La encefalomielitis equina sigue expandiéndose en la región, con el aumento de los casos en Argentina y Uruguay. Ahora el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) informó que el número de casos positivos registrados en ese pais aumentó a ocho.
La encefalomielitis equina se transmite a través de las picaduras de mosquitos y tiene una alta letalidad para los equinos. El patógeno pertenece al género de los alfavirus. Los primeros casos en la región se detectaron en las provincias argentinas de Corrientes y Santa Fe, pero, desde entonces, los casos no hicieron más que crecer, expandiéndose a otras regiones del país. Semanas después, se identificó el primer caso en Uruguay.
Ahora, el MGAP confirmó que la cifra de positivos registrados en el territorio uruguayo aumentó a 8. Los casos se encuentran en distintos departamentos del país como Artigas, Paysandú, Salto, Durazo, Río Negro, Soriano y Tacuarembó.
En este contexto, la Dirección General de Servicios Ganaderos resolvió restringir todos los movimientos de equinos de aquellos predios donde el Servicio Veterinario Oficial identifique animales con síntomas compatibles con el virus por el plazo de 30 días, contados a partir del hallazgo de la enfermedad. Estos predios quedarán bajo la vigilancia epidemiológica del Servicio Ganadero Zonal o local.
En esa línea, recomendaron vacunar a los caballos contra la encefalomielitis equina, así como también aconsejaron utilizar repelente contra insectos en “toda la tropa” y en las personas que se encuentren en los establecimientos.
De acuerdo con el comunicado de la prensa uruguaya, al que tuvo acceso EFE, los síntomas que los equinos pueden llegar a presentar son: fiebre, letargo, debilidad, pérdida de apetito, problemas respiratorios, secreciones nasales u oculares. En el caso de identificarse alguno de estos síntomas, se debe dar aviso al MGAP.
La encefalomielitis equina en Argentina
En Argentina, por otro lado, se detectaron ya más de 320 brotes. Además, según informó el Senasa a Infobae, ya se registró la muerte de, al menos, 35 animales. En línea con la información que proporcionaron desde el organismo, se trata de la encefalomielitis del Oeste, la forma de la enfermedad que también se había detectado en 1988 y luego se controló.
Los animales afectados estaban en las localidades de las provincias de Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, y Entre Ríos. Hace unos días, se confirmó también la presencia del virus en animales Pirane, Colonia El Alba, departamento de Pirané, en Formosa. Además, hay muestras en estudio de animales de las provincias de Neuquén, Mendoza, Misiones y Santiago del Estero, según informó el Senasa a Infobae.
En este marco, se declaró la emergencia sanitaria en todo el país, por lo que el Senasa refuerza las acciones para la prevención y contención de la enfermedad. De esta manera, se acordó con las cámaras del sector equino un protocolo para el desarrollo de eventos ecuestres y deportivos. Además, se llegó a un convenio con los colegios veterinarios para que los especialistas acreditados en las tareas de inspección de campos colaboren con los trabajos de prevención.
Existe la posibilidad de que el aumento de lluvias, asociado al fenómeno de El Niño, también haya favorecido el incremento de las poblaciones de mosquitos que transmiten el virus de la encefalomielitis, señaló como hipótesis a este medio Mario Iturria, jefe de programa de enfermedades de los equinos de la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Senasa.
Infobae habló con Adrián Díaz, uno de los científicos de Conicet que está trabajando en el análisis de las muestras de los animales infectados, como líder del Laboratorio de Arbovirus del Instituto de Virología Dr. José María Vanella de la Universidad Nacional de Córdoba. Díaz precisó que “el impacto de la encefalomielitis equina del Oeste en los caballos se disminuye con la vacunación”.
“Al vacunar se previene el impacto del virus en los equinos, pero eso no frena la actividad viral. Para frenar la actividad viral se debe disminuir la abundancia poblacional del mosquito que es vector del patógeno. Por el momento no sabemos cuál es, en esta situación de los insectos. Las condiciones climáticas pueden disminuir la abundancia de mosquitos pero también puede promoverlas”, afirmó Díaz.
El científico y su equipo harán estudios para detectar cuál o cuáles son las especies de mosquitos que están generando los brotes actuales y qué animales sirven como reservorios del virus, los cuales podrían ser aves o mamíferos.
Al respecto, el Senasa profundizó que trabaja con las cámaras de productos veterinarios y los laboratorios para aumentar la cantidad de vacunas y priorizar el envío de las mismas a las zonas donde existe la presencia de la enfermedad. Proyectan que la semana próxima estén disponibles unas 300 mil dosis, que se sumarán a las aprobadas en los últimos días.
La vacunación era obligatoria en los caballos que se movilizaban en el territorio desde 2005. Pero en septiembre de 2016 el Senasa dictó una resolución por la cual afirmó “la vacunación contra la Encefalomielitis Equina (Este y Oeste) resulta en todos los casos de aplicación facultativa en nuestro país”, es decir, quedó a criterio del veterinario responsable de los animales o del propietario. Se argumentó que la vacunación en animales en movimiento no tenía “sustento epidemiológico suficiente para prevenir el contagio a otros animales susceptibles”.
