El 75% de las personas que padecen EPOC desconoce su diagnóstico

En el día mundial de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, preocupan las cifras de una patología que es la tercera causa de muerte a nivel mundial. De qué manera la detección temprana mejora el pronóstico

Síntomas como la fatiga al hacer ejercicio pueden ser pasados por alto en personas fumadoras y ser la primera señal de EPOC (Getty)

Entre el 10 y el 15% de la población mundial mayor de 40 años padece enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y con un subdiagnóstico de alrededor del 75%, según los estudios epidemiológicos a gran escala que se han publicado tanto a nivel mundial, como los realizados en Latinoamérica y en la Argentina.

Esto significa que de 100 personas que padecen EPOC, 75 no lo saben y no reciben el tratamiento adecuado.

Se trata de una afección pulmonar heterogénea caracterizada por síntomas respiratorios crónicos (disnea, tos, producción de esputo) debido a anomalías de las vías respiratorias (bronquitis, bronquiolitis) y/o alvéolos (enfisema) que causan síntomas persistentes, a menudo progresivos y obstrucción del flujo de aire.

Es importante destacar que se trata de una enfermedad en muchos casos prevenible y en todos los casos tratable. Y si se tiene en cuenta que se trata de la tercera causa de muerte en el mundo, y que el gasto de la atención en la Argentina de los alrededor de tres millones de pacientes podría alcanzar hasta el 6% del presupuesto total en salud en Europa, la prevención de esta condición cobra un valor preponderante.

Cuáles son los síntomas que no se deben pasar por alto

La tos es uno de los síntomas más comunes de EPOC que muchas veces no son tenidos en cuenta (Imagen ilustrativa Infobae)

Los síntomas que principalmente experimentan los enfermos son: falta de aire (disnea), la cual principalmente comienza durante la actividad física y termina por limitar las actividades diarias de estos individuos; tos crónica; mucosidad pulmonar abundante (esputo).

Además, aunque se observa con cierta frecuencia, un sonido de silbido al respirar (sibilancias); opresión del pecho; infecciones respiratorias frecuentes; falta de energía; pérdida de peso involuntaria (en etapas posteriores); hinchazón en tobillos, pies o piernas etc.

Debido a que la enfermedad se relaciona en la mayoría de los casos con el tabaquismo, la presencia de algunos síntomas son pasados por alto por algunas personas, creyéndolos “normales” en un fumador o ex fumador, cuando en realidad son las primeras señales de alarma del EPOC.

Al diagnóstico se arriba mediante un estudio sencillo y no invasivo llamado espirometría, que está disponible en el consultorio del médico, y aporta información el acto para confirmar el diagnóstico.

La importancia del tratamiento temprano para mejorar la calidad de vida

El diagnóstico temprano mejora la calidad de vida y reduce el riesgo de mortalidad (Getty)

Es importante destacar que dos tercios de los pacientes que padecen EPOC presentan formas de moderadas a severas por lo que la mayoría requiere tratamiento.

El tratamiento busca mejorar los síntomas y evitar las exacerbaciones de la enfermedad que son episodios de empeoramiento que deterioran aún más la calidad de vida del enfermo y aumentan la mortalidad.

El tratamiento es principalmente inhalatorio, con broncodilatadores de distintos mecanismos y antiinflamatorios esteroideos.

Hoy disponemos de dispositivos que aportan ambos broncodilatadores y antiinflamatorios en una misma inhalación, demostrando que mejoran los síntomas, la cantidad y la severidad de exacerbaciones al año e incluso que comienzan a mostrar mejoría de la mortalidad.

A esto se le debe sumar la implementación de hábitos de vida saludable, abandonar el hábito de fumar, hacer ejercicio, una alimentación sana, cumplir con la vacunación contra el COVID, la antineumocócica y la antigripal.

Los estudios demuestran que los pacientes con EPOC tienen en general una evolución estable con episodios de empeoramiento de los síntomas (exacerbaciones), lo cual divide las aguas entre pacientes que tienen mejor o peor pronóstico de mortalidad. Y en este punto, el diagnóstico temprano y tratamiento oportuno es lo que marca la diferencia.

Evitar el tabaquismo, la medida de prevención más importante

La EPOC es la tercera causa de muerte en el mundo (Getty)

Si bien hace unos años se asociaba la EPOC al hábito de fumar como factor de riesgo determinante, hoy se sabe que existe una combinación de factores entre los que se encuentran los genéticos, de desarrollo pulmonar, infeccioso (pacientes que tuvieron tuberculosis pueden desarrollar la enfermedad) y ambientales.

Entre las causas ambientales figura el tabaquismo, pero también la quema de biomasa (leña, carbón), que en algunos países es la causa del 80% de los casos.

Así las cosas, las cifras indican que en el mundo, el 50% de los pacientes con EPOC son o han sido tabaquistas, por lo que evitar el hábito tabáquico tendría un impacto muy importante en la prevención de la enfermedad.

Además, recientes estudios dan cuenta de que cuanto más tempranamente una persona comienza a fumar, más posibilidades tiene de desarrollar EPOC, de allí que el foco debe estar puesto en evitar el tabaquismo a edades cada vez más jóvenes, como viene ocurriendo, medida que podría bajar drásticamente la prevalencia de la enfermedad.

En paralelo, existen oportunidades de prevención en cada una de las causas de la enfermedad, como lo es el diagnóstico temprano de las anomalías genéticas, el adecuado control de embarazo y la salud prenatal que evita partos prematuros, el diagnóstico temprano y oportuno de las infecciones pulmonares, el adecuado tratamiento del asma, y -como se dijo- por sobre todo la exposición a humos, principalmente acentuando la lucha contra el hábito de fumar.

* El doctor Sebastián Baquero es médico especialista en Neumonología (MN 101.611). Jefe de Servicio de Neumonología del Sanatorio de la Trinidad de Palermo.