Más de 1 de cada 10 bebés nace antes de término, aseguró la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último informe, una cifra que se refrenda en la Argentina y que deja en evidencia la gravedad de esta situación. Es por este motivo que, del 13 al 17 de noviembre en que se conmemora la Semana de la Prematurez, es un momento ideal para concientizar sobre la prevención y la atención precoz e integral de los bebés que nacen antes de término, una condición que representa la principal causa de ingreso a las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales.
Se considera prematuro a un bebé nacido vivo antes de que se hayan completado 37 semanas de embarazo, las categorías sobre esta condición se basan en la edad gestacional: prematuro extremo (menos de 28 semanas), muy prematuro (28 a 32) y prematuro entre moderado y tardío (32 a 37).
Los prematuros tardíos, para ser más específicos, son aquellos que nacen entre las semanas 34 y 36.6 de gestación. Además, éstos representan cerca del 80% del total de recién nacidos prematuros y entre el 25 y 30% de las internaciones en Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales.
La tasa de mortalidad entre los pequeños nacidos antes de tiempo es de alrededor de 8 por cada 1000 y está asociada, fundamentalmente, a las posibilidades de recibir a tiempo los cuidados necesarios, como son la regulación de la temperatura corporal (con incubadora), la administración de medicación, el soporte ventilatorio y nutricional -con leche materna ni bien sea posible- y contacto piel a piel con la madre cuanto antes.
Lo cierto es que no solo los prematuros extremos requieren cuidados intensivos, ya que hasta un 30% de los niños nacidos entre las semanas 32 y 37 de gestación son considerados prematuros “tardíos”.
Los denominados como tardíos son considerados como los “grandes simuladores” porque -aunque se los consideraba “cuasi a término”- presentan un grado de inmadurez que puede requerir controles preventivos de complicaciones como, entre otras, mal progreso de peso, succión débil, mala regulación de la temperatura corporal, bilirrubina elevada y apneas, daño neurológico, auditivos, visuales y problemas madurativos con consecuencias en el futuro, incluyendo problemas de aprendizaje, fracaso escolar, problemas de conducta y dificultades para la integración social.
Factores de riesgo: la importancia de evitar los partos prematuros
La doctora Carmen Vecchiarelli, médica pediatra neonatóloga, Subjefa del Servicio de Neonatología del Sanatorio Otamendi, enumeró los factores de riesgo para la prematurez y señaló que, entre otros, son: “Haber tenido un embarazo prematuro previo, enfermedades maternas como diabetes, hipertensión arterial, problemas a nivel placentario, restricción del crecimiento intrauterino, embarazo múltiple, el embarazo adolescente y el consumo de tabaco y drogas”.
La prevención del parto prematuro es fundamental y para ello están los controles prenatales, durante los cuales se pueden tomar las medidas necesarias en pos de este objetivo. La OMS recomienda, específicamente, un mínimo de 8 citas con profesionales de la salud durante el embarazo.
El abordaje de esta problemática debe ser transversal, haciendo hincapié en la educación sobre el cuidado de la salud desde edades tempranas, con información acerca de la prevención del embarazo adolescente y de enfermedades de transmisión sexual, y la planificación familiar.
La importancia de la nutrición en los prematuros
Sobre la importancia de la nutrición en los prematuros, Vecchiarelli indicó que “en la última década, la nutrición ha tomado un rol vital en el abordaje del bebé prematuro. Múltiples estudios han demostrado que administrar el soporte nutricional adecuado en el momento preciso, y en especial durante las primeras dos semanas de vida, se asocia al favorecimiento de un aumento de la masa cerebral y cerebelo, con mejor neurodesarrollo a largo plazo”
La lactancia materna es posible siempre, aunque los prematuros extremos tienen dificultades en la oralidad y puede resultar más compleja. Las estrategias de promoción de la lactancia desde los primeros días de vida y sostenidas a lo largo del primer año suelen ser exitosas. La presencia de la madre junto al niño y la posibilidad de acercamiento permanente favorecen notablemente el resultado.
