Acné, brackets y lentes: por qué pueden generar marcas emocionales

A pesar de que famosos como Justin Bieber o Kendall Jenner los muestran sin problemas en sus redes y hay una tendencia a visibilizarlos, existen personas a quienes los granitos y el acné les causa mucho malestar psicológico. Un reciente estudio analizó el estigma social de esta patología y cómo afecta a quien las padece y a su entorno. Esta investigación, presentada en el Congreso de la Academia Europea de Dermatología y Venereología (EADV) reveló el importante estigma asociado con el acné femenino adulto y su profundo impacto en cómo se percibe a los individuos en entornos sociales.

Los hallazgos mostraron que las personas con acné son percibidas como menos atractivas, confiables, seguras, exitosas, dominantes y felices. Sorprendentemente, el acné generalizado, que cubre un área más grande con más lesiones, recibió calificaciones más positivas que las imágenes que muestran acné femenino adulto concentrado alrededor de la zona U.

“Toda enfermedad que se manifieste en zonas tan visibles como la cara es una fuente de complejos”, explicó la doctora Cristina Eguren, de la Academia Española de Dermatología y Venereología.

El licenciado en Psicología Alexis Alderete (MP 85367), egresado de la Universidad del Salvador, especialista en Trastornos de Ansiedad y Entrenamiento en Habilidades de Fundación Foro, explicó a Infobae: “El acné al ser una afección de la piel a través de la cual se expresan muchas emociones y al vivir inmersos en una sociedad que da mucho valor a la imagen, lleva a quienes atraviesan ese malestar a tener la tendencia a experimentar emociones de aislamiento social, como son la vergüenza, el miedo, la ansiedad y la timidez, afectando negativamente la autoestima y la construcción de la personalidad”.

Por su parte, la doctora Leisa Molinari, (M.N° 116.628), como médica dermatóloga especialista en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs, fundadora del Centro Médico de la Piel, explicó a Infobae:

“La cara, siendo la primera impresión que damos al saludar, se caracteriza por ser altamente visible y ejerce una influencia inmediata. Por lo tanto, el acné puede tener un efecto profundo en las emociones de quienes lo padecen. En particular, las cicatrices de acné pueden generar sentimientos negativos, como vergüenza, disminución de la autoestima y ansiedad. La apariencia de la piel puede llevar a las personas a sentirse inseguras, lo que, a su vez, incide en su confianza personal y su interacción social. Además, el acné puede causar frustración, especialmente cuando los tratamientos parecen ineficaces o las lesiones cutáneas son persistentes”, expresó la doctora Molinari.

La magíster Alejandra Bruzzo, especialista en Psicoterapia Integrativa en Intervención Multidisciplinar de la Fundación Aiglé, coincidió con los expertos y señaló a Infobae que “el acné es una enfermedad de la piel, la cual es el órgano más grande que tenemos, por esto no hay que tomarlo a la ligera ya que trae problemas emocionales como depresión, ansiedad y retraimiento social, debido a las repercusiones psicológicas que tiene”.

Y agregó: “Como es difícil separarse de los cánones de belleza, de lo que nos dicta la sociedad, cuando una persona sufre acné, sobre todo en el rostro, es donde más consecuencias tiene, ya sean adolescentes o adultos, porque da lugar a una baja autoestima y a desarrollar un complejo de inferioridad que, en caso de que no acuda a un especialista en la salud mental puede llegar a tener un cuadro de ansiedad o depresión e incluso de fobias sociales. Con la depresión lo que ocurre es que el individuo sufre en silencio debido a la estigmatización y la vergüenza que le genera su piel”.

De acuerdo a la Sociedad Uruguaya de Pediatría, ”esta enfermedad crónica impacta en la calidad de vida de los adolescentes, sobre todo en la esfera psico-social, determinando depresión, ansiedad y trastorno de su imagen corporal”.

Para el Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología (CILAD) “El abordaje del individuo con acné debe ser amplio, detallado e individualizado. Caracterizar el grado de severidad de la enfermedad, el número y el tipo de lesiones, así como la presencia de cicatrices, son medidas tan importantes como evaluar el impacto psicológico, social y profesional”, afirmó la entidad.

Pero los malestares psicológicos no terminan en el acné. Existen otras circunstancias, como el uso de brackets, lentes o la soriasis que también pueden afectar el ánimo.

