La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que adultos y niños reduzcan su ingesta diaria de azúcares a menos del 10% de calorías totales. Y sostiene que, una reducción aún mayor, al menos del 5% —o aproximadamente seis cucharaditas por día en una dieta de 2.000 calorías—, proporcionaría beneficios adicionales para la salud.
La evidencia científica reciente tomada por el organismo sanitario internacional indica que los adultos que consumen menos azúcares tienen un peso corporal menor y que el aumento de la cantidad de azúcares en la dieta está asociado con un aumento de peso. “El azúcar no es un nutriente esencial y hay evidencia sólida que muestra que en realidad puede ser perjudicial al contribuir al sobrepeso, la obesidad y la caries dental”, sostuvo Enrique Jacoby, asesor en alimentación sana y vida activa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La OMS aclara que cuando se refiere a la reducción de azúcares está hablando de los monosacáridos (como la glucosa y la fructosa) y los disacáridos (como la sacarosa o el azúcar de mesa), que se agregan a los alimentos y las bebidas por el fabricante, el cocinero o el consumidor, así como azúcares que están naturalmente presentes en miel, jarabes, jugos de fruta y concentrados de jugo de fruta. En cambio, no se refiere a los azúcares de las frutas frescas y verduras o los azúcares presentes de forma natural en la leche, “porque no hay evidencia sobre los efectos adversos de consumir estos azúcares”, según expresa.
Pero el aumento de peso y el daño dental no es la única consecuencia de consumir azúcar en exceso, estudios científicos han hallado otras.
El azúcar y el cansancio
Uno de los síntomas más notorios cuando se ingiere de manera excesiva productos con altos niveles de azúcar es los cambios repentinos en los niveles de energía. Lo que ocurre es que, primero se producen picos y luego caídas en los niveles de azúcar en la sangre. Esto, a su vez, genera que los niveles de energía se eleven y caigan, respectivamente, de acuerdo a un estudio realizado por investigadores de University of Technology Sydney. Es decir, que los picos de azúcar en sangre pueden impulsar la actividad, pero después las caídas de esos niveles producen cansancio. Incluso el agotamiento puede llegar a la fatiga.
Si las sensaciones de cansancio son frecuentes lo más recomendable es equilibrar los niveles de azúcar en sangre consumiendo granos enteros o frutas acompañados de proteínas. Las proteínas ralentizan la digestión y ayudan a estabilizar el azúcar en sangre.
Dolor crónico originado por el azúcar
Las bebidas y productos procesados azucarados cuando son ingeridos en exceso pueden provocar dolor crónico. En una investigación publicada en Journal of Clinical Medicine, una revista especializada en medicina clínica, se sostiene que el abuso en el consumo de grasas y azúcares puede incrementar el dolor crónico en pacientes con osteoartritis. Esta es una enfermedad de las articulaciones en la que los tejidos de la articulación afectada se deterioran con el tiempo.
El dolor crónico se explica porque el azúcar consumido en exceso contribuye a la inflamación del cuerpo, lo que a su vez interviene en el dolor crónico, tal como señala un estudio de Frontiers in Inmunology, una revista científica sobre trastornos inmunológicos. Hay que tener en cuenta que la inflamación juega un rol esencial en el desarrollo de enfermedades o trastornos que provocan dolor crónico.
El azúcar y la presión alta
Ingerir demasiados productos azucarados aumenta los niveles de presión arterial debido a que el azúcar, según un artículo científico publicado por Nutrients, una revista enfocada en nutrición humana. En dicho trabajo de investigación, en el que participaron mujeres entre 65 y 80 años, se señala que existe un vínculo directo entre ingerir una mayor cantidad de azúcar añadido y tener la presión alta.
El azúcar añadido se encuentra en los productos procesados, es el que se agrega a las comidas y bebidas mientras se procesan o preparan. Este ingrediente aumenta el ácido úrico en el cuerpo, lo que a su vez inhibe la producción de óxido nítrico. El óxido nítrico es necesario para mantener la flexibilidad o elasticidad de los vasos sanguíneos, por eso cuando este óxido disminuye se origina la presión alta.
Hay que tener en cuenta que, con el paso de los años, es más probable que ocurra el endurecimiento de las arterias, que son los vasos sanguíneos que transportan la sangre desde el corazón hasta el resto del cuerpo. La presión alta es uno de los efectos más comunes cuando las paredes de estos vasos sanguíneos pierden su elasticidad y se endurecen. Al disminuir la flexibilidad de las arterias, estos conductos que transportan la sangre se vuelven rígidos y la presión dentro de los vasos sanguíneos aumenta.
La presión alta puede provocar un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. Por eso es importante reducir la cantidad de azúcar que se consume a diario.