El 2023 marcó un récord de casos de dengue reportados en Argentina con 68 muertes y 135.676 personas infectadas por la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, según los últimos datos actualizados del Ministerio de Salud al 17 de diciembre.
Además, el 93% de los contagios reportados fueron autóctonos, es decir que los enfermos contrajeron la infección en el país, sin antecedentes de viaje. Y en el último mes, ese porcentaje ascendió al 98%.
En ese marco, el Ministerio de Salud de la Nación emitió este domingo una alerta epidemiológica por riesgo de propagación del dengue y advirtió que se observa en el país “una curva epidemiológica ascendente durante las últimas cuatro semanas” con un promedio 591 casos semanales mientras que en las cuatro semanas previas, la media de contagios reportados había sido de 232.
Las autoridades sanitarias llamaron a extremar los cuidados para prevenir la proliferación y picadura del mosquito que transmite la infección y alertaron que “la co-circulación de múltiples serotipos de dengue puede incrementar el riesgo de formas graves de la enfermedad”.
Aumento de casos y cambio climático
El viernes pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que “la incidencia mundial del dengue aumentó notablemente en las últimas dos décadas” y consideró que el aumento de los casos es “una grave amenaza” a la salud pública.
La agencia sanitaria de la ONU detalló que este incremento está acompañado de la “aparición simultánea de brotes que se han extendido a regiones anteriormente no afectadas por la enfermedad, en gran parte a causa del cambio climático. Actualmente, unos 500 millones de personas en América Latina están en riesgo de infección por dengue.
En Argentina, por primera vez se notificaron infecciones por dengue durante todo el año, sin interrupción durante los meses de frío. Una de las causas está vinculada a cambios en el comportamiento y tiempos de reproducción del mosquito Aedes aegypti, vector de la enfermedad.
Las autoridades nacionales remarcaron que el aumento del riesgo potencial de propagación de casos está asociado al Fenómeno El Niño y al cambio climático, que se expresa en el aumento de temperatura y recurrentes inundaciones.
El texto de la alerta epidemiológica detalló: “El brote epidémico se concentró de manera preponderante durante el primer semestre del año, pero tuvo la particularidad de haber registrado -por primera vez desde la reemergencia de la enfermedad- la continuidad de la transmisión viral durante la época invernal, específicamente en la región del Noreste del país”.
Además de la continuidad de transmisión del virus durante los meses de frío, el documento indicó que “se detectaron los primeros casos autóctonos en las últimas semanas en provincias de las regiones Centro y Noroeste, tanto como un aumento en el número promedio de casos”.
“La abundancia de lluvias y altas temperaturas asociadas con el fenómeno de El Niño generan condiciones ambientales favorables para la proliferación de mosquitos. Y se ha evidenciado la presencia de mosquitos Aedes aegypti (transmisores de la enfermedad, así como de zika y chikungunya) en zonas geográficas donde antes no se los encontraba”, agregó el comunicado.
Medidas de prevención del dengue
El control efectivo del dengue incluye inspeccionar detalladamente los hogares y sus alrededores con el objetivo de identificar y eliminar posibles criaderos del mosquito Aedes aegypti.
Se deben tomar medidas como el volteado de recipientes que acumulen agua y el tapado de tanques de almacenamiento, además de la limpieza frecuente de bebederos de animales y canaletas de lluvia. El Ministerio de Salud enumeró las medidas de prevención:
- Usar repelentes de acuerdo a la edad y según las recomendaciones del producto
- Utilizar ropa clara que cubra brazos y piernas, especialmente durante las actividades al aire libre
- Utilizar ahuyentadores domiciliarios de mosquitos como tabletas, espirales o aerosoles, de acuerdo a las recomendaciones del producto
- Colocar mosquiteros en puertas y ventanas
- Proteger camas, cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras o tules
Los huevos del mosquito Aedes aegypti pueden resistir condiciones de sequía y mantenerse viables por más de un año, por eso las acciones de control y eliminación de criaderos deben realizarse todo el año. “Estas medidas deben enfocarse en la eliminación de aquellos potenciales criaderos que puedan suprimirse o el tratamiento (físico o químico) de aquellos que no puedan eliminarse”, afirmaron las autoridades sanitarias.
Al referirse al control en casas y viviendas, detallaron que esta acción “supone la inspección minuciosa de las viviendas y su peridomicilio (patios, jardines y techos) para identificar, clasificar, eliminar y/o controlar todos los criaderos existentes y potenciales (descacharrar). Dar vuelta, tapar o resguardar los objetos útiles que se encuentran en el exterior y pueden acumular agua de lluvia o riego (baldes, palanganas, tambores, juguetes, etc.)”.
Además, aseguraron que se deben “mantener tapados los tanques y recipientes (aljibes, cisternas, recipientes para almacenar agua de lluvia para riego, etc.) que se usan para recolectar agua. Cepillar, limpiar y cambiar frecuentemente el agua de bebederos de animales, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia. Cepillar o frotar las paredes internas del recipiente para desprender los huevos de mosquitos que estén adheridos allí”.
“Evitar cultivar o preservar plantas en agua (los huevos del mosquito pueden adherirse a la pared del recipiente o entre las raíces de las plantas). Destapar y realizar limpieza periódica de canaletas y desagües de lluvia. Verter agua hirviendo en las rejillas de desagüe y colocarles tela mosquitera. Mantener las piletas de natación limpias y cloradas. Utilizar cobertores cuando no se utilicen. Mantener patios y jardines desmalezados para prevenir la presencia de mosquitos adultos. Tratar con larvicidas de aquellos recipientes que no pueden ser tratados físicamente ni eliminados”, fueron otros de las medidas de prevención señaladas por la cartera sanitaria.
Además, destacaron que los productos comercializados con preparaciones herbales como el “clavo de olor” y pulseras o brazaletes que suelen ser ofrecidos para uso en lactantes, así como el tener plantas de citronela en las casas no protegen de la picadura del mosquito.
Cuáles son los síntomas del dengue
Los síntomas del dengue son fiebre acompañada de uno o más de los siguientes signos: dolor detrás de los ojos; de cabeza; muscular y de articulaciones; náuseas y vómitos; cansancio intenso; aparición de manchas en la piel y picazón; sangrado de nariz y encías.
Las señales corporales más frecuentes son fiebre, cefalea, mialgias, artralgias y dolor retroocular, seguidos de náuseas, dolor abdominal, vómitos y diarrea.
En el brote actual, se reportó un nuevo síntoma entre los infectados, según el Ministerio de Salud de la Nación, “el 58% (de los casos) presentó alguna manifestación gastrointestinal (diarrea, vómitos, náuseas o dolor abdominal) asociados a los síntomas clásicos de la enfermedad”
Vacuna contra el dengue
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó en abril la vacuna contra el dengue desarrollada por el laboratorio Takeda, que está disponible desde principios de noviembre.
La vacuna tetravalente disminuye 84% el riesgo de hospitalización y reduce 61% los casos de dengue sintomático. Se administra de manera subcutánea y protege contra los cuatro serotipos del virus del dengue.
Se administra en dos dosis de 0,5 ml que deben aplicarse con un intervalo de 3 meses. Brinda protección contra los cuatro serotipos del dengue y está destinada para mayores de 4 años (y sin límite de edad) que hayan tenido o no la infección. Está contraindicada en embarazadas, mujeres en período de lactancia y en pacientes con inmunocompromiso.
La vacuna no está incluida en el calendario nacional de vacunación y se aplica bajo prescripción médica, por eso la persona debe acercarse a los principales centros de vacunación privados del país y presentar la receta para recibir la dosis.