Alderete explicó: “Cuando una persona se destaca por su diferencia en el grupo de pertenencia y en la sociedad, ya sea por su apariencia, condición física o algún trastorno de salud mental, genera emociones como la vergüenza y la preocupación por sentirse rechazada. En el caso de los brackets o lentes, pueden causar incomodidad, dolor y temores por la apariencia llevando a que las personas puedan sentirse cohibidas al sonreír o tener que hablar en público”, indicó el psicólogo.

Por su parte, Bruzzo señaló: “Con respecto a estas circunstancias según la vulnerabilidad de cada persona, puede generarle un malestar psicológico porque el bastón o los brackets influyen quizás en su apariencia estética y sobre todo la aceptación social. Son dos aspectos centrales en la vida de una persona y pueden afectar a la autoestima”.

Por eso, recomendó estar alertas, ya sean niños, adolescentes o adultos, sobre cómo se sienten con respecto al uso de estos diferentes tratamientos que tienen que llevar a cabo, para ser apoyados por un profesional. “El acompañamiento psicológico es fundamental para cualquier situación donde uno crea que las cosas no las puede sobrellevar solo, puede pedir ayuda y eso es muy valiente”, dijo Bruzzo.

La doctora Molinari explicó que el impacto emocional del acné puede variar de una persona a otra. “Algunas pueden manejarlo bien y no experimentar emociones negativas significativas, mientras que otras pueden verse más afectadas. Sin embargo, es crucial reconocer que el acné no solo afecta la apariencia física, sino también el bienestar emocional de quienes lo padecen”.

All Project, una iniciativa de investigación internacional integral, analizó a más de 50.000 adultos en 20 países para evaluar el impacto de las enfermedades de la piel y las alteraciones del sueño. El estudio, que también se presentó en el congreso de la Academia Europea de Dermatología y Venereología, mostró que casi el 50 por ciento de los pacientes con enfermedades de la piel sufren alteraciones del sueño. Los principales síntomas que impactaron el descanso de los pacientes con enfermedades de la piel fueron la picazón (60%) y sensación de ardor u hormigueo (17%). El estudio también investigó la hidradenitis supurativa y el sentimiento de estigmatización asociado.

Dentro del tema de la piel, una enfermedad crónica y que tiene impacto significativo en las emociones y la salud mental es la psoriasis, especialmente cuando se da en niños y adolescentes, afirmó Alderete. “Las personas con psoriasis pueden sentirse avergonzadas de su apariencia y esto puede afectar su autoestima. Pueden preocuparse por cómo los ven los demás y sentirse incómodas mostrando su piel en público. La falta de comprensión sobre la psoriasis en la sociedad puede llevar a la estigmatización y la discriminación, llegando a que las personas reciban comentarios insensibles o miradas de desaprobación debido a su condición, lo que agrava el estrés emocional”, destacó el psicólogo.

Los expertos afirman que estos malestares psicológicos se producen debido a una combinación de factores, que pueden incluir la presión social para cumplir con estándares de belleza, preocupaciones sobre cómo los demás los perciben y el impacto en la autoimagen y la autoestima.

El licenciado Alderete manifestó que las personas afectadas pueden sufrir eventos muy significativos, como ser rechazadas por el grupo de pertenencia. “Especialmente durante la adolescencia sufrir acné es ser objeto de burlas, en donde se critica públicamente la imagen de quien está atravesando dicha afección, llevando muchas veces a que la persona termine llorando por el desborde emocional que siente”.

El psicólogo afirmó que estas experiencias pueden conducir a la ansiedad, “debido a la constante preocupación por la apariencia y la anticipación de las críticas que se van a recibir, lo que contribuye a que haya un círculo vicioso debido a las hormonas que libera el estrés y a exacerbar el acné, lo que a su vez aumenta el malestar psicológico. Esto produce un ciclo que es difícil de cortar”.

“En muchas sociedades, existe una presión implícita para cumplir con ciertos estándares de belleza. Las personas son bombardeadas con imágenes de belleza ‘ideal’ especialmente en las redes sociales. Las condiciones que afectan la apariencia física hacen que las personas se sientan inseguras por no cumplir con estos estándares. Ellas en general poseen una visión negativa de sí mismas, incluso si los demás no la tienen”, expresó Alderete.

