En la Argentina, hay personas que tienen la cobertura de la atención médica a través de la medicina prepaga o de obras sociales pero encuentran dificultades para conseguir turnos para resolver problemas que van, entre otros, desde las alteraciones posturales o cuadros dolorosos de la espalda a las afecciones en la visión.
También durante la pandemia crecieron los casos de ansiedad, depresión, y otros cuadros. Con la infección por SARS-CoV-2 hay personas que sufren el problema de los acúfenos en la audición o notaron que tenían sordera cuando se usó el barbijo.
Muchas personas quieren consultar por esos síntomas, pero enfrentan obstáculos para ser atendidos en los consultorios del sector de las prepagas y privadas.
Hoy 6 millones de argentinos abonan la cobertura de prepagas. Doce millones tienen obras sociales sindicales. En tanto, 5 millones cuentan con la obra social pública del PAMI y otros 7 millones con obras sociales provinciales. El resto recibe atención en centros de salud y hospitales del sector público.
Los motivos de las demoras en el acceso a los turnos de las consultas y a las prácticas con profesionales de la salud son varios, según expresaron diferentes especialistas a Infobae.
Juan Manuel Ibarguren, secretario general de la Cámara de Medicina Oftalmológica, que agrupa a las clínicas de oftalmología de la Argentina, explicó las razones por las que hay barreras en la atención con los oculistas.
“La situación de la atención en oftalmología en la Argentina es crítica hoy. En los tratamientos con cirugías, los costos de los insumos importados son muy altos por cuestiones del valor del dólar. A esto se suma que hay prepagas que les cobran con aumentos a sus afiliados pero no los trasladan a los aranceles de los prestadores que son los oftalmólogos”, dijo.
Además, —agregó Ibarguren— “hay un tercer factor que es la extensión del tiempo en que se realiza el pago de las prepagas y obras sociales a los médicos. Mientras que los oftalmólogos tienen que pagar los insumos al contado, las obras sociales y las prepagas se toman varios meses para pagarles los aranceles por la prestación”.
Esas situaciones repercuten en que las cirugías programadas para la salud visual se postergan. Y en cuanto a los turnos de consultorios —que hacen chequeos periódicos, por ejemplo— “hay profesionales que se resisten a prestar servicio con la cobertura de algunas prepagas y obras sociales por los bajos aranceles que les pagan”, afirmó.
Por su parte, la fonoaudióloga Susana Domínguez, miembro de la Asociación Argentina de Audiología, explicó que “hubo una mayor demanda de estudios en mi área por pacientes con acúfenos e hiperacusia en la pandemia. También se agregó la necesidad de resolver los problemas de escuchar mal por la hipoacusia porque afloró debido al uso de barbijos. Por esas razones creció la demanda. Como hay pocos profesionales especializados en acúfenos e hiperacusia, hay demoras en los turnos. Las obras sociales suelen no cubrir los tratamientos”,
Para atender dolores de espalda o algunos problemas similares, hay personas que necesitan RPG o Reeducación Postural Global, un método de tratamiento de fisioterapia.
“En el sistema prepago hay problemas porque muchos rpgistas no quieren trabajar con esa modalidad. En cuanto a la obras sociales, se paga muy poco. Recibo personas que tienen obras sociales y prepagas que no consiguen turnos. Les ofrecen un turno de 30 minutos cuando generalmente se necesita una atención de una hora. A veces no les hacen RPG”, dijo a Infobae Carolina Álvarez Cardesa, terapista física de la Asociación Argentina de RPG.
“La reeducación postural global (RPG) es una práctica muy artesanal. Cada experto está una hora trabajando con las manos. Yo prefiero atender menos pacientes bien que muchos mal”, aclaró.
Una situación similar ocurre con la atención en salud mental. El doctor Juan Cristóbal Tenconi, médico especialista en psiquiatría, psicoanalista y coordinador de las carreras y cursos de especialista en psiquiatría de la Asociación de Psiquiatras Argentinos, comentó a Infobae: “Con la pandemia por el coronavirus, la demanda de atención en salud mental aumentó tanto en el sector público como en el privado. En nuestro país, la crisis económica también contribuyó a su aumento. Por otro lado hubo una disminución de la oferta en la atención. Hay menos profesionales que atienden por las prepagas. Es porque les pagan montos bajos”.
También —según Tenconi— hay profesionales que sufren el síndrome de “burnout” o “del quemado”, por la falta de reconocimiento social y la exigencia que han tenido durante los últimos años.
Las demoras de los turnos son síntomas de una problemática que se ha agravado con la pandemia, enfatizó Rubén Torres, del Instituto de Política, Economía y Gestión en Salud (IPEGSA). “En 2017 habíamos realizado un estudio sobre salarios de médicos y enfermeros. Argentina era uno de los países que pagaba más bajo en América Latina. Durante la pandemia aumentó el gasto dedicado a la porción de medicamentos y tecnologías y sería uno de los factores que hicieron caer los valores de los aranceles médicos”, dijo a Infobae.