Cómo celebrar una Navidad armoniosa: 6 estrategias de comunicación para disfrutar de las reuniones

El final del año a menudo está marcado por la ansiedad social, pero puede convertirse en una oportunidad para fortalecer las relaciones interpersonales. Técnicas como los “rompehielos” creativos y las preguntas innovadoras, pueden potenciar la química en la conversación y ayudar a los más introvertidos

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Hay técnicas efectivas para manejar la ansiedad social y disfrutar de las reuniones navideñas (Imagen Ilustrativa Infobae)
Hay técnicas efectivas para manejar la ansiedad social y disfrutar de las reuniones navideñas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las reuniones navideñas suelen ser un momento en el que nos reencontramos con viejos amigos, familiares o conocer gente nueva. Para muchas personas esto es algo altamente positivo y motivador, que llevan adelante fácilmente, mientras que para otras es todo un desafío. Quienes son más tímidos o poco sociales sufren la presión de enfrentar los eventos y las charlas, en especial durante las Fiestas.

La licenciada Gabriela Martínez Castro (MN 18627), especialista en trastornos de ansiedad y directora del Centro de Estudio Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA), explicó a Infobae que hay personas que pueden presentar un cuadro de ansiedad social y sufren por anticipado esos encuentros pensando en las reuniones navideñas desde mucho tiempo antes. “Se preguntan quién irá, dónde se realizará, qué tema de conversación se va a tocar, qué tipo de iluminación habrá, si quedarán o no expuestos, entre otras muchas cuestiones”, indicó la especialista.

Las situaciones más frecuentes que ocasionan ansiedad social son, según Martínez Castro, hablar en público, concurrir a eventos sociales, hacer una conquista amorosa y comer o beber en público, como los encuentros típicos de las Fiestas, en las que todo es charla e interacción social.

La experta manifestó: “La ansiedad social es un trastorno de ansiedad cuya característica esencial es el temor a ser burlado en público, a cometer un papelón, a no ser aceptado en forma positiva y a críticas negativas. Todo esto generalmente va acompañado de sintomatología de tipo física como ruborización, mareos, temblores, lo que es visible ante los demás y empeora el cuadro. Por supuesto, que también se puede presentar taquicardia, problemas gastrointestinales inclusive hasta, en situaciones más importantes, llegar al ataque de pánico”.

Las fiestas navideñas, un momento de alegría y reunión, también pueden ser una fuente de ansiedad para personas tímidas o introvertidas (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las fiestas navideñas, un momento de alegría y reunión, también pueden ser una fuente de ansiedad para personas tímidas o introvertidas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Y agregó Martínez Castro: “La forma de poder afrontar la ansiedad social en las fiestas de Fin de Año, ante desconocidos y en la vida cotidiana, tiene que ver con el hecho directamente de pensar lo menos posible y afrontarlo. ¿Por qué? Porque si las personas piensan demasiado el miedo aumenta de una manera tan grande que terminan paralizadas”.

La licenciada dijo que se sabe desde la psicología que lo único que podemos controlar es nuestra conducta, es decir, “lo que hacemos, lo que decimos, lo que no hacemos y lo que no decimos”, expresó y continuó: “Por lo tanto, apenas una persona llega a un lugar y tiene que encontrarse con gente nueva, interactuar con quien no conoce, lo más importante es, sin pensar, contar uno, dos, tres y afrontarlo”, recomendó.

Por otra parte, Daniel Colombo, facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional y conferencista internacional, expresó en una nota para Infobae que la habilidad social de comunicarse, expresar las ideas, mirar a los ojos y conectar con las demás personas, sin temores, se puede desarrollar. “Son competencias esenciales, de las llamadas “habilidades blandas”, indicó el experto. O sea, que es posible aprender a socializar.

Los expertos dicen que ser un buen conversador no es un talento, es una habilidad. Y con un poco de práctica, todos podemos dominar el arte de la llamada “química conversacional”.

Identificar los objetivos de una conversación y usar técnicas como preguntas novedosas o rompehielos creativos pueden hacer que las charlas sean más significativas y satisfactorias en estas fiestas (Imagen Ilustrativa Infobae)
Identificar los objetivos de una conversación y usar técnicas como preguntas novedosas o rompehielos creativos pueden hacer que las charlas sean más significativas y satisfactorias en estas fiestas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esta florece cuando una conversación hace que ambas partes se sientan escuchadas, comprendidas y atendidas. A menudo compartimos esta “conexión” con personas que conocemos bien. En el podcast “Speaking of Psychology “, Michael Yeomans, profesor asistente de comportamiento organizacional en la Escuela de Negocios del Imperial College de Londres, dijo que también podemos aplicar estas habilidades en nuestras interacciones menos íntimas.

En su investigación, Yeomans descubrió que todas las conversaciones tienen sus objetivos. En una fiesta, por ejemplo, es posible que se desee tener una charla “divertida”, pero una reunión de negocios puede requerir el poder de la persuasión.

Identificar los objetivos es una forma de tener conversaciones más satisfactorias. Y las investigaciones afirman que las charlas significativas pueden fomentar un sentido de pertenencia, que llena nuestras necesidades sociales. Ante tanto beneficios de estas interacciones positivas, ¿Cómo enfrentar los sentimientos de timidez?

Según Colombo, “Uno de los principales motivos intimidantes para las personas con rasgos tímidos es la imposibilidad de sostener la mirada. “Entrenándose en hacerlo por períodos cortos hasta afianzar este recurso, nos dará más seguridad, a la vez que lograremos conectar mejor con las demás personas”.

Los expertos dicen que ser un buen conversador no es un talento, es una habilidad. Y con un poco de práctica, todos podemos dominar el arte de la llamada “química conversacional" (Getty Images)
Los expertos dicen que ser un buen conversador no es un talento, es una habilidad. Y con un poco de práctica, todos podemos dominar el arte de la llamada “química conversacional" (Getty Images)

Además, recomendó otro recurso ganador: “Cuando la persona manifiesta timidez hay algo que no falla: la sonrisa. Es la gran conectora con emociones y sentimientos. La idea es sonreír espontáneamente, sin bajar la mirada”.

Por su parte, Martínez Castro explicó que siempre hay que tener en cuenta que la relación entre personas es de a dos, la comunicación no depende de quien tiene ansiedad social, sino de ambos. “Los silencios incómodos son incómodos para las dos personas y una de ellas va a tratar de proponer un tema para salir de esa situación. Hay que pensar que quien tiene ansiedad social, que es hipercrítico consigo mismo y con los otros, supone que los demás son tan hipercríticos como él y, por lo tanto, lo van a evaluar de una forma muy perfeccionista. Lo bueno es que la mayoría de las personas no tiene ansiedad social. Por lo tanto no son tan perfeccionistas como quien la sufre y pueden sentirse más cómodas”.

Recomendaciones para ser un buen conversador

A continuación, algunas formas de integrarse a un grupo y disfrutar socialmente:

1. Hacer preguntas novedosas. Cuando se trata de conversaciones triviales, muchos empezamos preguntando como “¿Cómo estás?” o “¿Cómo te va?” Y si bien estas consultas no tienen nada de malo, nadie las responde honestamente. En su lugar, es importante considerar un enfoque novedoso. Probar diciendo: “¿Qué esperás con ansias en estas fiestas?” o “¿qué fue lo más destacado de tu año?” Estas preguntas transmiten curiosidad, lo que abre a conversaciones más creativas. También demuestra que se está interesado en conocer más sobre la otra persona, lo que le indica que es importante para nosotros.