Brindar leche materna, siempre que sea posible, desde el primer día es un estímulo nutricional, pero también neuroendócrino para el intestino en desarrollo, y promueve la conformación de la microbiota, que -como el parto prematuro muy probablemente haya sido por cesárea y no natural- la colonización de bacterias benéficas como bifidobacterias y lactobacilos no comenzó de manera óptima.
En ocasiones, los procesos de internaciones prolongadas y las complicaciones mismas del niño, sumado al agotamiento materno pueden dificultar la lactancia exclusiva, siendo el gran objetivo fomentarla, apoyarla y sostenerla; para eso, deben tomarse medidas desde las áreas de perinatología como el ingreso irrestricto de la familia y la madre para el acompañamiento y la extracción de leche, establecer salas de extracción con equipos adecuados, lactarios y bancos de leche, y especialistas que brinden apoyo interdisciplinario y psicológico a esas madres.
Si, por algún motivo, el requerimiento calórico proteico del neonato a través de la leche materna no es suficiente, pueden usarse fortificadores de leche materna o recurrir a fórmulas especiales para prematuros, que brindan el aporte formulado y adecuado de nutrientes para su potencial de crecimiento y desarrollo. Estas fórmulas especiales diseñadas específicamente para los requerimientos nutricionales de esta condición cuentan con un cobertura en nuestro país que está garantizada al 100% por la ley N° 27.305.
Es que, a partir de la evidencia científica disponible, las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud del año 2022 recomiendan la administración de leches de fórmula, tanto para bebés prematuros como aquellos con bajo peso al nacer. Diversos estudios sugieren que la administración de las fórmulas especialmente diseñadas para sus necesidades nutricionales aumentaría la incorporación de nutrientes, su crecimiento y desarrollo neurológico.
Esta ley debiera garantizar el acceso a la fórmula, tanto en el sector público como en el privado, en internación o externación del prematuro, y durante el tiempo que el profesional de la salud y el niño lo requiera y considere necesario, siempre con la adecuada presentación de la historia clínica y receta médica. Es muy importante que las familias lo sepan, para hacer valer su derecho a garantizar la mejor opción nutricional para sus hijos.
La importancia del nacimiento de los bebés prematuros
“Es muy importante que el nacimiento de un bebé prematuro se dé en un establecimiento que cuente con la complejidad adecuada para brindar los cuidados que éste requerirá, en términos de equipamiento y formación de los profesionales de la salud”, aseguró Vecchiarelli.
Es por este motivo que se requieren políticas públicas y privadas orientadas a desarrollar un sistema de regionalización para la atención de embarazos de alto riesgo y el abordaje precoz e integral del recién nacido prematuro en centros de alta complejidad. Son necesarios, además, recursos humanos cada vez más especializados, con formación continua y de calidad, donde se adquiera la capacidad de abordar en forma interdisciplinaria a cada niño para atender las complicaciones que pueda presentar.
En ocasiones, inclusive durante la internación, algunos niños requieren el inicio inmediato de terapias complementarias como kinesiología, fonoaudiología, nutrición o estimulación temprana, por lo que el equipo de profesionales cuidando la salud y el desarrollo del niño o niña es amplio y multidisciplinario.
Los equipos que atendemos en las Unidades de Terapia Intensiva de Neonatología estamos preparados para hacerlo. Reconocemos lo difícil que puede ser esta situación para los padres y su entorno, pero en esta semana de concientización, nuestro mensaje para ellos es que tengan tranquilidad, paciencia, confianza y la seguridad de que el bebé estará bien cuidado.
* Dr. Andrés Schenquer, médico pediatra neonatólogo del Hospital de Niños ‘O. Alassia’ de Santa Fe y del Hospital de Niños ‘San Roque’ de Paraná.