La última etapa del año se caracteriza por ser un momento en el cual se produce una gran cantidad de encuentros sociales, en los cuales las bebidas alcohólicas suelen estar presentes, pero también por ser una instancia a la que se llega con un gran cansancio acumulado. En este sentido, habitualmente se pone énfasis en los efectos que tiene el alcohol al momento de conducir, pero, al mismo tiempo, se tiende a ignorar el impacto que tiene dormir poco o incluso la combinación entre el consumo del alcohol y el sueño insuficiente, propia de esta época.
El sueño es el proceso de recuperación por excelencia que tiene nuestro organismo, tanto a nivel físico, como cognitivo y emocional. Dormir mal puede traer consecuencias en varios ámbitos de la vida cotidiana, siendo una de ellas la probabilidad aumentada de tener accidentes de tránsito. De acuerdo con las estadísticas internacionales, se estima que las alteraciones en el sueño causan el 30% de los accidentes automovilísticos, un porcentaje cercano al estimado para siniestros causados por el consumo de alcohol.
Existen diferentes evidencias sobre el riesgo que conlleva la falta de sueño al momento de conducir. Numerosos estudios han reportado que quienes duermen poco presentan un mayor riesgo de tener accidentes automovilísticos. En términos estadísticos, según un informe de hace pocos años de la AAA Foundation for Traffic Safety, los conductores que tienen entre una y dos horas menos de sueño, considerando que lo recomendado es entre siete y ocho, tienen el doble de probabilidad de tener un accidente. Si la privación involucra entre dos y tres horas menos de sueño, el riesgo se cuadriplica y, si duermen menos de cuatro horas, el riesgo aumenta 11,5% en las probabilidades de sufrir un accidente.
“Las razones para que este riesgo aumente son varias. A nivel cognitivo, un sueño de mala calidad incrementa los tiempos de respuesta y afecta directamente a nuestra atención y concentración, dos funciones que son claves para el manejo. A ello, se suma que la falta de sueño está vinculada con una mayor somnolencia diurna, lo que aumenta la probabilidad de quedarnos dormidos durante la vigilia”, explicó el doctor Pablo López (MN 36163), psicólogo y coordinador del Programa de Tratamiento del Insomnio de INECO.
Asimismo, el doctor López, quien además se desempeña como director académico de Fundación INECO afirmó: “Si la falta de sueño se sostiene durante varios días, la afectación motora también empieza a jugar su rol, traduciéndose en una dificultad en la coordinación de los movimientos”.
En esta época del año, con el fin de minimizar el riesgo de tener accidentes por somnolencia, las recomendaciones que brinda el profesional de INECO y Fundación INECO es no conducir si se dan alguna de las siguientes condiciones:
- Estar despierto durante al menos 20 horas.
- Dormir menos de seis horas en las últimas 24 horas.
- No estar acostumbrado a la conducción nocturna.
Por otra parte, en caso de que una persona esté conduciendo y sienta somnolencia, el doctor López compartió una serie de ejercicios sencillos que podrían ayudar a mantener el nivel de alerta: