Se ha demostrado en distintas oportunidades que el yoga es una práctica de “cuerpo y mente” que brinda muchísimos beneficios. Existen muchas variedades diferentes de yoga: Ashtanga, Hatha, Kundalini, Iyengar, etc. Todas ellas aportan grandes beneficios, como la mejora de la condición física en general y del estado mental. En ese sentido, una reciente investigación realizada por expertos de Harvard indicó que “las intervenciones basadas en yoga y calor podrían potencialmente cambiar el curso del tratamiento para pacientes con depresión”.
El doctor Alejandro Andersson, neurólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires, describió en una nota reciente a Infobae todos los aportes de esta disciplina, en especial para la salud mental: “Al practicar yoga, se fomenta la relajación y se reduce el estrés, lo que puede aliviar la ansiedad y favorecer el estado de ánimo. También puede mejorar la depresión, trastornos alimentarios y otros problemas de salud mental. Brinda efectos positivos en la calidad del sueño mejorando el insomnio, la hipertensión arterial y el dolor crónico”.
Una de sus variantes es el Bikram Yoga, también conocido como hot yoga o yoga con calor, creada por Bikram Choudhury en la década de los 70 a partir de las técnicas de Hatha, el yoga tradicional. Se realiza en un salón a 42 grados de temperatura y con altos porcentajes de humedad. Con ello recrea las condiciones climáticas de la India, cuna del yoga.
Las sesiones duran 90 minutos y consisten en una sucesión de 26 posturas o asanas, así como dos ejercicios de respiración al inicio y fin de la práctica.
Hay una gran cantidad de investigaciones señalan al yoga como una práctica que alivia el estrés, incluyendo un estudio publicado en el Journal of Science and Medicine in Sport que encontró que un programa de 16 semanas de hot yoga redujo significativamente los niveles de estrés en adultos sedentarios y estresados.
De acuerdo a Carla Giuliano de Sá Pinto Montenegro, profesional superior de Educación Física del Centro de Rehabilitación del Hospital Israelita Albert Einstein, de São Paulo, Brasil, “el yoga es una buena alternativa para ayudar a reducir el estrés: contribuye a la prevención de trastornos mentales como la depresión, gracias a la liberación constante de neurotransmisores que favorecen la sensación de bienestar, como la dopamina, las endorfinas y la serotonina”.
Recientemente, en un nuevo ensayo clínico controlado aleatorio de adultos con depresión de moderada a grave, aquellos que participaron en sesiones de brikham yoga o hot yoga experimentaron una reducción significativa en los síntomas de esta condición en comparación con un grupo de control.
Los resultados del ensayo, dirigido por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH), miembro fundador del Mass General Brigham (MGB), y publicado en el Journal of Clinical Psychiatry, indicaron que el brikham yoga podría ser una opción de tratamiento viable para pacientes con depresión.
En un ensayo de ocho semanas, 80 participantes fueron asignados aleatoriamente a dos grupos: uno que recibió sesiones de 90 minutos de Bikram yoga practicadas en una sala a 40°C o 105°F y un segundo grupo de control (los participantes completaron la intervención de yoga después de su período de lista de espera). En el análisis se incluyeron un total de 33 participantes en el grupo de yoga y 32 en el grupo de lista de espera.
A los participantes del grupo de intervención se les prescribieron al menos dos clases de yoga por semana, pero en general asistieron a un promedio de 10,3 clases durante ocho semanas. Después de ese tiempo, este conjunto tuvo una reducción mayor en los síntomas depresivos que los participantes del grupo de control, según lo evaluado mediante lo que se conoce como la escala del Inventario de Sintomatología Depresiva (IDS-CR) calificada por médicos.
Además, los investigadores observaron que el 59,3% de los participantes de yoga tuvieron una disminución del 50% o más en los síntomas, en comparación con el 6,3% de los participantes del grupo de control. Incluso, el 44% del grupo de yoga logró puntuaciones IDS-CR tan bajas que su depresión se consideró en remisión, en comparación con el 6,3% del grupo de control.
Los síntomas depresivos se redujeron incluso en los participantes que recibieron sólo la mitad de la “dosis” de yoga prescrita, lo que sugiere que las sesiones de bikram yoga sólo una vez por semana podrían ser beneficiosas.
“Las intervenciones basadas en yoga y calor podrían potencialmente cambiar el curso del tratamiento para pacientes con depresión al proporcionar un enfoque sin medicamentos con beneficios físicos adicionales”, dijo la autora principal de la investigación, doctora Maren Nyer, directora de Yoga Estudio en el Programa de Investigación y Clínica de la Depresión del Hospital General de Massachusetts y profesora asistente de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard.
“Actualmente estamos desarrollando nuevos estudios con el objetivo de determinar las contribuciones específicas de cada elemento (calor y yoga) a los efectos clínicos que hemos observado en la depresión”, afirmó la experta. Los participantes calificaron positivamente las sesiones de yoga con calor y no experimentaron efectos adversos graves asociados con la intervención.
“Se necesitan investigaciones futuras para comparar el yoga con calor y sin calor para la depresión y explorar si la temperatura tiene beneficios adicionales a los del yoga para el tratamiento de la depresión, especialmente dada la evidencia prometedora de la hipertermia de todo el cuerpo como tratamiento para el trastorno depresivo mayor”, afirmó el autor principal doctor David Mischoulon, director del Programa Clínico y de Investigación sobre la Depresión del Hospital General de Massachusetts.
Por qué el yoga hace bien
El yoga en cualquiera de sus variantes favorece la liberación de endorfinas y de muchos otros neurotransmisores que generan sensaciones de bienestar en el cuerpo. Las endorfinas son neurotransmisores conocidos como las “hormonas de la felicidad” debido a su capacidad para generar sensaciones de placer. “La práctica regular de yoga puede aumentar la liberación de endorfinas en el cerebro, lo que conduce a una sensación de euforia, reducción del dolor y mejora del estado de ánimo”, expresó el doctor Anderson.
Además de las endorfinas, el yoga también puede influir en la liberación de otros neurotransmisores y sustancias químicas en el cerebro, como la serotonina y la dopamina. La serotonina está asociada con la regulación del estado de ánimo, el sueño y la ansiedad, mientras que la dopamina está relacionada con el placer, la motivación y la recompensa.
En ese tono, el médico manifestó que la práctica de yoga puede favorecer también la liberación de endocannabinoides, incluyendo la anandamida, conocida como la “molécula de la felicidad” debido a su papel en la regulación del estado de ánimo, la sensación de bienestar y la reducción del estrés.
Sin embargo, antes de la práctica de brikam yoga los expertos del Hospital Israelita Albert Einstein recomiendan una evaluación médica previa y adaptarse progresivamente a las temperaturas, comenzando con periodos cortos y reforzar la hidratación antes y después de la práctica. La cardióloga Luciana Janot del hospital brasileño, destacó en un artículo en el portal de la institución, que las prácticas en ambientes muy calurosos traen dos riesgos combinados: ejercicio intenso y temperatura extrema.
“En un ambiente cálido y húmedo, como el hot yoga, experimentamos vasodilatación, y esto provoca que tengamos un aumento de la frecuencia cardíaca y una caída de la presión arterial. Cualquiera que ya sea hipotenso, que tenga presión arterial baja, o sensible al calor, en un ambiente como este se sentirá afectado. ¿Todos se sienten enfermos? No. ¿Hay gente que se acostumbra? Sí, pero hay que tener cuidado”, explicó Janot.