Las consecuencias en la salud mental de la crisis sanitaria por el COVID que enfrentó el mundo ya son innegables. Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud en 2022, “durante el primer año de la pandemia de COVID-19 la prevalencia de la ansiedad y la depresión ha aumentado drásticamente (un 25%) en todo el mundo”. “La preocupación provocada por un posible repunte de los trastornos de salud mental ya llevó al 90% de los países encuestados a incluir la atención a la salud mental y el apoyo psicosocial en sus planes de respuesta”, resumía el máximo ente sanitario internacional.
Asimismo, desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Director del organismo, doctor Jarbas Barbosa, instó “a garantizar que la salud mental ocupe un lugar prioritario en la agenda política y se integre en todos los sectores y políticas, con el fin de abordar el agravamiento de la salud mental en las Américas tras la pandemia”.
“A pesar del alto nivel de problemas de salud mental en la región, la gran mayoría de quienes padecen una condición no reciben la atención que necesitan. En 2020, más del 80% de las personas con una enfermedad mental grave, incluida la psicosis, no recibieron tratamiento”, afirmó el titular de la OPS en un comunicado. Y agregó: “Esta falta de acceso a la atención se debe a diversos factores previos a la pandemia”.
Ante esta realidad, el presidente del Rotary International, Gordon Mc Inally, de visita en Buenos Aires, analizó la problemática en diálogo con Infobae, y destacó que desde la organización promueven el lema “Crea esperanza en el mundo”, que se realizará durante su gestión 2023-2024. De este modo, según explicó, buscan reflejar un compromiso global con la ayuda humanitaria, la salud mental y el bienestar comunitario, para lo cual resaltó las 3 estrategias que impulsan para alcanzar el bienestar.
Creada hace 118 años bajo la dirección de Paul Harris, Rotary cuenta con una membresía de 1.400.000 socios y trabaja incansablemente en todas sus áreas de interés: fomento de la paz, prevención y tratamiento de enfermedades, suministro de agua potable, salud materno-infantil, promoción de la educación, desarrollo de las economías locales y protección del medio ambiente.
Este año lo hace bajo el lema “Crea esperanza en el mundo y el mundo dará cuenta de ello”, elegido por el presidente Gordon McInally, quien está de visita en Buenos Aires.
Con amplia trayectoria en trabajo humanitario en distintas partes del mundo, McInally es de nacionalidad escocesa, odontólogo y licenciado en cirugía dental de profesión, está asociado al Club Rotario de South Queensferry (Escocia). Se afilió a Rotary en 1984 a la edad de 26 años, sirviendo a la institución en diferentes cargos.
En el marco de su estadía en Argentina, McInally, que vino acompañado por su esposa Heather, recorrió distintos proyectos y obras que desarrollan los clubes rotarios y en una entrevista exclusiva a Infobae explicó los principios básicos de su gestión.
La impronta elegida para su trabajo, que se extenderá por el período 2023 - 2024, es la preocupación por la recuperación de la salud mental, las conexiones personales, el bienestar mental y emocional, como así también el efecto de la atención y el tratamiento preventivo que salvan vidas. Además de la ayuda a las personas para sobrellevar las dificultades emocionales que acarrean luego de atravesar la pandemia de COVID-19.
McInally impulsa a sus líderes a trabajar por clubes diversos, equitativos e inclusivos, donde los valores y principios rotarios sean el común denominador que fomente el compañerismo, la amistad, y el servicio: “Dar de sí sin pensar en sí”.
Durante este período, Rotary se centrará en tres iniciativas orientadas a crear esperanza en el mundo: priorizar la salud mental, construir la paz a través de intercambios virtuales y empoderar a las niñas. ¿Por qué se eligieron esos objetivos y cual son las acciones que se llevarán a cabo?
McInally respondió: “Este año estamos poniendo un foco especial en la salud mental reconociendo los efectos de la pandemia en nuestra gente, sobre todo de los jóvenes. Lo que queremos hacer es eliminar ese estigma que significan los problemas de salud mental y tratar de que la gente que los padece encuentre su lugar, su tratamiento y apoyarlos para que logren su desarrollo personal”.
El presidente destacó: “Todos hablamos libremente acerca de nuestros problemas físicos de salud, a veces demasiado, pero los trastornos de salud mental permanecen en la oscuridad y no somos capaces de expresarlos y esa es la base para poder mejorar”.