Cuando se confirmaron los primeros brotes, el organismo público había adoptado medidas a través de la Disposición 363/2023 y se fijó que los organizadores de eventos que concentran caballos debían exigir la vacunación antes del ingreso de los animales, aplicada al menos 15 días antes del movimiento. Como hay demora en la disponibilidad de vacunas (hay solo dos empresas nacionales que la producen y una tercera que la importa), se decidió que ese requisito se pondrá en vigencia en febrero.
El virus que causa la enfermedad ha estado presente en la región de las Américas desde hace mucho tiempo. Fue descrito por primera vez en 1930 en el Valle Central de California, Estados Unidos, y ocho años más tarde se descubrió que no solo afectaba a los caballos sino también a los humanos.
Desde 1933 hasta 1988 hubo diferentes brotes que afectaron a los equinos principalmente. Solo se reportaron 2 casos humanos en 1972 y otros 5 casos en 1983 en la provincia de Río Negro. Una de esas 5 personas falleció. No se han detectado en ninguna otra provincia en la historia de la enfermedad en el país, según contó a Infobae la doctora Marta Contigiani, profesora emérita de la Universidad Nacional de Córdoba. Durante el brote de 1983, se encontró que el virus circulaba a partir de mosquitos de la especie Aedes albifasciatus, que habita en América del Sur.
Qué dicen los expertos sobre el riesgo para los humanos
En paralelo a las acciones del Senasa, el Ministerio de Salud alertó a los hospitales y demás instituciones sanitarias para que puedan identificar a tiempo un caso sospechoso en personas, puesto que la enfermedad puede llegar a transmitirse a los humanos.
Sobre esta posibilidad, Infobae habló con Lorena Spinsanti, profesora e investigadora del Instituto Vanella, que está colaborando con la investigación de los brotes en el país.
“Hubo casos de encefalomielitis en caballos en la década de 1980 en el país, pero no se reportaron casos de personas afectadas en ese momento. Se estima que algunas especies de aves podrían ser reservorios del virus, pero aún no se sabe cuáles. Lo que sí está claro es que hay mosquitos que pueden transmitir el alphavirus. No son de la especie Aedes Aegypti, que transmite el dengue”, explicó.
La experta aseguró que, además de la vacunación en los caballos, las personas deben seguir las medidas que se recomiendan también para evitar las picaduras de mosquitos en el caso del dengue. “Aunque se traten de especies diferentes, se deben prevenir las picaduras”, aclaró.
Se considera como caso sospechoso a toda persona que proceda de zonas con casos confirmados de encefalomielitis equina del Oeste o presencia de equinos enfermos o muertos en los últimos 10 días y que presente fiebre de comienzo brusco, síntoma de que puede estar acompañado de cefalea o mialgias sin afectación de las vías aéreas superiores, sin foco aparente y que presente manifestaciones neurológicas (vómitos, somnolencia, confusión, postración, temblores), meningitis o encefalitis y sin otra etiología definida.
Cómo se deben proteger las personas
Aún no hay disponible una vacuna específica para los humanos contra la encefalomielitis equina. Por eso, la principal medida de prevención para seres humanos es evitar la picadura de mosquitos que pudieran estar infectados con el virus, según la cartera de Salud. Se aconsejaron también estas medidas:
- Se deben eliminar o proteger recipientes y otros objetos que puedan acumular agua dentro de los establecimientos de cría, viviendas y en sus alrededores. Hay que prestar especial atención a los bebederos de caballos.
- Se deben colocar telas mosquiteras en puertas y ventanas de recintos de animales y viviendas.
- Se debe usar ropa de trabajo clara y de manga larga.
- Utilizar espirales en el exterior y pastillas o aerosoles en el interior de las edificaciones.
- Se deben aplicar periódicamente repelentes de insectos con el ingrediente activo DEET mientras se realizan tareas en el exterior o dentro de establecimientos de animales.
- Se debe tener en cuenta que la cantidad de horas entre las aplicaciones del repelente dependerá de la concentración de DEET del producto empleado. Por ejemplo, un producto con 30% de DEET debe ser aplicado cada 6 horas mientras que uno que contiene 10% de DEET debe ser renovado cada 2-3 horas. También pueden utilizarse repelentes que contengan IR3535 o icaridina
- El uso de repelentes con citronella como principio activo tienen un efecto menor que los que contienen DEET. Otros herbales como tinturas de clavo de olor, palo amargo, entre otras, o repelentes ultrasónicos no son efectivos contra la picadura de mosquitos.
En cuanto a la salud de los animales, si se observan cambios de conducta o comportamientos poco habituales en caballos, cualquier persona puede notificarlo al Senasa de Argentina. Se puede concurrir a la oficina más cercana; enviar un Whatsapp al 11 5700 5704; o escribir por correo electrónico o a través del apartado Avisá al Senasa de la página web.