El Ministerio de Sanidad y el Hospital Ichilov de Tel Aviv, Israel, informó que los 11 israelíes rehenes de Hamas liberados el lunes, se encuentran en estables y se han reunido con sus familias.
La evaluación médica reveló diversos trastornos, entre ellos problemas ortopédicos y cuestiones nutricionales, según consignó la doctora Ronit Lubetzky en una conferencia de prensa dada en el hospital. “Es una noche emocionante y compleja al mismo tiempo”, dijo el doctor Ram Sagi, del Ministerio de Sanidad. “El Hospital Ichilov estaba preparado y listo para recibir a las mujeres y los niños, y aquí volvieron a reunirse con sus familias: recibirán el tratamiento médico y psicológico que necesiten”.
Miguel Glatstein tiene de 50 años, y es un médico argentino recibido en la Universidad de Buenos Aires que, además de ser reservista del ejército israelí, trabaja en la emergencia pediátrica y en el departamento de Toxicología del Hospital Ichilov de Tel Aviv. El feroz ataque del 7 de octubre del grupo terrorista islámico Hamas lo encontró en la guardia, donde llegaron las dos primeras víctimas: dos niños con esquirlas en sus cabezas.
“Eran las nueve de la noche, yo estaba de guardia y, de repente, sin que llegara ninguna ambulancia ni nada, entran dos personas con dos chicos en upa”, relató. Se trataba de dos hermanitos, uno de 8 años con una herida en la cabeza y otro de 4 con intoxicación de monóxido de carbono, que vivían en el kibutz Be’eri, pegado a la Franja de Gaza.
“Los chicos me contaron toda la historia. Me relataron que llegaron los terroristas, que incendiaron la casa, que el padre empezó a sacarlos por la ventana, cuando uno de ellos lo mató con un tiro en la cabeza, como así también a su hermanita de 6 meses”, describió Glatstein, quien le pidió a dos de sus tres hijos -Ariel, de 10 e Itai, de 14-, que fueran al hospital, para acompañarlos.
- Luego de ese primer episodio y tras casi 60 días de ser rehenes de Hamas, ¿cómo fue recibir a esos niños liberados y reunirlos con sus padres?
“Primero, fue muy emocionante”, respondió Glatstein a Infobae. “El hospital ya estaba preparado para que haya un lugar calmo para los chicos, para estar con la familia, sin prensa. Estaba preparado también para que no haya muchos médicos, y que especialmente sean doctoras quienes los recibieran, porque con Hamás todo el tiempo veían hombres. También estaban esperándolos los profesionales del área psicológica y social, porque sabían que iban a venir con problemas emocionales muy muy graves, consecuencias de todo lo que pasaron en estos casi 60 días”.
El doctor destacó los inevitables problemas emocionales de estos niños: “No hay que olvidarse que fueron raptados junto a otros familiares y no todos volvieron. Ellos, el mismo 7 de octubre, también vieron cómo mataban a familiares, como incendiaban la casa, cómo les disparaban a gente civil. Ellos fueron testigos de todo y quizás en un futuro puedan verse las consecuencias. Va a ver que estar muy preparados para todos los altibajos que se pueden originar”.
En cuanto al estado de salud de los niños, el médico afirmó que en general es bueno, “pero tienen una pérdida de peso muy importante. El estado nutricional no es bueno, les daban de comer muy mal y dormían muy mal”.
El doctor explicó que no quiere preguntar nada a los niños para no causarles más problemas, pero por lo que ellos cuentan: “No comían nada. Tal vez un poco de pan y arroz, no tengo la información perfecta. Pero esto es lo que dicen los chicos”, añadió.
La doctora Lubetzky además de detallar el estado de salud de los niños liberados, reveló el primer deseo de una niña: “Pidió empanadas”. Y en el hospital cumplieron rápidamente su requerimiento. La médica también contó que otros hermanitos solicitaron yogur con granola y uvas.
“Hay muchos chicos que tienen familiares argentinos, entonces lo primero que pidieron fueron empanadas porque extrañaban la comida rica, típica de Argentina”, describió Glatstein.
Sin embargo, la alimentación por ahora debe ser muy pautada y gradual. Explicó el doctor: “Hay médicos nutricionistas que se dedican a esto y los van alimentando de a poco porque el cuerpo no puede comer en grandes cantidades luego de estos meses y también pueden traerles complicaciones”. La doctora Lubetzky, por su parte, indicó en la conferencia de prensa en el hospital que “cada niño recibirá un complemento nutricional según la evaluación que apruebe”.
El estado emocional
Glatstein describió el terror al que fueron sometidos esos niños durante casi 60 días: “Estuvieron dentro de una habitación, subterráneos, sin aire libre, sin jugar. A cualquiera lo podría volver loco esta situación. Imagínese a un chico”, resaltó.
“No sabemos bien lo que le hicieron a los niños cuando estaban raptados. Hubo casos en los que les ponían la pistola en la cabeza o que les mostraban videos del Hamas cuando mataban a sus familiares. O sea, hay muchas cosas que no sabemos. Esto es una guerra psicológica planeada por Hamas para traer terror al pueblo de Israel. Toda una guerra psicológica que quizás usted y yo no podemos entender porque no está en nuestra mente esa maldad”.
- Luego de vivir esta experiencia tan traumática, ¿cuál es el pronóstico para estos niños en su salud mental?
Glatstein respondió: “Yo soy médico, toxicólogo y de emergencia. No soy psiquiatra, pero seguramente será necesarias una ayuda psicológica y social muy importantes. Hay muchos chicos que no tienen padres o murieron los abuelos, los tíos, los primos. Ya hay, por ejemplo, gente joven que estuvo en la fiesta electrónica del 7 de octubre, que están llegando al hospital con depresión, con estrés postraumático, con un trauma muy grave. Yo como toxicólogo también atiendo a mucha gente que se quiere suicidar, así que seguramente tendré mucho trabajo después de esta guerra”.
Además, contó el médico, los niños pasaron hasta el último día por una última violencia psicológica por parte del grupo terrorista: “Cuando los hicieron sufrir con esa actuación del Hamas haciéndolos pasar entre coches, filmándolos como si fuese una película”.
Sin embargo, al ver a muchos con una sonrisa en los labios luego de una tan experiencia atroz, pareciera que estos niños han podido resistir con total entereza. ¿Puede ser así? Ante esta última pregunta de Infobae, el doctor Glatstein respondió: “A veces el ser humano tiene una fortaleza que uno no puede alcanzar a entender”.