En cuanto a la segunda iniciativa, McInally señaló que la paz está en el ADN de Rotary. “Hemos estado trabajando en la paz desde casi los inicios de nuestra existencia como organización, pero el foco en este momento es el reconocimiento de lo aprendido durante la pandemia, el hecho de que podemos conectarnos virtualmente. Entonces tratamos de lograr que la gente en el mundo se conecte virtualmente para reconocer que somos la misma gente en todas partes del mundo. Aprendiendo a través de nuestras culturas, de nuestras formas de vivir, de nuestras tradiciones y las de los otros logramos entender que somos todos iguales. Soy un convencido de que en lo profundo de cada uno todos deseamos lo mismo en este mundo: es hacer de él un lugar más pacífico ahora y para las generaciones”.
El doctor McInally explicó la tercera iniciativa: “Hay un gran potencial en la mujer y en las niñas y en algunas partes del mundo esto no está reconocido, por lo tanto es muy importante lograrlo, sobre todo en el mundo en desarrollo poner en acción esa potencialidad”.
En ese sentido, se ha creado un Grupo de Acción de Iniciativas de Salud Mental. McInally describió cómo actúa: “Es la clave de la acción que Rotary quiere hacer sobre este tema. Mi grupo reúne profesionales que tienen especial experiencia en lidiar con estos problemas de salud mental y gente que tiene especial interés en ellos. Tenemos una perspectiva única de estos trastornos en todo el mundo. Nos damos cuenta de que los desafíos que representa la salud mental en mi país, Escocia, o en Argentina, son distintos, y a su vez diferentes a los Australia, India o Sudáfrica. Entonces, el grupo de acción lo que busca son formas de actuar en los distintos países con sus propias perspectivas sobre salud mental”.
A pesar de que estuvo poco tiempo en la Argentina, el presidente de Rotary está maravillado sobre las formas en las que distintas regiones del país están trabajando en el tema de salud mental. Y está muy agradecido por lo que están haciendo.
McInally es también patrono de la organización sin fines de lucro Hope and Homes for Children, con sede en el Reino Unido, y dirigió una alianza entre esa organización y Rotary para apoyar a los niños de Ruanda, que habían quedado huérfanos como consecuencia del genocidio de ese país. Y además, es dirigente de Trade-Aid, entidad que proporciona ayuda humanitaria sostenible a personas, familias y empresas de los países en desarrollo.
Entre los principios de Rotary se destacan los actos de bondad como una forma de contribuir al bienestar y ser más resilientes.
McInally explicó por qué. “Ha sido probado por distintos estudios sobre los de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, que hacer actos de bondad ayuda a mejorar la calidad de vida y la salud mental de las personas - detalló-. Entonces creemos que siendo parte de Rotary el hacerlos nos van a permitir, además de sentirnos mejor, favorecer la vida de los demás. Es importante destacar el valor de cuidarnos nosotros y como líder de un millón 400 mil rotarios reconocer que hay un grupo de unas 70.000 personas dentro de Rotary que necesitan ese apoyo en salud mental. Rotary es un espacio seguro donde la gente puede compartir sus experiencias y sus problemas”.
Además, McInally se desempeña como embajador de Bipolar UK, una organización de salud mental: “La bipolaridad un trastorno diagnosticable. Hemos hecho en en el Reino Unido e Irlanda un club dedicado especialmente este trastorno con gente lo padece o posee familiares con esta afección. Eso genera una red de contención a través de todo el Reino Unido e Irlanda”.
Uno de los problemas graves de la bipolaridad es que lleva mucho tiempo en lograr una buen diagnóstico manifestó McInally: “La gente que tiene el trastorno de bipolaridad posee una tasa mucho más alta de suicidio que las demás personas. Entonces, toda la red de Rotary está dispuesta a ayudar en el abordaje de esta problemática”.
McInally, además de sus múltiples tareas, practica el stick dressing, el arte de fabricar bastones, una tradición en la parte de Escocia donde él reside, que es su forma de lograr bienestar. “Se trata de tallar bastones para caminar o para uso de los pastores, y están realizados en distintos materiales: madera, cuernos de carnero, de vaca. Como todo arte o artesanía es terapéutico. Permite concentrar tu mente en la obra de arte en particular que estás haciendo, es tan simple como eso”.
Finalmente, McInally explicó: “Más que hablar de salud mental la idea es buscar el bienestar mental, es reconocer que todos estamos expuestos a un estrés importante por temas económicos, familiares, laborales y que uno debe encontrar el momento y la serenidad para bajar los niveles de estrés. Mejor prevenir que curar.”