Las habilidades comunicacionales no solo reducen la ansiedad social, sino que también pueden fomentar un sentido de pertenencia y conexión (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las habilidades comunicacionales no solo reducen la ansiedad social, sino que también pueden fomentar un sentido de pertenencia y conexión (Imagen Ilustrativa Infobae)

2. Usar un rompehielos creativo. “¿Cuál es un dato curioso tuyo que nunca hayas compartido?” o “¿Qué es algo que te hizo realmente feliz este año?” son preguntas creativas para entablar conversaciones. Si se organiza una cena familiar o una fiesta de trabajo, incluir actividades divertidas para romper el hielo como “Si fueras una celebridad, ¿quién serías?” o “¿Cuál es una canción que resume tu personalidad?” son buenas maneras de iniciar la conversación, lo que puede ser gracioso para todos.

3. Hacer conversaciones significativas. Las veladas navideñas no siempre son propicias para largas charlas. Sin embargo, las investigaciones muestran que lo que genera conexión son las llamadas “conversaciones significativas”. Coincidir en algo que nos importa e invitar a otros a hacer lo mismo. Compartir algo con propósito puede promover la cercanía y reducir la soledad. Esto podría ser hablar de nuestras intenciones para el nuevo año o de algún aprendizaje que haya cambiado nuestra vida para mejor.

4. ¿Tímido? Elaborar un plan de fiesta. Como dijo Edme Beauchene, el médico francés que atendía a Luis XVI, Luis XVIII y de Carlos X: “La timidez se compone del deseo de agradar y del temor de no conseguirlo”. Si se sufre de timidez, socializar en una gran fiesta puede resultar tan estresante como una entrevista para un nuevo trabajo. Para aliviar el estrés, es útil preparar un “plan de fiesta”. Por ejemplo, traer a un amigo o limitar el tiempo que se permanecerá en el lugar puede ayudar a sentirse más tranquilo. Si bien entrenar nuestros músculos sociales puede resultar incómodo, nos permite experimentar la alegría que pueden brindar las interacciones humanas.

Cuando la persona manifiesta timidez hay algo que no falla: la sonrisa. Es la gran conectora con emociones y sentimientos. La idea es sonreír espontáneamente, sin bajar la mirada (Imagen Ilustrativa Infobae)
Cuando la persona manifiesta timidez hay algo que no falla: la sonrisa. Es la gran conectora con emociones y sentimientos. La idea es sonreír espontáneamente, sin bajar la mirada (Imagen Ilustrativa Infobae)

5. Expresar nuestros sentimientos. En nuestro mundo de ritmo frenético, el afecto a menudo se expresa con emojis en un mensaje de texto o “me gusta” en las redes sociales. Pero las conversaciones persona a persona son una oportunidad para mostrar atención, incluso hacia aquellos que no conocemos tan bien.

Por ejemplo, si estamos hablando con alguien que acabamos de conocer, podríamos decir: “Realmente disfruté saber más sobre vos” o “Fue muy interesante conocerte”. Pequeños gestos como decirle a un colega que valoramos su colaboración, ofrecer ayuda a un amigo o hacerle saber a alguien que es un placer verlo pueden transmitir afecto. Un estudio encontró que los actos amables aumentaban el “bienestar eudaimónico”, que se asocia con la autoaceptación y la vitalidad, mientras que otro estudio encontró que el altruismo puede reducir el estrés y aumentar la felicidad. Además, las expresiones verbales de cariño pueden ser tan poderosas como el contacto físico.

6. Hacer un seguimiento de las nuevas amistades. Ya sea para reconectarse con un viejo amigo o hacer uno nuevo, planificar un seguimiento. Por ejemplo, en lugar de decir “Veámonos uno de estos días”, proponer: “Te escribo la semana que viene para tomar un café en año nuevo”.

Las conversaciones no siempre están llenas de alegría. Es posible encontrarnos con alguien que esté pasando un mal momento. Es posible que estén tristes porque murió un ser querido, enfrentando una enfermedad o incertidumbre laboral. En estos casos, la amabilidad no tiene por qué terminar una vez que culmina la conversación. Seguir en conexión con esas personas expresa empatía, lo cual es de gran ayuda.

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