Los medicamentos para la diabetes y la pérdida de peso basados en la droga semaglutida, como Ozempic y Wegovy y los que contienen tirzepatida, como Mounjaro y Zepbound, hasta ahora reconocidos por su eficacia en el control del azúcar en sangre y la obesidad, están siendo objeto de estudio para potencialmente tratar otras enfermedades.
De esta forma, investigadores evalúan si su impacto trasciende más allá de estos usos conocidos, incursionando en el manejo de afecciones tan diversas como la adicción, enfermedades hepáticas, la apnea del sueño y los trastornos cardiovasculares, entre otros.
La exploración científica actual se centra en determinar si los beneficios de estos fármacos van más allá de la pérdida de peso, indagando sobre posibles efectos adicionales como la reducción de la inflamación o la influencia en procesos cerebrales ligados a pensamientos compulsivos.
Tal es la expectativa que Lindsay Allen, economista de salud de Northwestern Medicine, comparó el creciente interés en estas medicinas con “una bola de nieve que se convierte en una avalancha”, dijo a The New York Times. Los estudios preliminares están todavía en fases iniciales pero prometen un cambio de paradigma en el campo de la medicina si sus resultados son positivos, consideró.
Las siguientes son 4 de las opciones terapéuticas de estos fármacos agonistas del receptor GLP-1 podrían aportar.
1-Consumo de alcohol
Estos medicamentos podría tener un nuevo uso terapéutico en el tratamiento de adicciones, según estudios recientes. Investigaciones actuales sugieren que el medicamento podría ayudar a disminuir el consumo de alcohol en algunos pacientes, aunque los efectos no son uniformes en todos los casos.
Los estudios científicos en curso han empezado a explorar las razones subyacentes que explicarían la reducción del consumo de bebidas alcohólicas asociada al uso de este fármaco. Sin embargo, se recalca que aún es prematuro establecer conclusiones definitivas. Cada individuo puede reaccionar de manera diferente al tratamiento, por lo cual se insiste en la necesidad de más investigación clínica para comprender plenamente tanto los beneficios como las limitaciones del uso de este medicamento en diferentes contextos.
Un pequeño estudio realizado por la Universidad de Oklahoma y publicado en noviembre pasado analizó a 6 pacientes que “tuvieron una reducción significativa en la sintomatología del AUD (trastorno por consumo de alcohol)” después del tratamiento con semaglutida”. Como conclusión los expertos indicaron que “esta serie de casos es consistente con los datos preclínicos y sugiere que los GLP-1 tienen un gran potencial en el tratamiento del AUD”, aunque advirtieron que “se necesitan estudios clínicos adicionales, aleatorizados y controlados con placebo, para evaluar completamente la eficacia de la semaglutida en el tratamiento del AUD”.
Ya en 2019, científicos de Dinamarca habían analizado “los efectos de los agonistas del receptor GLP-1 exenatida y liraglutida sobre el consumo de alcohol en monos verdes africanos machos que prefieren el alcohol”, dijeron. Cabe aclarar aquí que también semaglutida y tirzepatida son agonistas del receptor GLP-1, una hormona que modera el apetito.
“El presente estudio demuestra por primera vez que los agonistas del receptor GLP-1 pueden reducir el consumo voluntario de alcohol en primates no humanos. Los datos respaldan la utilidad potencial de los agonistas del receptor de GLP-1 en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol, dijeron los autores.
En una encuesta en línea que abarcó a 153 personas adultas que padecen obesidad, mayoritariamente mujeres, se detectó que quienes se estaban administrando semaglutida o tirzepatida informaron haber bebido significativamente menos que las personas con su misma condición de salud que no tomaban esos medicamentos.
Un artículo en Nature Medicine del 24 de noviembre pasado, varios expertos en adicciones advirtieron que “los agonistas del receptor GLP-1 son tratamientos prometedores pero no probados para los trastornos por consumo de alcohol y sustancias”.
2-Problemas cardiovasculares
Durante las últimas tres décadas, las patologías cardíacas han experimentado un incremento significativo a nivel global, ya que se duplicó su incidencia y aumentó en un 50% las muertes anuales, que pasaron de 12 millones a 18 millones por año. En América Latina, la situación no es diferente, ya que estas enfermedades causan muertes y discapacidades, con dos millones de decesos anuales en la región.
Ozempic, Wegovy de Novo y Zepbound de Eli Lilly & Co. actúan en parte imitando el GLP-1, una hormona que modera el apetito y combate la obesidad, conocido factor de riesgo de cardiopatías. Según un estudio, estos fármacos también activan vías antiinflamatorias en el cerebro con efectos de largo alcance que pueden mantener sano el corazón de forma independiente.
“Hace tiempo que pensábamos que las acciones antiinflamatorias del GLP-1 eran importantes, pero la pregunta era: ¿Cómo funciona?”. dijo en una entrevista Daniel Drucker, autor principal del estudio y codescubridor de la hormona GLP-1. “Esto nos dice ahora que es probable que las acciones antiinflamatorias del GLP-1 se organicen en parte a través de un subconjunto de neuronas cerebrales”.
En el mes de noviembre, otra investigación arrojó resultados prometedores al señalar que la semaglutida, en personas aquejadas de obesidad y sobrepeso con enfermedades cardíacas, disminuía en un 20 por ciento el riesgo de sufrir eventos como ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares.
Asimismo, en otro ensayo llevado a cabo en personas con obesidad y un tipo de insuficiencia cardíaca, se vislumbró que la semaglutida podría mejorar los síntomas y facilitar la práctica de ejercicio físico. No obstante, cabe destacar que Eli Lilly se encuentra en pleno desarrollo de su propio estudio acerca de tirzepatida y su relación con la insuficiencia cardíaca. Además, existen múltiples investigaciones en fase de preparación, cuyo objetivo es evaluar si la semaglutida es capaz de reducir la acumulación de placa en el corazón, mejorar los síntomas asociados a la insuficiencia cardíaca o mitigar el daño provocado por los accidentes cerebrovasculares.
3-Apnea del sueño
La apnea del sueño es un trastorno potencialmente grave en el que la respiración es superficial o se vuelve intermitente durante el sueño. Y si bien puede manifestarse en todos los grupos etarios, la frecuencia aumenta con la edad y la obesidad.
Tratamientos como la utilización de máquinas de presión positiva continua en las vías respiratorias, conocidas como CPAP, ofrecen un posible alivio, aunque con frecuencia los pacientes reportan incomodidad en su uso. Se estima que numerosas personas padecen apnea del sueño sin un diagnóstico formal. En ausencia de un tratamiento adecuado, esta condición puede tener un impacto significativo en la salud y elevar el riesgo de complicaciones, como enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2.”
La apnea del sueño, más prevalente en individuos con sobrepeso, se encuentra vinculada a una intrincada amalgama de factores. Esto incluye la obstrucción de las vías respiratorias debido a depósitos de grasa en el área del cuello cuando una persona se encuentra acostada. Investigaciones previas han arrojado evidencia concluyente de que la reducción de peso, incluso a través de procedimientos quirúrgicos como la cirugía bariátrica, puede desempeñar un papel fundamental en su tratamiento.
A pesar de la escasez de datos hasta la fecha, un vocero de Eli Lilly dijo a The New York Times que el laboratorio proyecta finalizar un estudio sobre el uso de tirzepatida en el tratamiento de la apnea del sueño durante la primavera boreal de 2024. Por otro lado, Novo Nordisk no se encuentra actualmente enfocado en la investigación sobre si semaglutida puede ser una opción viable para combatir la apnea del sueño.
4-Enfermedades del hígado
El origen del hígado graso no alcohólico se debe a varias causas asociadas. Desde la Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE) explicaron que “la EHGNA tiende a desarrollarse en personas con sobrepeso u obesidad o en aquellas que tienen diabetes, colesterol o triglicéridos elevados”.
Siendo que esta condición “puede causar inflamación hepática”, conocida como esteatohepatitis. Incluso, remarcaron que “esta inflamación hepática puede ocasionar cirrosis en el largo plazo (décadas) y, más aún, llevar al desarrollo de cáncer de hígado o insuficiencia hepática”.
La EHGNA es la enfermedad del hígado más prevalente: se estima que ya el 38% de los adultos en el mundo tiene el problema. También está presente en el 13% de los niños y adolescentes.
Los médicos suelen aconsejar a las personas con sobrepeso u obesidad que la padecen que pierdan peso para reducir la acumulación de grasa y la inflamación en ese órgano. Dado que medicamentos como Ozempic tienen efectos en la pérdida de peso, también pueden contribuir a la disminución de la grasa almacenada en el hígado. Además, es importante destacar que la diabetes tipo 2 aumenta el riesgo de EHGNA, pero al emplear tratamientos como Ozempic, también es posible reducir tanto el riesgo como la gravedad de la enfermedad hepática.
En un informe respaldado por Novo Nordisk, reveló que la semaglutida no presenta mejoras significativas en el proceso de cicatrización hepática ni en la resolución de la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), una forma grave de enfermedad hepática grasa no relacionada con el consumo de alcohol, en comparación con el placebo. Este estudio se llevó a cabo con la participación de individuos que padecen cirrosis o que presentan daño hepático crónico.
Un ensayo clínico más amplio, también financiado por el mismo laboratorio indicó que los pacientes en etapas iniciales de la enfermedad que recibieron semaglutida tenían una mayor probabilidad de lograr la resolución de la EHNA en comparación con aquellos que tomaron un placebo. Sin embargo, no se observaron mejoras significativas en la cicatrización hepática en este grupo.
Por otro lado, investigadores respaldados por Eli Lilly también están explorando la eficacia de la tirzepatida en el tratamiento de la EHNA, lo que añade una perspectiva adicional a la investigación en curso sobre esta afección hepática.