Cáncer bucal en Argentina: el tabaco y el alcohol son los principales factores de riesgo de un tumor que provoca una muerte cada 12 horas

En Argentina, el cáncer bucal provoca una muerte cada 12 horas. Se trata de un tipo de tumor que se genera, en la mayoría de los casos, por malos hábitos cotidianos como son fumar o consumir alcohol en exceso. Sin embargo, estos no son los únicos, ya que además se puede sumar una deficiente higiene dental, que habitualmente se vincula al desarrollo de caries e infecciones.

No tenemos estadísticas precisas de la incidencia real del carcinoma de cavidad oral en la Argentina, aunque sí sabemos que América Latina, como región, tiene una incidencia media-alta de estos tumores. A nivel mundial, la cantidad de nuevos casos se mantiene estable, aunque con una tendencia al ascenso con el mayor consumo de tabaco registrado en algunas regiones.

En ese sentido, diciembre es un mes clave para crear conciencia y difundir información sobre esta patología oncológica. De hecho, en los últimos días se conmemoró el “Día Nacional de la Lucha Contra el Cáncer Bucal”, una fecha que tiene por objetivo establecer un mojón en el calendario que permite unificar el mensaje preventivo, evita que la información se atomice y termine confundiendo a la población; además de desarrollar campañas que apunten a reducir el impacto de la enfermedad.

En la actualidad se estima que el cáncer bucal representa el 4% de todos los tumores y su prevalencia es mayor en varones de más de 50 años, con una relación de hasta 3 a 1 entre los nuevos casos detectados en hombres en relación a los que se diagnostican en mujeres. El Ministerio de Salud de la Nación, en uno de los últimos informes, indicó que, en todos sus estadios, este tipo de patología presenta una mortalidad del 50% y en la Argentina se produce una muerte cada 12 horas. De hecho, su tasa de letalidad es más alta que, por ejemplo, la del cáncer cervicouterino, la enfermedad de Hodgkin, y los tumores cerebrales, renales y hepáticos.

Lo cierto es que una de las principales barreras que deben enfrentar los oncólogos es que en más del 80% de los casos, según estimaciones oficiales, los pacientes llegan al consultorio con cuadros avanzados, lo que dificulta su posterior tratamiento. Como cualquier cáncer de otras localizaciones, el de cavidad oral puede ser grave si no se diagnostica y se trata a tiempo. Por ese motivo, es muy importantes promover campañas de concientización, así como la educación médica continua.

Esta clase de tumores se puede originar en toda la cavidad oral, siendo que los sitios más frecuentes son lengua, encías, paladar duro y piso de boca. Asimismo, el síntoma más común es la presencia de una lesión o úlcera en la boca que no remita luego de algunas semanas. En ese caso, la consulta médica precoz permite el diagnóstico y tratamiento más eficaz. Como pauta básica, si una lesión o llaga tarda más de 10 días en cicatrizar, hay que acudir a un especialista para que la revise.

Asimismo, en 8 de cada 10 casos, el cáncer bucal está provocado por factores de riesgo asociados a malos hábitos cotidianos. Sin duda que el consumo de tabaco es el principal factor de riesgo para el desarrollo de estos tumores, más aún si se lo asocia al consumo de alcohol. Según las pautas establecidas por el Ministerio de Salud de la Nación, otros factores de riesgo son la limpieza bucal deficiente; las lesiones que puede provocar el consumo habitual de bebidas y alimentos muy calientes; y el trauma crónico sobre la mucosa bucal, que puede estar provocado por tener dientes con bordes filosos por efecto de caries, prótesis desadaptadas o con ganchos que generen lesiones.

Pero esto no es todo, ya que en los últimos años también comenzó a tener una mayor incidencia el virus del papiloma humano (HPV), habitualmente vinculado al cáncer cervicouterino. En general se lo asocia a tumores que se desarrollan en la base de la lengua y que se generan a partir de la práctica de sexo oral entre personas infectadas.

Conocer cómo se produce el cáncer bucal y los malos hábitos que favorecen su desarrollo es el primer paso para poder iniciar una estrategia efectiva de prevención. En ese sentido, hay un dato alentador: la mayoría de los factores de riesgo se son evitables.

La medida más importante para su prevención es evitar los factores de riesgo asociados a estos tumores: consumo de tabaco y alcohol. Mantener una buena higiene bucal y los controles odontológicos periódicos también son elementos importantes a tener en cuenta. Además, las autoridades sanitarias también recomiendan evitar la exposición excesiva al sol (en especial, cuidar el labio inferior) y el exceso de consumo de carnes rojas.

Otro aspecto esencial, es que en las campañas para prevenir este tipo de tumores se suele promover la autoevaluación a través de un recurso simple y natural: el uso de lengua. Es que el mismo paciente, al conocer mejor que nadie las formas de su cavidad oral, puede detectar anomalías y lesiones que demanden una visita al médico. Y como pauta general, se recomienda que los adultos realicen una consulta odontológica al menos una vez al año y los niños, dos.

Una vez detectado el cáncer bucal, el tratamiento puede involucrar distintos elementos: cirugía, radioterapia, quimioterapia o incluso inmunoterapia. Va a depender de la localización y el estadio al diagnóstico, entre otros factores. Quizá el dato más importante a tener en cuenta respecto al tratamiento es la importancia de realizarlo en centros que dispongan de equipos multidisciplinarios; es decir, distintas especialidades médicas (y no médicas) involucradas en la toma de decisión para el mejor y más efectivo tratamiento de estos tumores.

La detección temprana juega un rol fundamental, no solo porque aumenta la chance de curación, sino porque permite lograrlo con tratamientos menos complejos, en lo que refiere a las toxicidades asociadas.

* El doctor Agustín Falco (MN 113572) es especialista en tumores de cabeza y cuello y de tiroides, y oncólogo clínico del Instituto Alexander Fleming (IAF)