(HealthDay News) -- Las vacunas contra la COVID salvaron la vida y la salud de innumerables bebés al prevenir sus nacimientos prematuros, muestra un estudio reciente.
La COVID-19 provocó inicialmente un aumento alarmante en las tasas de nacimientos prematuros, pero volvieron a los niveles anteriores a la pandemia tras la introducción de las vacunas, encontraron los investigadores.
Estos hallazgos deberían ayudar a disipar las dudas sobre las vacunas entre las mujeres embarazadas, dijo la investigadora Jenna Nobles, profesora de sociología de la Universidad de Wisconsin-Madison. ”Los resultados aquí son una evidencia convincente de que lo que realmente dañará al feto es no vacunarse. Ese es un mensaje que los profesionales pueden compartir con los pacientes preocupados”, planteó Nobles en un comunicado de prensa de la universidad.
El virus de la COVID pone en peligro los embarazos al provocar inflamación y respuestas inmunitarias que pueden dañar la placenta, entre otros efectos potencialmente dañinos, explicaron los investigadores en las notas de respaldo.
En este estudio, Nobles y sus colaboradores analizaron los registros de nacimiento de California de casi 40 millones de personas, desde los primeros días de la pandemia hasta la introducción de las vacunas contra la COVID.
Los investigadores encontraron que a medida que el virus se propagaba entre julio y noviembre de 2020, la probabilidad de que una futura madre infectada con COVID en California diera a luz más de tres semanas antes de su fecha de parto era 5.4 puntos porcentuales más alta de lo previsto: un 12.3 por ciento en lugar de un 6.9 por ciento.
Pero el exceso de riesgo de parto prematuro se redujo ligeramente a principios de 2021 y luego se redujo de forma abrupta en 2022, encontraron los investigadores. En ese momento, la infección materna por COVID durante el embarazo no causó un riesgo excesivo de parto prematuro. Al dividir geográficamente los registros de nacimiento, los investigadores determinaron que las vacunas contribuían a esa disminución.
"En los códigos postales con las tasas de vacunación más altas, el exceso de riesgo de parto prematuro se reduce mucho más rápido", dijo Nobles. "Para el verano de 2021, tener COVID-19 durante el embarazo no tuvo ningún efecto sobre el riesgo de parto prematuro en estas comunidades. Se necesita casi un año más para que eso suceda en los códigos postales con la menor aceptación de la vacuna".
“Eso resalta lo protectoras que han sido las vacunas contra la COVID”, añadió Nobles. “Al aumentar la inmunidad más rápido, la aceptación temprana de la vacunación probablemente evitó miles de nacimientos prematuros en los EE. UU.”. Los hallazgos se publicaron en la edición del 27 de noviembre de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
El parto prematuro es uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad infantil, y también se asocia con una serie de problemas de salud a corto y largo plazo para los niños. Nacer incluso unas pocas semanas antes de tiempo reduce el logro educativo, la salud y los ahorros esperados de un niño en la adultez, anotaron los investigadores.
"Esta sigue siendo una epidemia en evolución, y la tasa de refuerzos de la vacuna entre las personas embarazadas en este momento es muy baja", dijo Nobles. "La pregunta es, ¿cuántas iteraciones más de la evolución viral necesita esto para escapar de la inmunidad que tenemos? Es milagroso e increíble que ahora hayamos bajado esencialmente a cero nacimientos prematuros adicionales, pero no indica que vaya a ser así a perpetuidad".
Más información
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) ofrecen más información sobre cómo el COVID-19 afecta el embarazo.
FUENTE: Universidad de Wisconsin-Madison, comunicado de prensa, 27 de noviembre de 2023
* Dennis Thompson HealthDay Reporters ©The New York Times 2023