Durante el posparto es común que la mujer que acaba de dar a luz se enfoque únicamente en el cuidado de su bebé, pero es necesario que también preste atención a su propio cuerpo.
La incontinencia urinaria, el prolapso uterino y el dolor durante el sexo (dispareunia) son síntomas que suelen ocurrir en el posparto, pero que afortunadamente pueden mejorarse ejercitando el suelo pélvico.
El suelo pélvico y el posparto
El suelo pélvico es un conjunto muscular que se ubica en la parte inferior de la pelvis y que incluye el músculo pubococcígeo, puborrectal e iliococcígeo, así como los ligamentos sacrococcígeos y sacrociáticos, todos ellos revestidos por tejido fascial y conectivo.
La función de los músculos del suelo pélvico es sostener órganos como el intestino, la vejiga y la uretra. Su fortaleza no sólo influye en funciones básicas como la de orinar, defecar o experimentar orgasmos, sino que es fundamental para el soporte del bebé durante el embarazo.
Tal como indica el libro realizado por investigadores de los Países Bajos sobre parto y sexualidad Midwifery and Sexuality, en su capítulo sobre el suelo pélvico femenino, durante el parto vaginal, los músculos pélvicos se estiran entre un 200% a 300% más de su tamaño natural para dar paso a la salida del bebé por el canal vaginal.
Por eso en el posparto, la musculatura de la pelvis se encuentra sensible, distendida y, en algunos casos, también puede haber sido dañada debido a prácticas obstétricas inadecuadas.
Por ello, el fortalecimiento del suelo pélvico es vital durante el posparto, ya que cuando sus músculos se debilitan puede traer consigo síntomas que afectan la calidad de vida de las mujeres como la incontinencia urinaria, el prolapso uterino y el dolor durante el sexo, llamado también dispareunia.
1. Incontinencia urinaria
La incontinencia urinaria que suele producirse en las mujeres durante el posparto también es conocida como incontinencia de esfuerzo y se caracteriza por la necesidad imperiosa de ir al baño seguida de una evacuación involuntaria o fuga de orina.
Esto se produce cuando los músculos del suelo pélvico no ofrecen suficiente soporte o fuerza. Según los expertos de Mayo Clinic, este tipo de incontinencia urinaria en las mujeres ocurre cuando se realiza algún movimiento o actividad física como estornudar, toser, reír, correr o levantar objetos pesados.
De acuerdo a un estudio realizado en 2020, entre un 14% y un 45% de mujeres sufren de incontinencia urinaria durante el posparto. Se ha encontrado, además, que la probabilidad de padecer incontinencia de esfuerzo es mayor en mujeres que dan a luz en parto vaginal a bebés de más de 3,5 a 4 kilos. Esto se debe a que el parto de bebés más pesados se ha asociado directamente con daño al nervio pudendo en el suelo pélvico.
El nervio pudendo se encuentra en la región pélvica y se encarga de la inervación de órganos como la vejiga, la vagina, parte del recto y los órganos genitales externos.
2. Prolapso uterino
El prolapso uterino es uno de los más comunes dentro del grupo de prolapsos de órganos pélvicos en el que también se encuentran el de recto, vejiga y vagina. Se trata de una condición caracterizada por el desplazamiento del útero de su ubicación anatómica natural hacia el canal vaginal. Esto ocurre cuando los músculos y tejidos que sostienen el útero, específicamente los ligamentos uterosacros y los ligamentos cardinales, se debilitan, ocasionando que el órgano caiga o presione dentro o fuera de la vagina.
Uno de los factores de riesgo para sufrir prolapso uterino es el parto vaginal, el cual debilita el suelo pélvico, provocando que el útero no tenga el soporte que necesita.
Algunos de los síntomas que se pueden experimentar durante el prolapso uterino es una sensación de pesadez en la pelvis, dolor en la parte inferior de la espalda e incluso problemas para defecar, ya que va a ser necesario presionar la vagina con los dedos para llevar a cabo la deposición.
3. Dolor en el sexo o dispareunia
La dispareunia, conocida como el dolor durante las relaciones sexuales coitales, es una condición médica que numerosas mujeres experimentan en diferentes etapas de su vida como el posparto.
El dolor puede ser persistente o recurrente, presentándose antes, durante o luego del encuentro sexual. La debilidad de los músculos del suelo pélvico, sobre todo el músculo elevador del ano y el músculo coccígeo, así como las lesiones en el nervio pudendo son las causantes de la dispareunia.
Una investigación de 2021 señaló que la dispareunia se presenta entre los 2 y los 12 meses luego del parto. En un 42% de casos ocurre a los 2 meses; en un 43% se presenta entre los 2 y 6 meses y en un 22% sucede entre los 6 y los 12 meses del posparto.
Ya sea que se trate de la incontinencia urinaria, el prolapso uterino o la dispareunia, la buena noticia es que, al igual que otros músculos, el suelo pélvico puede recuperar su capacidad de soporte y control, lo cual forma parte esencial del proceso de recuperación en el posparto.
El tratamiento para el fortalecimiento muscular pélvico puede incluir diversas técnicas usadas dentro del campo de la fisioterapia como los ejercicios Kegel y los abdominales hipopresivos, entre otros.