El cáncer de orofaringe es definido por el Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) como un tipo de patología que puede manifestarse en la pared posterior de la faringe y las amígdalas palatina y lingual; o en otras áreas como la cavidad oral, nariz, faringe, laringe, tráquea y esófago. Según los últimos datos suministrados de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, a nivel mundial se estima que 476,125 personas fueron diagnosticadas con cáncer oral y orofaríngeo en 2020.
Además, según los NIH, la mayoría de estos cánceres son carcinomas de células escamosas, que son las células delgadas y planas que revisten el interior de la orofaringe. “El cáncer orofaríngeo comienza en la orofaringe, que es la parte de la garganta que se encuentra justo detrás de la boca que incluye las amígdalas”, añaden los expertos de Mayo Clinic.
En ese sentido, recientemente, este cuadro cobró notoriedad tras un planteo de la doctora oriunda de Singapur, Daria Sadovskaya. Esta joven médica, mediante un video en redes sociales, respondió tras la pregunta de un seguidor, que “el sexo oral podría ser un factor de riesgo más significativo para el desarrollo de este tipo de cáncer que, incluso, el hábito de fumar”.
Esta afirmación se relaciona, según los expertos consultados por Infobae, con el virus del papiloma humano (HPV). De hecho, de acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el HPV “es la infección de transmisión sexual más común” en aquel país: “Hay más de 100 tipos y aproximadamente 40 de ellos pueden transmitirse tanto a las áreas genitales como a la boca y la garganta a través del contacto sexual directo. El HPV oral se transmite a la boca a través del sexo oral, o posiblemente de otras maneras”.
“Generalmente tarda varios años después de que la persona se infecta con el HPV para que se produzca el cáncer. No está claro si los cánceres orofaríngeos son causados por el virus solo, o si hay otros factores (como fumar o mascar tabaco) que interactúan con el HPV para causar estos cánceres. No se sabe que el HPV cause otros cánceres de cabeza y cuello, incluidos los de boca, laringe, labios, nariz y glándulas salivales”, indican desde los CDC.
Y destacan que los síntomas del cáncer orofaríngeo “pueden incluir dolor de garganta persistente, dolores de oído, ronquera, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor al tragar y pérdida de peso sin causa aparente”, mientras que hay pacientes que son asintomáticos.
En diálogo con Infobae, el médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin (MN 74.794) explicó: “El HPV es el virus del papiloma humano, un virus de transmisión sexual. A diferencia de lo que algunos pueden pensar, no se transmite por fluidos como el semen, sino por contacto piel a piel o entre mucosas. No todas las cepas del HPV son patógenas, pero algunas sí lo son. En particular, el HPV 16 está fuertemente asociado al cáncer, especialmente al cáncer orofaríngeo. Una de las principales causas de transmisión es el sexo oral, aunque también se ha mencionado que los besos profundos podrían transmitir el HPV, aunque es menos frecuente”.
Según Ghedin, “el contagio es más común en el sexo oral sin protección, donde hay contacto con zonas que tienen HPV, como el glande o la vagina. Este contacto puede provocar lesiones en la orofaringe o pasar desapercibido, manifestándose luego como síntomas de cáncer, tales como tos, ronquera, disfonía persistente, secreción, sangre o tos con sangre. Estos síntomas pueden alertar sobre problemas en la zona orofaríngea, que incluye la boca, faringe, amígdalas y el paladar blando”.
“En cuanto a medidas de prevención -siguió el sexólogo-, es fundamental el uso de protección, incluso en prácticas como el sexo oral. Aunque el contagio es más frecuente en fumadores y en personas inmunodeprimidas, también se observa en personas de mayor edad. Tener múltiples parejas sexuales puede incrementar el riesgo de contagio, también. Desde el punto de vista sexual, el sexo oral sin protección es el principal factor de contagio. Muchas personas solo usan protección durante la penetración y no en el sexo oral, argumentando que la sensación de látex en la boca es desagradable. Sin embargo, es crucial usar protección en todas las prácticas sexuales para prevenir infecciones”.
Por su parte, el otorrinolaringólogo Manuel Magaró (MN 112.833), quien se desempeña en el Hospital Italiano de Buenos Aires, apuntó en conversación con Infobae: “Los tumores de cabeza y cuello comprenden aquellos originados en la vía digestiva superior, abarcando las fosas nasales, la boca, la faringe, la laringe, las glándulas salivales, los senos paranasales, y las glándulas tiroides y paratiroides. De los diagnósticos de cáncer en estas áreas, aproximadamente un 40% son de la boca, un 33% de la laringe y un 23% de la faringe. Dentro de esta última entidad se encuentran los carcinomas escamosos, más frecuentemente en el sitio de la orofaringe, siendo las más frecuentes aquellas lesiones malignas ubicadas en las amígdalas palatinas y en la base de lengua”.
“Anualmente, se diagnostican alrededor de 6000 casos en nuestro país, y cerca de mil personas fallecen a causa de estos carcinomas escamosos de la orofaringe, entre otros tipos de cáncer de cabeza y cuello. Históricamente, estos están vinculados al consumo de alcohol y tabaco. La disminución de fumadores, especialmente en países desarrollados en las últimas dos décadas, ha reducido la incidencia de estos carcinomas. No obstante, la infección por el virus del papiloma humano (HPV) ha surgido como un factor de riesgo significativo, incrementando la incidencia de carcinomas escamosos de la orofaringe en el mismo período”, planteó Magaró.
Y sumó: “El carcinoma escamoso de orofaringe relacionado con el HPV es más prevalente en personas que no consumen alcohol ni tabaco. Sin embargo, también se observa la asociación del virus en individuos con historial de consumo de estas sustancias, lo que permite estratificar las lesiones en bajo, intermedio o alto riesgo, siendo el pronóstico más favorable en aquellos no consumidores de alcohol y tabaco y relacionados con el HPV”.
La vacuna contra el HPV en Argentina
Cabe recordar que en Argentina, de acuerdo al Ministerio de Salud, en el año 2011 se aprobó la vacuna contra el HPV “para todas las niñas de 11 años nacidas a partir del año 2000, y en 2017 se amplió para todos los varones de 11 años nacidos a partir del año 2006. El esquema completo es de 2 dosis separadas por un intervalo mínimo de 6 meses. Investigaciones realizadas demostraron una mayor eficacia inmunológica al ser aplicada entre los 9 y 13 años, antes del contacto con el virus”.
En tanto, de acuerdo a la cartera sanitaria, “el cáncer más frecuente causado por el VPH es el de cuello de útero. Sin embargo, otros cánceres pueden ser también causados por VPH, como de ano, pene, vagina, vulva y orofaríngeos”.
En ese sentido, según Magaró, “el rol de la vacunación contra el HPV es crucial, ya que el subtipo 16 es el más comúnmente asociado al origen de los carcinomas escamosos de orofaringe y, junto con otros subtipos de alto riesgo, al carcinoma de cuello uterino en mujeres. La vacunación, iniciada hace más de 20 años a nivel mundial, ha disminuido la incidencia del carcinoma de cuello uterino y se espera que también reduzca la incidencia del carcinoma de orofaringe en los próximos 20 a 30 años”.