar.
Por otro lado, la psicóloga Lisa Firestone, autora y directora de Investigación y Educación de la Asociación Glendon, ha desarrollado un procedimiento que describe en su columna de Psychology Today y puede funcionar muy bien para poner fin a cualquier discusión, ya sea en la pareja como con amigos o compañeros de trabajo: la técnica del desarme unilateral.
La doctora parte de la idea de que, cuando estalla una discusión, se crea un resentimiento que no deja ver la situación en conjunto, e impide valorar las posibles soluciones. Las personas empiezan a reprocharse, sin tener en cuenta las consecuencias de esas palabras. Por ello, Firestone propone aprender a “desarmarse”, evitando discutir acaloradamente, para no decir cosas de las que luego se desee arrepentir.
Los 5 pasos de la técnica del desarme unilateral
1. Relajarse. Las discusiones a veces surgen sencillamente porque estamos cansados, nerviosos, estresados y, en muchas ocasiones, todo al mismo tiempo. En estos momentos es esencial aprender a relajarse, quizás yendo caminar, escuchar música, o la actividad que haga bajar el enojo de manera de lograr centrarse en sí mismo antes de responder. “Pensar en cuáles son nuestros objetivos en esa relación y hacer que nuestras acciones conduzcan hacia esos objetivos”, explicó Firestone.
2. No responder. El lingüista Sebastià Serrano en una entrevista con El Confidencial, explicaba que “jugar a enojarse es muy fácil”, y puede terminar muy mal. “En el momento en que hay expresiones de menosprecio ya no hay prácticamente vuelta atrás”, aseguró Serrano. “Y es tan fácil que aparezcan… Si le dices un exabrupto a la pareja vas a necesitar tres halagos fuertes para reequilibrar la situación. A veces se consigue, pero otras no”, afirmó el experto.
Por su parte, Firestone recomendó que si el objetivo final es estar cerca de la persona con la que se discute, entonces tener “razón” y “ganar la discusión” no es un éxito. A menudo es más importante mantener la relación que tener razón. “En otras palabras, es posible elegir en el momento permanecer emocionalmente vulnerable y abierto a la otra persona antes que ganar la discusión”, aseguró la experta.
3. Responder de forma amable. En la comunicación interpersonal las formas son en ocasiones más importantes que el fondo. Cuando estalle una discusión tratar siempre de bajar el tono, explicando las cosas de la forma más delicada posible, sin exabruptos, explicó Fitestone.
Un estudio de la Universidad de Baylor demostró que las peleas entre parejas tienen mucho que ver con el poder. El estudio reveló que, en una discusión, la gente quiere principalmente que su pareja renuncie al poder. A continuación, en orden de mayor a menor, quieren que su pareja deje de comportarse como adversario, se comunique más, dé afecto y se disculpe.
“Deponer las armas no significa renunciar al poder ni tomar el camino más fácil. En realidad, es increíblemente difícil de hacer y requiere mucha fuerza personal, pero vale la pena. Significa adoptar una postura más vulnerable que no se perciba como amenazante y que tendrá un efecto suavizante”, explicó Firestone.
Y agregó, en el caso de que la discusión sea con la pareja: “A veces, un pequeño acto de cariño es suficiente para desarmar a tu pareja. Mirarla a los ojos, tomarle la mano y comunicarle claramente tu objetivo de estar cerca de ella es un acto de cariño que es difícil de ignorar”, describió la experta.
4. Empatizar. Para resolver una discusión es fundamental ponerse en el lugar del otro. “Es importante señalar que la técnica del desarme unilateral no implica renunciar a nuestro punto de vista, ceder a la manipulación emocional, asumir la culpa o rendirse a la opinión de la otra persona. Simplemente indica que valoramos más la relación que ganar la discusión”, manifestó Firestone.
Y añadió: “Habiendo dado el paso de reducir la intensidad del conflicto desarmándose, acercándose y mostrando empatía hacia la otra persona, se puede comenzar a tener una comunicación colaborativa constructiva en la que cada uno intente comprender la perspectiva del otro y alcanzar un entendimiento compartido”.
5. Comunicar lo que se siente. “‘Nómbralo para domarlo” es una técnica mediante la cual se etiquetan las emociones y, de hecho, las calmas. El primer paso es sintonizarse con lo que realmente se siente en ese momento. Luego es posible reconocer o compartir lo que nos está pasando”, explicó Firestone.
La experta también recomendó prestar atención al comunicarse, tanto al lenguaje verbal como al corporal, tono de voz y la intensidad de las palabras. “Preste atención al impacto de las formas en que se comunica. Si nuestro lenguaje corporal es diferente al mensaje verbal, estamos enviando un doble mensaje, lo cual resulta confuso. Sería importante reconocer si se tienen sentimientos ambivalentes y compartirlos, lo que permitirá una comunicación honesta”.