La pandemia de coronavirus aún no terminó, aunque la mayoría de la población vislumbre al COVID-19 como un recuerdo del pasado. El virus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad de COVID-19 continúa circulando en la mayoría de las regiones del mundo y aún puede desencadenar infecciones graves y hospitalizaciones, en especial en los grupos vulnerables, como personas con comorbilidades o inmunocompromiso.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la emergencia de salud pública internacional en mayo de este año, advierte que las nuevas subvariantes del COVID-19 mantienen la capacidad de contagio, y ponen en riesgo especialmente a mayores de 50 años, gestantes y personas con enfermedades preexistentes.
Ante ese escenario, las mejores herramientas sanitarias para reducir las formas severas de la enfermedad y la probabilidad de hospitalización, siguen siendo las vacunas.
A casi cuatro años de la identificación por primera vez del SARS-CoV-2 en el mercado de Wuhan, China, en este tiempo se salvaron millones de vidas en el mundo gracias a la inmunización. Sin embargo, muchas veces las vacunas son víctimas de su propio éxito, al disminuir las muertes y las internaciones, la percepción de riesgo disminuye y esto hace que las poblaciones se vacunen con menos frecuencia.
Argentina no es la excepción a este situación de disminución de las tasas de inmunización contra el COVID que se observa en el resto del globo. ¿Cuál es hoy el comportamiento de los argentinos frente a la vacunación? Para responder a este interrogante, Infobae accedió en exclusiva a un anticipo del informe elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) que analiza el status de los mayores de 40 años respecto a la inmunización COVID en el país.
Según los resultados del relevamiento, si bien la mayoría de la población reconoce a las vacunas como una herramienta de protección contra la infección por coronavirus, cerca del 75% de los mayores de 40 años hace más de 6 meses que no se acerca a un vacunatorio para recibir una dosis de refuerzo.
Los resultados generales de la investigación que desarrolló el equipo de la UCA en colaboración con Laboratorios Raffo, serán presentados el próximo jueves por el doctor Agustín Salvia, director de investigación del ODSA, y la doctora Solange Rodríguez Espínola, coordinadora del Programa Capital Humano y Bienestar del ODSA.
Aquí un repaso de los cuatro puntos más destacados:
- Más de la mitad de los encuestados considera efectiva la vacunación como medida protectora contra la enfermedad de COVID-19.
- Tres de cada cuatro personas de 40 años o más, no se aplica una dosis de refuerzo hace al menos 6 meses.
- Los principales motivos para vacunarse son la protección de personas cercanas, seguir el ejemplo de los demás y evitar un cuadro grave de COVID-19.
- Los principales motivos para no vacunarse incluyen el miedo a los efectos secundarios, la desconfianza en el proceso de elaboración de las vacunas y la creencia de que la vacuna puede causar enfermedades graves.
A fines de septiembre, el Ministerio de Salud de la Nación advirtió que 10 millones de argentinos mayores de 50 años debían volver a vacunarse contra el COVID, pero no habían recibido su dosis de refuerzo.
¿Quiénes y cuándo deben vacunarse contra el COVID?
Es importante que todas las personas a partir de los 6 meses de edad cuenten con el esquema primario de dos dosis, y al menos un refuerzo aplicado en los últimos 6 meses, según las recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación. Estos refuerzos son necesarios para sostener la protección y prevenir el desarrollo de formas graves de la enfermedad
Las vacunas contra el COVID se encuentran disponibles en los vacunatorios, centros de salud y hospitales públicos de todo el país. En cada jurisdicción se debe consultar el lugar más cercano.
- Grupos de alto riesgo de enfermedad grave
Los mayores de 50 años, personas con inmunocompromiso y embarazadas deben aplicarse una dosis de refuerzo contra el COVID a los 6 meses de la última dosis (independiente del número de refuerzos) y continuar con esta periodicidad.
- Grupos de riesgo medio de enfermedad grave
Los menores de 50 años con comorbilidades no inmunosupresoras (enfermedades crónicas y obesidad), el personal de salud y personal estratégico deben recibir una dosis de refuerzo a los 6 meses y continuar con refuerzo anual.
- Grupos de riesgo bajo de formas graves de la infección
Los menores de 50 años sin comorbilidades deben recibir una dosis de refuerzo anual.