La doctora Molinari explicó que el uso constante de filtros al tomar selfies o grabar videos en el teléfono puede dar lugar a una nueva percepción de uno mismo cuando se mira al espejo, creando una diferencia notable y perjudicial. “La cámara y sus filtros pueden distorsionar la realidad. De hecho, esto puede llevar a la aparición de lo que se conoce como ‘dismorfia de la piel’, que se refiere a una obsesión excesiva y constante con su apariencia. Esta preocupación puede ser influida por la exposición continua a imágenes editadas y filtros en las redes sociales, donde se promueve una piel sin imperfecciones, a menudo denominada ‘piel de porcelana’”.

“Como resultado, algunas personas pueden sentirse presionadas para alcanzar un estándar inalcanzable de perfección en su piel, lo que puede contribuir a la dismorfia de la piel y tener un impacto negativo en su bienestar emocional”, señaló la dermatóloga.

Bruzzo recomendó ante el acné tratarse no solamente con un médico dermatólogo sino también con un psicólogo para trabajar con la imagen que la persona tiene de sí misma. “Es importante llevar un tratamiento con los especialistas que saben sobre el impacto psicológico del acné”, destacó.

Y agregó: “No todos nos vamos a manejar de la misma manera al padecer acné o tener que usar lentes, bastón o cualquier cosa que nos haga sentir inferiores o nos baje la autoestima es ahí donde tenemos las herramientas los profesionales que nos dedicamos a la salud mental para poder ayudar y acompañar a todas las personas”.

Por su parte Alderete remarcó: “El psicólogo enseñará a afrontar diversas situaciones sociales con habilidad, autorregulación emocional y principalmente la tolerancia al malestar para que la persona pueda aceptar que su condición es parte de lo que tiene que atravesar en estos momentos, haciendo que sea lo menos estresante posible”, y brindó los siguientes consejos:

- Hablar con amigos o familiares sobre estos sentimientos de malestar: para evitar enfrentar estos desafíos solo. Además, esta acción es beneficiosa por contrarrestar el impulso de hacer lo opuesto a la emoción de la vergüenza, que es aislarse socialmente.

- Aceptarse tal como uno es, con sus virtudes y defectos, sin juicios negativos ni críticas excesivas. Reconocer y abrazar las fortalezas como las debilidades personales, así como las características individuales.

- Reconocer los talentos individuales, habilidades y logros que no están relacionados con la apariencia física. Esto ayudará a fortalecer la autoestima.

“El impacto del acné y otras afecciones que atraviesan las personas tiene un evidente impacto en las emociones y la salud mental. Reconocer este impacto es el primer paso hacia la empatía y el apoyo necesarios para ayudar a quienes luchan contra esta afección a enfrentarla con fortaleza y autoaceptación, entendiendo que en las diferencias está la clave para una sociedad más inclusiva y compasiva”, concluyó el licenciado Alderete.

Superar las emociones negativas asociadas con el acné y tratarlo eficazmente puede requerir un enfoque integral, dijo la doctora Molinari y estas son las estrategias aque recomendó:

- Informarse sobre el acné: comprender las causas y los factores desencadenantes del acné puede ayudar a manejarlo de manera más efectiva. Consultar a un dermatólogo puede proporcionar información y orientación específica sobre el tratamiento.

- Adoptar una rutina de cuidado de la piel: mantener una rutina adecuada de cuidado de la piel puede ayudar a controlar el acné y mejorar la apariencia. Esto puede incluir limpiar suavemente, usar productos adecuados para el acné y proteger la piel del sol.

- Evitar la manipulación excesiva de la piel: exprimir o rascar las lesiones de acné pueden empeorar la inflamación y aumentar el riesgo de cicatrices. Es importante evitar la manipulación excesiva y buscar tratamientos adecuados.

- Asistir a centros dermatológicos con tecnologías especializadas en el área. Hoy en día hay tecnológicas innovadoras que logran atenuar significativamente las cicatrices de acné logrando una satisfacción al paciente que le permite revertir todo lo malo que pueda sentir relacionado a esas marcas.

- Hacer prevención: “¿qué tal si cada tanto no me pongo filtros?”, concluyó la doctora.