La apendicitis es la inflamación aguda del apéndice, una pequeña porción del intestino, del tamaño de un dedo, que no parece tener ninguna función corporal esencial. Sin embargo, la apendicitis es una urgencia médica que exige intervención quirúrgica.
Este trastorno es poco frecuente en los niños menores de un año, pero se vuelve más habitual a medida que los niños crecen, sobre todo a partir de los cinco años.
Y si bien su frecuencia es mayor en los adolescentes y los adultos hacia la tercera década de la vida, se estima que “entre el 60 y el 70% de los niños presentan cuadros de apendicitis”, según informó a Infobae el médico pediatra y presidente de la Subcomisión de Medios y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Fernando Burgos (MN 81.759).
El cuadro suele provocar dolor abdominal agudo, y al diagnóstico se llega, generalmente, en la consulta clínica, aunque la sospecha médica se complementa a menudo con una ecografía y el diagnóstico definitivo “lo hace el cirujano tras la cirugía”, precisó el pediatra.
En qué consiste “la prueba del salto”
Ante un niño con dolor abdominal, hay una serie de pruebas que los pediatras hacen en la consulta médica.
“Hay una prueba clínica que muchos pediatras realizan en el consultorio ante un caso de dolor agudo de abdomen, conocida como ‘la prueba de salto’. “Existen estudios sobre la prueba de salto, explicó la pediatra estadounidense Jennifer Shu, según quien “observan (los estudios) cuáles son las posibilidades de que si alguien tiene un signo de salto positivo tenga apendicitis”.
Básicamente, si el niño al saltar manifiesta dolor abdominal, muy probablemente tenga apendicitis.
La explicación, según Shu, se debe a que “cuando existe inflamación o infección en cualquier parte del abdomen, el revestimiento de la cavidad abdominal, llamado peritoneo, puede inflamarse, y algunos de los signos de peritonitis son no poder caminar o saltar”.
Sin embargo, en opinión de Burgos, “la prueba del salto no es un signo determinante de apendicitis”. En su mirada, “a veces el apéndice no toca el peritoneo ni por delante ni por atrás y el chico salta y no le duele”.
Según él, si la prueba da positiva (esto es, al saltar el niño siente dolor) “es muy factible que el diagnóstico sea apendicitis”. Pero no será tan concluyente en el sentido contrario: “Si el niño no presenta dolor al saltar no puede descartarse apendicitis sin hacer otras pruebas”.
“A la sospecha se llega sumando el signo de salto, tocando la panza, viendo cómo es la reacción peritoneal a la palpación, además de si el chico presenta fiebre, deposiciones diarreicas o vómitos”, detalló el pediatra. A todo esto, “la ecografía es un elemento diagnóstico auxiliar que se suma a la revisión en el consultorio”, en tanto el diagnóstico definitivo, como se dijo “lo da cirujano en la cirugía”.
Según Shu, “hay algunas otras pruebas caseras que puedes realizar junto con la prueba de salto”. Y amplió: “Si el niño está acostado y se presiona el cuadrante inferior izquierdo y hay dolor en el cuadrante inferior derecho, es otro signo de peritonitis y posiblemente de apendicitis”.
Asimismo, “si se presiona hacia abajo sobre el apéndice en el cuadrante inferior derecho, y hay más dolor cuando se suelta, eso se llama ‘dolor rebote’ y es otra señal de posibles problemas”.
Cuándo consultar al médico
“Si un chico presenta dolor abdominal, la recomendación es hacer una consulta rápida al médico”, consideró Burgos y argumentó: “Porque si se trata de un cuadro de apendicitis y no se atiende a tiempo, puede desencadenar en un apendicitis gangrenosa, que es la que ocurre cuando el apéndice se perfora, ese pus va al espacio abdominal, toca el peritoneo y se da la peritonitis”.
Y tras señalar que “ante un dolor abdominal, sobre todo del lado derecho, está desaconsejado automedicar con analgésico y antiespasmódico”, el pediatra de la SAP aconsejó: “Hay que esperar la evolución y de acuerdo al desarrollo del cuadro se indica una ecografía y se deriva al cirujano”.